Audiencia general: el Papa subraya que la santidad no consiste en no equivocarse nunca,
sino que crece en la capacidad de conversión, arrepentimiento y disponibilidad a volver
a empezar
Miércoles, 31 ene (RV).- Benedicto XVI ha destacado en su catequesis de hoy el ejemplo
elocuente de san Pablo, como «hombre abierto a la colaboración en la Iglesia» y ha
reflexionado, en particular, sobre las figuras de tres grandes colaboradores de este
Apóstol: Bernabé, Silas y Apolo.
En su alocución central en italiano, tras
evocar algunos momentos de la vida de san Pablo, que conoció sinsabores con algunos
de sus colaboradores en la misión evangelizadora, el Santo Padre ha señalado como
«muy consolador» el hecho de que también la vida de los grandes santos está marcada
por pequeñas discordias y controversias. «Ello nos muestra que los santos no han caído
del cielo, sino que eran hombres como nosotros con problemas incluso complicados»,
ha afirmado sonriendo Benedicto XVI. Palabras que han sido acogidas con un gran aplauso
por los cerca de seis mil peregrinos que han acudido al Aula Pablo VI.
Destacando
la importancia de la «reconciliación y el perdón», Benedicto XVI ha hecho hincapié
en que la Santidad «no consiste en no equivocarse nunca», sino que «crece en la capacidad
de conversión, en la capacidad de arrepentimiento y de disponibilidad y en la capacidad
de volver a empezar». Pues es la capacidad de perdonar la que nos hace santos. Y todos
podemos aprender este camino de santidad. El Santo Padre ha concluido su alocución
central reiterando la actualidad de las palabras con las que San Pablo destaca que
«todos somos ministros de Jesús, cada uno con su característica, porque es Dios el
que hace crecer»:
Esta palabra vale también hoy para todos. Tanto el Papa
como los cardenales, los obispos, los sacerdotes y los fieles laicos, todos seamos
humildes ministros de Jesús. Pongámonos al servicio del Evangelio en todo lo que podamos
- cada uno según los dones que ha recibido - y recemos para que Dios haga crecer hoy
su Evangelio y su Iglesia.
Este ha sido el resumen que de su catequesis ha
hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en
el aula Pablo VI:
Queridos
hermanos y hermanas:
Dedicamos la catequesis de hoy
a tres colaboradores de san Pablo. Bernabé, que significa “hijo de la exhortación”,
fue uno de los primeros judíos que abrazó el cristianismo. Con gran generosidad vendió
un campo de su propiedad entregando el dinero a los Apóstoles para las necesidades
de la Iglesia. Se hizo garante de la conversión de Pablo ante los cristianos de Jerusalén,
que desconfiaban del antiguo perseguidor, y fue su primer compañero de misión. Participó
con Pablo en el llamado Concilio de Jerusalén, en el cual se decidió que para ser
cristiano no era necesaria la circuncisión.
Silas
compartió con Pablo la evangelización en el ámbito cultural griego. Fue encargado
de llevar las decisiones del Concilio de Jerusalén a los hermanos de Antioquía, Siria
y Cilicia.
Apolo, hombre culto, gran conocedor de
las Escrituras y lleno de fervor, contribuyó no sólo a anunciar, sino también a profundizar
en la naturaleza de la fe en Jesucristo. Pablo, apreciando su trabajo, reprocha a
los Corintios que se dividieran en facciones, y les inculca que todos son colaboradores
de Dios. Los tres dedicaron generosamente sus vidas a Jesucristo y a la difusión del
Evangelio.
Saludo cordialmente a los peregrinos de
España y América Latina, especialmente al grupo de jóvenes universitarios de Chile,
así como a los demás visitantes venidos de España, Argentina y México. Estos tres
colaboradores de san Pablo nos enseñan a seguir fielmente a Cristo y ser testigos
de la salvación que ha traído para todos los hombres.
Benedicto XVI saludando
a los peregrinos de lengua polaca presentes en el Aula Pablo VI les ha recordado que
este viernes se celebra la fiesta de la Presentación del Señor y la Jornada mundial
de la Vida Consagrada. Ofreciendo a Dios a su Hijo Jesús, llevándole al templo, la
Virgen Madre nos invita, a cada uno de nosotros a ofrecer nuestra misma vida a Dios
y a los hermanos. Doy gracias a Dios por todos aquellos que ofrecen su vida a Cristo
siguiendo el camino de los consejos evangélicos. Encomiendo a todos a vuestras oraciones.
Que Dios os bendiga.
Benedicto XVI ha hecho hincapié este miércoles en la importancia
de que los fieles laicos respondan a los «desafíos de hoy con una profunda espiritualidad
y una renovada audacia, proponiendo a los hombres y mujeres de nuestra época el mensaje
salvífico de Cristo en su integridad».
En su cordial bienvenida a los peregrinos
de lengua italiana, el Santo Padre se ha dirigido en particular a los fieles de la
diócesis de Liguria, que acompañan a sus obispos que están realizando su visita ad
limina apostolorum. Invitándolos a «tomar cada vez más conciencia de su papel en la
Iglesia», el Santo Padre les ha recordado que «la llama de la fe, recibida en el bautismo,
debe mantenerse bien encendida mediante la oración y la práctica de los Sacramentos.
Y debe resplandecer en las palabras y en el ejemplo, para permitir que todos puedan
recibir luz y calor espiritual».
Como siempre al final de la audiencia el Papa
se ha dirigido a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Hoy, la liturgia
recuerda a San Juan Bosco, padre y maestro de los jóvenes, a los que anunció el evangelio
con incansable ardor. Que su ejemplo os anime a vosotros, queridos jóvenes, a vivir
de manera auténtica la vocación cristiana; que os ayude a vosotros, queridos enfermos,
a ofrecer vuestro sufrimiento en unión a aquellos de Cristo por la salvación de la
humanidad; y que os sostenga a vosotros, queridos recién casados, en el recíproco
compromiso de construir vuestra familia fiel al amor de Dios y de los hermanos.