Escuchar el programa Viernes, 16 feb
(RV).- Hoy hablaremos de las lógicas que se dan en nuestros comportamientos a lo largo
de la vida, de los patrones que, desde niños, construimos para actuar y entender nuestro
entorno y nuestras propias formas de ser. Obviamente, en ello la familia cumple un
papel fundamental, pues a partir de las relaciones familiares podemos crear nuestros
patrones de comportamiento.
Nuestra primera relación, sin lugar a dudas,
se da con nuestros padres, aunque debemos tener en cuenta que en las familias latinas
es frecuente que otros parientes formen parte integral de nuestra crianza, como abuelos
o tíos. La relación que tengamos con nuestros padres es la base, y en cierto modo,
también el espejo de todas las demás relaciones: de pareja, de trabajo, de amistades.
Pero como los padres no son perfectos, en muchas ocasiones las relaciones
y el ámbito familiar en general no es bueno y mucho menos favorable para crear patrones
psicológicos y de comportamiento que permitan un buen balance de amor y disciplina,
así de como buenos ejemplos, que les permitan ser adultos satisfechos y felices.
Muchas
veces, los padres tienen deficiencias o las circunstancias son poco favorables. En
esos casos, es muy importante limpiar la relación con ellos, esto significa hacer
un análisis de las circunstancias que se vivieron. Una limpieza es tratar de superar
las diferencias, de lo contrario, se presentarán conflictos con los demás seres queridos
en un futuro: es decir, con nuestros propios hijos, con figuras de autoridad e incluso
problemas de salud y desenvolvimiento laboral.
Un ejemplo de ello lo tenemos
en un hombre triunfador en los negocios que se quejaba de fuertes dolores de espalda
que habían sido diagnosticados como espasmos de tensión. Durante el tratamiento se
apreció que estos dolores, que se presentaban durante conflictos con su jefe, su esposa
y su hijo, provenían de sentimientos de frustración y enojo que nunca había expresado
a su padre, un hombre de fuerte disciplina.
Como este caso, sin duda, hay
muchas personas que de manera inconsciente repiten sus esquemas de relaciones agresivas,
maltratadoras, evasivas, relaciones basadas en el desamor. De ahí que muchas personas
crean que hacer limpieza de ese tipo de relaciones familiares es innecesario, sobre
todo, cuando se es consciente de los problemas de su infancia. De hecho, hay padres
muy dañinos, con cuya relación no hay arreglo posible, pero en la mayoría de los casos
una labor de limpieza trae alivio y mejoría en las relaciones cotidianas. Incluso
en los casos de padres muy dañinos, una visita al pasado ayuda a seguir la vida con
menos lastre emocional.
La limpieza es muy importante, ya que si bien los
niños no tienen la madurez intelectual ni emocional para usar juicio crítico, sí tienen
la necesidad de hallar un sentido a sus vidas. Los niños con padres buenos y relaciones
de afecto y cuidado adecuadas, interiorizan de manera natural las reglas y conceptos
de la vida válidos.
Igualmente, los niños con padres con dificultades
y una relación problemática, hacen libretos o interiorizan estas pautas de lo que
es la vida, las normas y formas de ser que posteriormente, en la edad adulta, vivirán
de modo tal que cumplan con esas creencias. Ahora, es importante destacar que no se
trata de personas masoquistas, ni perdedores natos, simplemente ubican sus ideas de
lo que esperan de la vida en creencias erróneas, dictadas y vividas en su niñez en
un ambiente dañino y perturbado pero aprendido como la única expresión y posibilidad
de vivir.
No olvidemos, entonces, lo importante que es la familia y el
ambiente de amor y fraternidad en el hogar, para el futuro y equilibrio de cada persona.
Texto: Alma García Locución: Alina Tufani Díaz