Ángelus: El “sí” de Jesús y María, se renueva cada día con el “sí” de los mártires
que son asesinados por predicar el Evangelio
Domingo, 25 mar (RV).- Benedicto XVI ha centrado su alocución previa al rezo mariano
del Ángelus de este quinto domingo de Cuaresma, en el “estupendo misterio de la fe”
que es la Anunciación. Ante una plaza de san Pedro abarrotada de fieles, el Sumo Pontífice
ha recordado que aunque hoy, 25 de marzo, es la solemnidad de la Anunciación de la
Beata Virgen María, ésta se celebrará mañana dada su coincidencia con un domingo de
Cuaresma.
La Anunciación que aparece narrada en el Evangelio de san Lucas,
“es un acontecimiento humilde, escondido, nadie lo vio, nadie lo conoció, sólo María,
pero al mismo tiempo –ha señalado Pontífice- se trató de un hecho histórico para la
humanidad”. Porque cuando la Virgen pronunció su “sí” al anuncio del Ángel, Jesús
fue concebido y con Él, dio inicio una nueva era en la historia.
El Papa ha
proseguido su alocución previa al rezo del Ángelus recordando, que ese “sí” de María,
es el reflejo perfecto del de Cristo cuando llegó al mundo: “Gracias al encuentro
de éstos dos ‘sí’ –ha señalado el Pontífice- Dios ha podido adquirir un rostro humano.
Por eso la Anunciación es una fiesta cristológica, porque celebra un misterio central
de Cristo, su Encarnación”.
En este sentido, la Iglesia extiende el “sí” de
María al Ángel, ofreciendo su propia disponibilidad para hacer que Dios “pueda seguir
visitando a la humanidad con su misericordia”. Precisamente, ese “sí” de Jesús y María,
se renueva cada día con el “sí” de los mártires que son asesinados por predicar el
Evangelio. “Lo subrayo –ha proseguido el Pontífice- recordando que ayer, 24 de marzo,
aniversario del asesinato de monseñor Oscar Romero, arzobispo de San Salvador, se
celebró la Jornada de oración y ayuno por los misioneros mártires: obispos, sacerdotes,
religiosos, religiosas y laicos truncados mientras cumplían su misión de evangelización
y promoción humana”.
“La esperanza para el mundo”, fue el tema elegido este
año para recordar a aquellos que testimoniaron que el amor de Cristo es más fuerte
que la violencia y el odio. “No buscaban el martirio –ha dicho el Papa- pero estaban
preparados a dar su vida por ser fieles al Evangelio. El martirio cristiano sólo se
justifica como acto supremo de amor de Dios a los hermanos”.
Y tras el rezo
mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha recordado
que el próximo domingo, 1 de abril, se celebra la Liturgia del Domingo de Ramos, con
la que da inicio la Semana Santa. Asimismo, ese día se conmemora la XXII Jornada Mundial
de la Juventud bajo el tema del mandamiento de Jesús: “Como yo os he amado, amaos
los unos a los otros” (Jn 13.34). En este sentido, Benedicto XVI ha invitado a los
jóvenes de la Diócesis de Roma a participar en una Liturgia penitencial, que el propio
Pontífice presidirá el jueves 29 de marzo en la Basílica de san Pedro. “Aquellos que
lo deseen –ha señalado el Papa- tendrán la posibilidad de aproximarse al Sacramento
de la Confesión, verdadero encuentro con el amor de Dios, el cual cada hombre necesita
para vivir en la felicidad y en la paz”.
Seguidamente el Santo Padre ha saludado,
como es tradicional, en varios idiomas. En eslovaco, el Pontífice se ha dirigido en
especial a los peregrinos greco-católicos a quienes ha recordado la figura del beato
obispo y mártir Pavol Gojdič, quien hace ochenta años recibió la ordenación episcopal
en Roma. “Que el ejemplo de su vida heroica –ha exhortado el Papa- os anime en la
fidelidad a Dios y a la Iglesia”.
Por último, en español, éstas han sido las
palabras que Benedicto XVI ha dirigido a todos los fieles de habla hispana: “Saludo con afecto
a los peregrinos de lengua española. Queridos hermanos: mañana celebraremos la fiesta
de la Encarnación del Hijo de Dios. Próximos ya a la Pascua, acudamos con fe a la
Virgen María para que abra nuestros corazones a la contemplación del amor con el que
Cristo se entregó por todos nosotros, y nos ayude a dar siempre testimonio del valor
inmenso de la vida humana. ¡Feliz domingo!”.