2007-03-28 15:11:02

Audiencia General: “No existe un cristianismo superior y otro para los ingenuos. La fe es una verdadera tradición apostólica que tiene su punto central en la Iglesia de Roma”


Miércoles, 28 mar (RV).- Este miércoles Benedicto XVI ha celebrado la Audiencia General en la plaza de San Pedro para los miles de peregrinos presentes en Roma procedentes de todo el mundo. En su catequesis el Papa ha hablado de la figura de san Ireneo, teólogo que vivió a caballo entre los siglos segundo y tercero de la Era Cristiana. Ireneo, preocupado por la cuestión de la “regla de la fe” insistía en que “todos los cristianos deben escuchar lo que dicen los obispos y en particular la Iglesia de Roma, verdadera base de la tradición de los Apóstoles”.

“La fe cristiana no es elitista o intelectualista, como han sostenido distintas herejías” a los largo de los siglos, sino que está “destinada a todos los pueblos” ha subrayado el Santo Padre. “La fe -ha explicado el Pontífice- es única, pública e inspirada por el Espíritu Santo y ha sido transmitida a través de los Apóstoles y los Evangelistas a los Obispos”. No existe un cristianismo superior y otro para los ingenuos. “La fe es una verdadera tradición apostólica que, como una cadena ininterrumpida” tiene su punto central en la Iglesia de Roma.

A continuación les ofrecemos el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la Audiencia: RealAudioMP3 San Ireneo, discípulo de san Policarpo, fue obispo de Lión. Ireneo era sobre todo un Pastor, que expuso y defendió con claridad la verdad de la fe, en particular frente a las sectas gnósticas. Preocupado por la cuestión de la “regla de la fe”, y su transmisión, Ireneo afirmaba que aquella coincide con el Credo de los Apóstoles, transmitido a los Obispos y a sus sucesores. Así, la enseñanza verdadera la imparten los Obispos que la han recibido a través de una Tradición constante. Destaca la enseñanza de la Iglesia de Roma, cuya apostolicidad se remonta a Pedro y Pablo. Para Ireneo la Tradición apostólica es pública, no privada o secreta. El contenido de la fe se recibe de los Apóstoles, de ahí la importancia de la “sucesión apostólica”. Además, la Tradición apostólica es única, con el mismo contenido fundamental en todas partes. Finalmente, la transmisión de la Tradición apostólica no depende de la capacidad de hombres más o menos doctos, sino del Espíritu Santo. Esto hace que la Iglesia sea una realidad siempre viva y joven, enriquecida con múltiples carismas. Saludo ahora cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, a los fieles de diversas parroquias y a los estudiantes llegados de España, así como al grupo de militares de la Armada Española. Saludo con afecto también a los visitantes de México y de otros países latinoamericanos. Os animo a adquirir una sólida formación en la fe de los Apóstoles, y a transmitirla fielmente a los demás con vuestras palabras y el ejemplo de vuestra vida. ¡Gracias por vuestra visita!
 
Luego, saludando a los peregrinos de lengua italiana, el Sumo Pontífice se ha referido particularmente a los obispos de Sicilia, que estos días están cumpliendo su quinquenal visita “ad Limina Apostolorum” acompañados por los fieles de sus diócesis. “Queridos hermanos en el episcopado -ha dicho el Papa- quiero repetir aquí lo que recomendaba el Apóstol Pablo a Timoteo: “anunciad integralmente la Palabra de Dios, insistid en toda ocasión oportuna e inoportuna, advertid, reprended, exhortad con magnanimidad y doctrina”.

“Sostened con vuestro ejemplo a los sacerdotes, a las personas consagradas y a los fieles sicilianos, para que continúen dando testimonio de Cristo y de su Evangelio, con renovado impulso y fervor”, ha afirmado Benedicto XVI. “Que ningún temor os sorprenda nunca y agite vuestros corazones. Quien sigue a Cristo no se asusta de las dificultades; quien confía en Él va hacia delante seguro. Sed constructores de paz en la legalidad y en el amor, ofreciendo luz a los hombres de nuestro tiempo, que a pesar de estar inmersos en los problemas de la vida cotidiana, advierten la llamada de las realidades eternas”.

Pensando en la Fiesta de la Anunciación, celebrada el pasado lunes, el Papa ha saludado como siempre al final de la Audiencia a los jóvenes, enfermos y recién casados. El “sí” pronunciado por María os anime a vosotros, queridos jóvenes, a responder con generosidad a la llamada de Dios. La humilde adhesión a la voluntad divina de la Virgen, en Nazaret y en el Calvario, os ayude a vosotros, queridos enfermos, a uniros cada vez más profundamente al sacrificio redentor de Cristo. Que Aquella que acogió al Verbo Encarnado os acompañe a vosotros queridos recién casados en el camino matrimonial y os haga crecer cada día en la fidelidad del amor.








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