La Santa Sede espera normalizar sus relaciones con China
Sábado, 20 ene (RV).- La Santa Sede auspicia llegar a una normalización en las relaciones
con China, con tal de consentir la pacífica y fructífera vida de la fe de la Iglesia
en este país. El Papa, tras una reunión de 2 días a este propósito, enviará una carta
a los católicos chinos.
El papa Benedicto XVI, con el deseo de profundizar
en el conocimiento de la situación de la Iglesia católica en China Continental, había
convocado una Reunión a este propósito, que ha tenido lugar en el Palacio Apostólico
Vaticano los días 19 y 20 de este mes.
En los trabajos presididos por el cardenal
Secretario de Estado, Tarcicio Bertone, han participado algunos representantes del
episcopado chino y algunos expertos de la Santa Sede. El amplio y articulado debate
ha estado animado por al franqueza y la cordialidad. A la luz de la historia reciente
de la Iglesia en China y de los principales acontecimientos de los últimos años, han
sido examinados los problemas eclesiales más graves y urgentes, que esperan adecuadas
soluciones en relación a los principios fundamentales de la constitución divina de
la Iglesia y de la libertad religiosa. Se ha constatado, con profundo reconocimiento,
el luminoso testimonio ofrecido por los obispos, sacerdotes y fieles, que sin ceder
a compromisos, han mantenido la propia fidelidad a la Sede de Pedro, a veces incluso
pagando con grandes sufrimientos. Asimismo se ha constatado con alegría que hoy casi
la totalidad de los obispos y de los sacerdotes están en comunión con el Sumo Pontífice.
Sorprendente
además ha sido el crecimiento numérico de la comunidad eclesial que, también en China,
está llamada a ser testigo de Cristo, a mirar adelante con esperanza y medirse, en
el anuncio del Evangelio, con los nuevos desafíos que la sociedad está afrontando.
En
la reunión se ha creído conveniente proseguir el camino de un diálogo respetuoso
y constructivo con las autoridades gubernamentales, para superar las incomprensiones
del pasado. Y además se ha auspiciado llegar a una normalización en las relaciones
a distintos niveles, con tal de consentir la pacífica y fructífera vida de la fe en
la Iglesia y trabajar juntos por el bien del pueblo chino y por la paz en el mundo.
El Santo Padre que ha sido ampliamente informado de las propuestas estudiadas en el
curso de esta reunión, ha decidido enviar una carta a los católicos chinos.