El Papa dedica su audiencia general al Triduo Pascual que comienza mañana y culmina
con la resurrección, y exhorta a los cristianos a no dejar solo al Señor, luz del
mundo que camina en tinieblas
Miércoles, 4 abr (RV).- En el Triduo Pascual, que comienza mañana, Jueves Santo, «conmemoramos
la lucha entra la Luz y las tinieblas, entre la Vida y la muerte», ha reiterado Benedicto
XVI en su audiencia general de este miércoles. Reflexionando sobre el profundo significado
de cada uno de los días santos, el Papa ha alentado a tomar conciencia de nuestras
faltas y debilidades para revivir con provecho el «misterio que es el corazón de nuestra
fe».
En su alocución central en italiano, el Santo Padre ha hecho hincapié
en la importancia de «redescubrir en el silencio del alma la centralidad del sacrificio
de Jesús en un mundo en el que existe una gran inflación de palabras». En particular,
Benedicto XVI ha exhortado a los cristianos a no dejar solo al Señor, durante su agonía,
como hicieron sus discípulos que se habían quedado dormidos: «Vemos cómo los discípulos
se quedaron dormidos dejando solo al Señor. También hoy, a menudo, nosotros sus discípulos
nos quedamos dormidos. En esta noche sagrada queremos vigilar, no queremos dejar solo
al Señor en esta hora».
«Pasando por la Cruz – manantial de paz – Cristo vence
el mal con el amor». «El Triduo Pascual no es sólo un recuerdo del pasado, ha enfatizado
Benedicto XVI: «¡Es una realidad actual! También hoy Cristo vence con su amor el pecado
y la muerte. El mal en todas sus formas – no tiene la última palabra. El triunfo final
es de Cristo, de la Verdad y del Amor».
Este ha sido el resumen que de su catequesis
ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes
en la Plaza de San Pedro:
Queridos
hermanos y hermanas: Mañana, día de Jueves Santo, empezamos el triduo pascual.
La Iglesia, recordando la Última Cena, contempla y celebra la institución del Sacerdocio
ministerial y de la Eucaristía, así como el mandamiento nuevo del Amor. Con la Eucaristía,
Cristo anticipa el sacrificio de su vida, don definitivo de sí mismo a toda la humanidad.
Con el lavatorio de los pies, el Maestro dejó a sus discípulos, como distintivo, el
amor que llega hasta la muerte. El Viernes Santo es un día de penitencia,
ayuno y oración en que se conmemora la pasión y crucifixión del Redentor, se adora
la Cruz y se recibe la Comunión. Para vivir más de cerca este misterio de la Salvación,
en muchos lugares se celebra el piadoso ejercicio del Vía Crucis, al que estamos invitados
a participar. El Sábado Santo, día de recogimiento y oración, acompañemos a la Virgen
María en su firme esperanza en la resurrección de su Hijo. En la Vigilia
pascual escucharemos con alegría el grito de victoria: ¡Cristo ha resucitado y ha
vencido para siempre la muerte! El cirio pascual nos recordará que el Señor es la
luz del mundo que camina en tinieblas. Experimentaremos así que la Iglesia está siempre
viva, es hermosa y santa, porque está fundada en Cristo resucitado.
Saludo
cordialmente a los visitantes de lengua española. En especial, al grupo de estudiantes
universitarios del CEU, de Madrid, y de otros colegios de España. Sobre todo, saludo
al numeroso grupo que participa en la UNIV 2007. Queridos jóvenes: Os invito a celebrar
estos días santos, conscientes de que Cristo ha dado su vida por cada uno de nosotros.
Después del gesto humilde del lavatorio de los pies, él nos dice: «también vosotros
debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho
con vosotros, vosotros también lo hagáis», es decir, amar a los demás cómo él nos
ha amado ¡Feliz Pascua de resurrección para todos!
Saludando a los peregrinos
polacos el Santo Padre, les ha manifestado que en estos día hemos recordado el segundo
aniversario de la muerte del bien amado Juan Pablo II. “Doy las gracias a todos –
ha dicho textualmente Benedicto XVI – por la constante oración ante Su tumba. Me alegro
con vosotros por el progreso de Su proceso de beatificación. Que las enseñanzas del
Siervo de Dios cambien la vida de cada polaco y la vida de cada familia polaca. Deseo
a todos una intensa experiencia espiritual durante esta Semana Santa y una gozosas
fiestas pascuales”.
También el Papa, saludando a los peregrinos de lengua italiana,
se ha dirigido de forma particular a los participantes en el encuentro internacional
del UNIV, promovido por la Prelatura del Opus Dei. Queridos amigos, os deseo que estas
jornadas romanas sean para todos ocasión de una fuerte experiencia eclesial para que
podáis volver a casa animados por el deseo de servir con mayor generosidad a Cristo
y a lso hermanos. “Servicio: ¡como me gusta esta palabra! – decía san José María Escrivá
– y añadía “encomendemos al Señor nuestras decisiones de querer aprender a servir,
porque sólo así podremos, no solamente conocer a Cristo, sino hacerlo conocer y amar
a los demás”.
Finalmente Benedicto XVI, como siempre, ha saludado cordialmente
a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Mañana entraremos en el Sacro
Triduo que nos hace revivir los misterios centrales de nuestra salvación. Os invito
a vosotros, queridos jóvenes, a mirar la Cruz y a extraer de ella luz para caminar
fielmente sobre las huellas del Redentor. Para vosotros, queridos enfermos, la Pasión
del Señor, que culmina en el triunfo glorioso de la Pascua constituya siempre, especialmente
en los momentos de al prueba, un manantial de esperanza y de consuelo. Y a vosotros,
queridos recién casados, disponed vuestros corazones para celebrar con intensa participación
el Misterio pascual, para que vuestra existencia se convierta cada día en un don recíproco,
abierto al amor fecundo del bien.