2007-02-15 16:37:00

El Papa hace un llamamiento en favor de la ayuda humanitaria para las poblaciones necesitadas de Corea del Norte y advierte ante el riesgo de una carrera armamentista nuclear


Jueves, 15 feb (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana, en audiencia, al presidente de la República de Corea, Roh Moo-hyun, acompañado de su esposa y séquito. Y, en el marco de esta audiencia, se ha dado a conocer una carta que el Papa ha entregado al mandatario coreano. En la misiva, acogiendo cordialmente al presidente Roh Moo-hyun, el Santo Padre saluda con profundo afecto a todo el pueblo de Corea, asegurando sus oraciones por «la paz y la estabilidad en la península coreana y en toda la región».

Tras recordar que durante más de cincuenta años, el pueblo de Corea sufrió las consecuencias de la división, en la que numerosas familias quedaron destrozadas, el Papa pide que se transmita su cercanía espiritual a todos aquellos que sufren debido a esa triste separación, asegurando asimismo sus oraciones para que se encuentre pronto una solución que permita el acercamiento y la comunicación.

Lamentando que el mundo moderno está marcado por un creciente número de atentados contra la dignidad de la vida humana, el Santo Padre elogia a todos aquellos que en Corea «trabajan en favor de la defensa de la sacralidad de la vida, del matrimonio y de la familia». Contextos, en los que la Iglesia católica es particularmente activa.

Ante el riesgo de una carrera armamentista nuclear en esta misma región - preocupación que comparte plenamente también la Santa Sede - Benedicto XVI dirige «un apremiante llamamiento para que las partes interesadas no escatimen esfuerzos en resolver las tensiones presentes, con medios pacíficos, frenando asimismo cualquier gesto o iniciativa que pudieran poner en peligro las negociaciones». Al mismo tiempo, el Papa exhorta a que se asegure el acceso urgente «a la ayuda humanitaria a la población más necesitada de Corea del Norte».

El Santo Padre manifiesta su profunda gratitud a Dios por el destacado desarrollo económico que experimenta la República de Corea y, al mismo tiempo, con la conciencia de que no todos los ciudadanos de esta nación pueden se beneficiar plenamente de esta creciente prosperidad, el Papa alienta a sus mandatarios «a trabajar en armonía con todos aquellos que anhelan la promoción del bien común y de la justicia social».

La misiva del Pontífice, que agradece la visita del presidente de Corea, que «sirve para fortalecer las buenas relaciones existentes entre este país y la Santa Sede», concluye invocando a san Andrés Kim Taegon y a los mártires coreanos, con el anhelo de que protejan a los ciudadanos de esta amada nación. El Papa reza por todo el pueblo de Corea y asegura sus mejores parabienes.

Sobre esta misma audiencia de Benedicto XVI al presidente de la República de Corea, la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha hecho público un comunicado en el que se informa de que después del encuentro con el Papa, el Sr. Roh Moo-Hyun ha sido recibido por el cardenal Tarcisio Bertone. En las conversaciones se han destacado «las cordiales relaciones entre la Santa Sede y la República de Corea, así como el entendimiento y la cooperación existentes entre la Iglesia católica y las autoridades civiles». Sin olvidar «la situación política y social en Asia Oriental y, en particular, la evolución del proceso de reconciliación en la península coreana y el respeto y promoción de los derechos humanos en esta misma región».







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