Rumanía en la UE, el patrimonio de los cristianos en Europa, los desafíos de la globalización
y camino ecuménico: temas del encuentro entre el Papa y el representante rumano ante
la Santa Sede
Sábado, 20 ene (RV).- “Con satisfacción” la Santa Sede ha acogido la admisión oficial
de Rumanía de la Unión Europea “después de largos años de esfuerzos”, signo de “unidad
reencontrada del continente europeo, después de un largo y triste periodo de separación
de la guerra fría”. Rumanía rica de un “innegable patrimonio cristiano”, que ha contribuido
a modelar la Europa de las Naciones y la Europa de los pueblos, –ha subrayado el Papa
al nuevo embajador de Rumanía ante la Santa Sede, Marius Gabriel Mazurca– puede aportar
una “contribución original al edificio europeo para que no sea solamente una fuerza
económica y un gran mercado de bienes de consumo, sino que encuentre un nuevo empuje
político, cultural y espiritual, capaz de construir un porvenir prometedor para las
nuevas generaciones”.
Si desde hace tiempo Rumanía esta comprometida “en un
profundo trabajo de renovación de la sociedad, para curar las heridas del pasado y
permitir a todos gozar de las libertades fundamentales y de beneficiarse de los progresos
económicos y sociales”, Benedicto XVI ha animado a los responsables políticos hacia
una “solidaridad activa” entre todos los estratos de la población, para evitar que
en la hora de la globalización no se produzca una brecha cada vez más profunda entre
los ciudadanos que acceden al desarrollo económico y aquellos progresivamente marginados,
como se observa, en muchas sociedades modernas.
Es menester garantizar a todos
el acceso equitativo a una justicia independiente y transparente, capaz de luchar
eficazmente contra aquellos que no respetan el bien común y doblegan las leyes en
provecho propio. Benedicto XVI ha recomendado después la libertad de todos los cultos
en el seno de al sociedad rumana, expresando particular inquietud por la histórica
catedral rumano-católica de San José de Bucarest, centro de un acalorado debate por
el proyecto de construir un rascacielos a menos 10 metros de esta catedral. Finalmente
el Santo Padre ha deseado sus mejores auspicios para el diálogo ecuménico a todos
los niveles entre fieles católicos y ortodoxos.