Miércoles, 31 ene (RV).- Un 30 de enero de 1948 la paz perdía uno de sus máximos exponentes
humanos: el líder espiritual de la India Mahatma Gandhi era asesinado a tiros por
un integrista hindú. Gandhi fue el impulsor de la resistencia pacifista; de la reivindicación
no-violenta. Tras 20 años de enfrentamiento al régimen del apartheid al que se vieron
sometidos negros e indios en Sudáfrica, se trasladó a la India para exigir la independencia
de su país -entonces, colonia de Gran Bretaña-.
Su muerte fue un duro golpe
para toda la comunidad internacional, es más, hasta las Naciones Unidas decretaron
unos días de luto. Sin embargo, el insondable espíritu de lucha y su alto concepto
de justicia hicieron de Gandhi el símbolo universal de la paz y la no-violencia. Es
por eso por lo que cada 30 de enero se rememora su figura y su mensaje: "'Amor universal,
No-violencia y Paz. Porque el Amor universal es mejor que el egoísmo, la No-violencia
es mejor que la violencia y la Paz es mejor que la guerra'.
En este día, los
colegios canalizan y potencian este valor por medio de actividades y actos de rechazo
a la violencia y a la discriminación. Así los centros educativos se convierten en
canales de entendimiento, tolerancia, solidaridad y respeto a los Derechos Humanos.
La fundación Entreculturas ha querido proporcionar a las escuelas y a las
familias herramientas útiles para inculcar a los más pequeños el valor de la paz y
de la justicia. En este sentido, y aprovechando un día tan especial como este, recomiendan
la Guía didáctica Muévete en Red Niños y Niñas 2 en la que se proporcionan las instrucciones
necesarias para llevar a cabo una dinámica orientada a la Paz. "La misma historia
pero al revés" (páginas 8 y 9), es una propuesta divertida para reflexionar y aprender
jugando.
A través de pequeños test de geografía, de enseñar a preparar chocolate
o yogurt, a preparar papel reciclado, los más pequeños se acercan al mundo de la paz,
de la no violencia. Precisamente Benedicto XVI pensando en los mas pequeños, especialmente
en los que tienen su futuro comprometido por la explotación y la maldad de los adultos
sin escrúpulos, quiso dedicar la Jornada Mundial de la Paz 2007 a "La persona humana,
corazón de la paz".
Benedicto XVI quiso dirigir un llamamiento apremiante
al Pueblo de Dios, para que todo cristiano se sienta comprometido a ser un trabajador
incansable en favor de la paz y un valiente defensor de la dignidad de la persona
humana y de sus derechos inalienables. El cristiano, dando gracias a Dios por haberlo
llamado a pertenecer a su Iglesia, que es « signo y salvaguardia de la trascendencia
de la persona humana » [9] en el mundo, no se cansará de implorarle el bien fundamental
de la paz, tan importante en la vida de cada uno. Sentirá también la satisfacción
de servir con generosa dedicación a la causa de la paz, ayudando a los hermanos, especialmente
a aquéllos que, además de sufrir privaciones y pobreza, carecen también de este precioso
bien. Jesús nos ha revelado que «Dios es amor» (1 Jn 4,8), y que la vocación más grande
de cada persona es el amor. En Cristo podemos encontrar las razones supremas para
hacernos firmes defensores de la dignidad humana y audaces constructores de la paz.