Viernes, 23 feb (RV).- “Jóvenes y cultura secularizada” es el tema del Congreso que
está teniendo lugar en el palacio San Calixto de Trastevere, en Roma, en la sede del
Pontificio Consejo para los laicos y promovido en colaboración con la Asociación internacional
“Caridad política” y la Universidad católica. Personalidades del mundo universitario,
de la economía, políticos comunicadores, asociaciones y la Iglesia, se han reunido
en este seminario que centra su atención en los jóvenes, primeras víctimas de un malestar
social y existencial, siempre más difundido en las sociedades contemporáneas occidentales,
donde un secularismo cada vez más extendido está desafiando el futuro de la humanidad.
Entre
las consecuencias más graves que este proceso conlleva, está el relativismo imperante,
como ha evidenciado el cardenal Paul Poupard, presidente del Pontificio Consejo para
la Cultura, en su relación, que tuvo que leerse dada la imposibilidad del purpurado
de presidir el encuentro. El cardenal Poupard lamenta esta “oleada de iluminismo y
laicismo que quiere encerrar al hombre dentro de los límites de lo experimental y
de lo calculable”, mientras en la praxis, la libertad individual viene erigida como
valor fundamental bajo el cual tienen que estar todos los otros”.
“Creer hoy
es más difícil especialmente para los jóvenes -según el purpurado- En un mundo que
se presenta como autosuficiente: Dios parece superfluo y extraño”. Y luego quien difunde
esta visión del mundo es la “globalización mediática”, que vehicula la idolatría del
consumo y de la posesión, de la supremacía de unos hombres sobre otros. “En este clima
los jóvenes pierden el rumbo y el sentido de la vida” -ha explicado por su parte,
el profesor Alfredo Luciani, presidente de la Asociación “Caridad Política”- y se
lanzan entonces hacia la carrera exasperada, hacia la autoafirmación y el éxito, acariciando
falsas diversiones y los paraísos artificiales de las drogas y otras formas de alienación.
“¿Qué
hacer ante esta situación?”. En este seminario quiere relanzarse el redescubrimiento
de la caridad intelectual, la familia y la vida de la belleza. Son muchos los relatores
que provienen también del mundo empresarial y del mundo publicitario, a menudo acusados
estos últimos, de materialismo de mercado y de hacer del hombre y de la mujer pura
mercancía.