2007-02-09 15:35:06

El Papa pide, al nuevo embajador de Colombia ante la Santa Sede, que se ponga fin al cruel flagelo de los secuestros que atentan a la dignidad y a los derechos de las personas


Viernes, 9 feb (RV).- Benedicto XVI ha recibido esta mañana las cartas credenciales del nuevo embajador de Colombia ante la Santa Sede, Juan Gómez Martínez. En el discurso que le ha dirigido, no ha pasado desapercibido para el Papa “los importantes esfuerzos que Colombia ha realizado para conseguir la paz y la reconciliación”, junto con el empeño por fomentar el progreso y reforzar las instituciones democráticas”. “Son de alabar -ha dicho el Pontífice- la constante preocupación del gobierno colombiano en materia de educación”, así como los objetivos alcanzados para “una mayor seguridad y estabilidad social, en la lucha contra la pobreza”.

No obstante, el Santo Padre también ha mencionado las complejas situaciones en el campo político y social que continúan dándose en el país. “Conozco -ha dicho- los desafíos que entraña el llevar adelante un diálogo de paz, y los múltiples escollos que surgen en el camino. Persisten, además, otros problemas en la sociedad que atentan contra la dignidad de las personas, la unidad de las familias, un justo desarrollo económico y una conveniente calidad de vida”.

Teniendo en cuenta tanto los logros como las dificultades, Benedicto XVI ha animado “a todos los colombianos a continuar en sus esfuerzos para conseguir la concordia y el crecimiento armónico de la nación. Estas aspiraciones, sólo alcanzan su plena realización cuando Dios es considerado como el centro de la vida y de la historia humana, ha puntualizado Benedicto XVI.

Asimismo el Pontífice ha destacado la importante labor de la Iglesia católica para la reconciliación nacional. “Su voz ha resonado en los momentos decisivos de la vida colombiana, recordando cuáles son las bases insustituibles del verdadero progreso humano y de la convivencia pacífica, exhortando a los católicos y a los hombres de buena voluntad a seguir el camino del perdón y de la responsabilidad común, para instaurar la justicia”.

Como Pastor de la Iglesia Universal, Benedicto XVI ha expresado su preocupación por las leyes que conciernen a cuestiones muy delicadas como la transmisión y defensa de la vida, la enfermedad, la identidad de la familia y el respeto del matrimonio. “Sobre estos temas, la Iglesia católica seguirá proclamando sin cesar la inalienable grandeza de la dignidad humana”, ha afirmado el Papa matizando que es necesario apelar también a la responsabilidad de los laicos, “para que las leyes expresen siempre los principios y los valores que sean conformes con el derecho natural y que promuevan el auténtico bien común”.

Finalmente, el Santo Padre, aludiendo a su discurso del mes pasado al Cuerpo Diplomático ante la Santa Sede, ha vuelto a hablar de la crisis de las personas desplazadas a causa del largo conflicto interno colombiano. “Se deben realizar todos los esfuerzos necesarios para pacificar el país, y para devolver también las personas secuestradas a sus familias, para volver a dar seguridad y una vida normal a millones de personas.

“El ardiente deseo” del Pontífice es que se ponga fin asimismo al “cruel flagelo de los secuestros, que atentan de manera tan grave a la dignidad y a los derechos de las personas. Acompaño con mi oración a quienes se hallan injustamente privados de la libertad y expreso mi cercanía a sus familias, confiando en su pronta liberación”.









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