Audiencia general: reflexionando sobre el significado de la Pascua, el Papa afirma
que los cristianos están proyectados hacia el futuro, su tarea es la ser testimonios
de la muerte y resurrección de Cristo
Miércoles, 11 abr (RV).- Comunicar «a todo el mundo » el significado de la Pascua:
ésta es la tarea que Benedicto XVI ha confiado a todos los creyentes en la catequesis
de hoy durante la Audiencia General. Una catequesis que el Papa ha dedicado a la meditación
sobre el significado de la Pascua, que estamos celebrando. «También nosotros -ha
dicho el Papa a los más de 35 mil peregrinos, reunidos en la plaza de san Pedro-
como María Magdalena, Tomás, o los otros apóstoles, estamos llamados a ser testigos
de la muerte y de la resurrección de Cristo». No podemos conservar para nosotros mismos
esta gran noticia, tenemos que mostrarla a los otros, a los demás».
« Hemos
visto al Señor -ha señalado el Pontífice, después de comentar los pasos evangélicos
sobre los encuentros de Jesús resucitado con los apóstoles- y ahora «hemos de difundir
la gloria pascual allí donde vivimos y trabajamos». Los distintos encuentros de Jesús
con los “apóstoles incrédulos”, reunidos en el cenáculo “constituyen también para
nosotros una invitación para redescubrir el significado de la Pascua y recorrer el
itinerario espiritual de quien ha encontrado a Jesús. “No digamos que no conocemos
a Cristo. Si creemos, lo conocemos: es más lo tenemos”. “Si los discípulos lo tenían
en su mesa. Nosotros lo tenemos en nuestra alma”.
Sin embargo, ha explicado
el Santo Padre “cuando el evangelista dice que Jesús se mostró vivo no quiere decir
que estaba de nuevo vivo como Lázaro. Pascua no significa retorno, sino pasaje. Jesús
no vuelve a la situación precedente, ha traspasado una frontera hacia una nueva condición.
Ahora Cristo ha pasado a una vida nueva”.
“Para encontrar a Jesús -ha afirmado
Benedicto XVI- no es necesario volver hacia atrás, sino ponerse en una nueva relación
con Él; hay que mirar hacia delante, no hacia el pasado”. “Jesús muestra las heridas
de las manos y de su costado a Tomás no para olvidar la cruz, sino para que sea inolvidable”.
La mirada está proyectada al futuro. Objetivo del apóstol y de nosotros es “ser testigos
de la muerte y de la resurrección y comunicar este misterio del pasaje a una vida
nueva a todo el mundo”.
Este ha sido el resumen que de su catequesis ha
hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en
la audiencia:
Queridos
hermanos y hermanas: En este miércoles después de la Pascua, renuevo a todos
mi felicitación pascual. La liturgia de estos días recuerda los diversos
encuentros de Jesús después de la resurrección y nos ayuda a profundizar en el significado
de la Pascua. Así, sus apariciones nos enseñan que a Cristo se le reconoce cuando
Él llama por nombre y entra por iniciativa propia en el corazón de cada uno; pero
este reconocerlo no es volverlo a tener como antes, como si nada hubiera pasado y
la Cruz no hubiera existido. Cristo no vuelve a la vida anterior, sino que entra en
una vida realmente nueva, una vida gloriosa a la cual nos invita. La Pascua es un
paso adelante, no un retorno.
Por eso no lo reconoceremos
mirando hacia atrás, sino abriéndonos a la presencia nueva de Cristo en lo más íntimo
nuestro ser, en el momento en que se hace pan compartido con nosotros, como ocurrió
con los discípulos de Emaús. De este modo gustaremos la alegría de la Pascua y nos
haremos gozosos portadores por todo el mundo de esa inefable noticia.
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española, en especial al grupo del Seminario
de Pamplona, a la Agencia para la Reeducación y Reinserción, de Madrid, así como a
los grupos de las diversas Parroquias y Colegios de España, y a los demás peregrinos
de Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a dejar que Cristo resucitado
entre en vuestros corazones y nazca así, en cada persona y en el mundo entero, la
vida nueva que ha ganado para nosotros.
Gracias por
vuestra visita y, una vez más, Felices Pascuas.
Como siempre el Santo Padre,
antes de finalizar la audiencia, ha saludado a los enfermos, a los recién casados
y a los jóvenes, especialmente numerosos adolescentes, procedentes de la archidiócesis
de Milán. Queridos jóvenes, también a vosotros como a los primeros discípulos, Cristo
resucitado os repite: “Como el Padre me ha enviado, también yo os envío a vosotros
. . . Recibid el Espíritu Santo” (Gv 20,21-22). Respondedle con alegría y con amor,
gratos por el inmenso don de la fe, y seréis en todas partes auténticos testigos de
su alegría y de su paz. Para vosotros, queridos enfermos, la resurrección de Cristo
sea fuente inagotable de consuelo y esperanza. A vosotros, recién casados, haced operante
la presencia del Resucitado en vuestra familia con la oración cotidiana que alimente
vuestro amor conyugal.
Al finalizar la audiencia el Pontífice se ha trasladado
de nuevo a Castegaldolfo donde permanecerá hasta el sábado por la tarde, en que está
previsto que regrese al palacio apostólico del Vaticano.