En el concierto con motivo de su 80 cumpleaños, el Papa expresa el deseo de que "la
música pueda donar una nueva y continua inspiración para construir un mundo de amor,
solidaridad y paz"
Martes, 17 abr (RV).- A las seis de la tarde, en honor del Santo Padre con motivo
de su cumpleaños, la orquesta sinfónica alemana de la Radio Televisión de Studgart
le ofreció ayer un concierto en el Aula Pablo VI del Vaticano. Al mismo asistió Benedicto
XVI. Durante el concierto se interpretaron obras de Giovanni Gabrieli, Wolfgang Amadeus
Mozart y Antonin Dvorák bajo la dirección del maestro Gustavo Dudamel. Al final del
concierto el Santo Padre se dirigió a los presentes. Entre las personalidades religiosas
que asistirán al concierto el metropolita di Pergamo, Ioannis Zizioulas, que ha entregado
un mensaje de felicitación a Benedicto XVI de parte del Patriarca Ecuménico Bartholomé
I
En sus palabras al final del evento, el Papa expresó sobre todo su satisfacción
por este estupendo concierto. Seguidamente agradeció a los presentes, en especial
al primer ministro del Baden Wuerttemberg, señor Guenther Oettinger, y al director
general de la Suedwestrundfunk, el profesor Peter Voss. Y les dijo que aceptaba con
gusto este gran homenaje musical, este maravilloso regalo de cumpleaños venido del
suroeste de Alemania, sobre todo, añadió que el Baden Wuerttemberg forma parte de
una de las etapas importantes y significativas de mi vida.
En sus palabras
de agradecimiento a los artistas el Papa dijo que con su arte nos han donado una genuina
experiencia de la fuerza inspiradora de la gran música. Agradeció en particular al
director Gustavo Dudamel y a la solista Hilary Hahn. Seguidamente alabó el lenguaje
de la música, un lenguaje universal, que se aprecia en las personas de procedencias
culturales y religiosas tan diversas, que se conquistan y en un sentido se llevan
dentro o se interpretan.
Y esta universalidad de la música hoy se acentuó en
forma particular gracias a los instrumentos electrónicos y digitales de la comunicación.
Además Benedicto XVI expresó su convicción de que la música, sea verdaderamente un
lenguaje universal de la belleza, capaz de unir entre ellos a los hombres de buena
voluntad sobre toda la tierra y de llevarles la mirada hacia lo Alto para abrirse
al Bien, y a la belleza absoluta, que tiene su última fuente en Dios mismo.
Por
último, Benedicto XVI, agradeció a Dios por haber tenido a su lado la música casi
como una compañera de viaje, que siempre le ha ofrecido consuelo y alegría. El Papa
agradeció también a todas las personas que desde sus primeros años de su infancia,
lo acercaron a esta fuente de inspiración y de serenidad. Y agradeció a todos aquellos
que unen la música y la oración en la alabanza armoniosa de Dios y de sus obras. Y
deseó que la grandeza y la belleza de la música puedan donar a todos una nueva y continua
inspiración para construir un mundo de amor, de solidaridad y de paz. Por ello invocó
sobre todos los presentes y los que por medio de la radio y televisión escucharon
el concierto, la protección de Dios, de aquel Dios de Amor que desea continuamente
encender en nuestros corazones la llama del bien y alimentarla con su gracia.