2007-04-17 11:42:21

En el concierto con motivo de su 80 cumpleaños, el Papa expresa el deseo de que "la música pueda donar una nueva y continua inspiración para construir un mundo de amor, solidaridad y paz"


Martes, 17 abr (RV).- A las seis de la tarde, en honor del Santo Padre con motivo de su cumpleaños, la orquesta sinfónica alemana de la Radio Televisión de Studgart le ofreció ayer un concierto en el Aula Pablo VI del Vaticano. Al mismo asistió Benedicto XVI. Durante el concierto se interpretaron obras de Giovanni Gabrieli, Wolfgang Amadeus Mozart y Antonin Dvorák bajo la dirección del maestro Gustavo Dudamel. Al final del concierto el Santo Padre se dirigió a los presentes. Entre las personalidades religiosas que asistirán al concierto el metropolita di Pergamo, Ioannis Zizioulas, que ha entregado un mensaje de felicitación a Benedicto XVI de parte del Patriarca Ecuménico Bartholomé I

En sus palabras al final del evento, el Papa expresó sobre todo su satisfacción por este estupendo concierto. Seguidamente agradeció a los presentes, en especial al primer ministro del Baden Wuerttemberg, señor Guenther Oettinger, y al director general de la Suedwestrundfunk, el profesor Peter Voss. Y les dijo que aceptaba con gusto este gran homenaje musical, este maravilloso regalo de cumpleaños venido del suroeste de Alemania, sobre todo, añadió que el Baden Wuerttemberg forma parte de una de las etapas importantes y significativas de mi vida.

En sus palabras de agradecimiento a los artistas el Papa dijo que con su arte nos han donado una genuina experiencia de la fuerza inspiradora de la gran música. Agradeció en particular al director Gustavo Dudamel y a la solista Hilary Hahn. Seguidamente alabó el lenguaje de la música, un lenguaje universal, que se aprecia en las personas de procedencias culturales y religiosas tan diversas, que se conquistan y en un sentido se llevan dentro o se interpretan.

Y esta universalidad de la música hoy se acentuó en forma particular gracias a los instrumentos electrónicos y digitales de la comunicación. Además Benedicto XVI expresó su convicción de que la música, sea verdaderamente un lenguaje universal de la belleza, capaz de unir entre ellos a los hombres de buena voluntad sobre toda la tierra y de llevarles la mirada hacia lo Alto para abrirse al Bien, y a la belleza absoluta, que tiene su última fuente en Dios mismo.

Por último, Benedicto XVI, agradeció a Dios por haber tenido a su lado la música casi como una compañera de viaje, que siempre le ha ofrecido consuelo y alegría. El Papa agradeció también a todas las personas que desde sus primeros años de su infancia, lo acercaron a esta fuente de inspiración y de serenidad. Y agradeció a todos aquellos que unen la música y la oración en la alabanza armoniosa de Dios y de sus obras. Y deseó que la grandeza y la belleza de la música puedan donar a todos una nueva y continua inspiración para construir un mundo de amor, de solidaridad y de paz. Por ello invocó sobre todos los presentes y los que por medio de la radio y televisión escucharon el concierto, la protección de Dios, de aquel Dios de Amor que desea continuamente encender en nuestros corazones la llama del bien y alimentarla con su gracia.







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