Audiencia general: en el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos,
el Papa invita a los fieles a rezar para que que judíos y cristianos se respeten,
se estimen y colaboren juntos en favor de la justicia y la paz en el mundo
Miércoles, 17 ene (RV).- Benedicto XVI, reflexionando sobre la Semana de Oración por
la Unidad de los cristianos, exhorta a los fieles a vivirla “en un clima de oración
y escucha del Espíritu de Dios, para avanzar en el camino de la plena comunión. El
camino ecuménico “es ciertamente largo y no fácil”, ha advertido el Papa durante la
Audiencia General, pero “es necesario no perder el ánimo” porque “es grande el deseo
de unidad” entre los cristianos.
El Santo Padre recuerda que el octavario
en algunos países, viene precedido por la Jornada de reflexión judeo-cristiana, que
tiene como finalidad incrementar la relación reciproca de amistad entre las dos comunidades.
“Invito, por tanto, a todos a dirigir hoy una insistente invocación al Señor para
que judíos y cristianos se respeten, se estimen y colaboren juntos en favor de la
justicia y la paz en el mundo”.
Benedicto XVI ha centrado el tema de la catequesis
de la Audiencia General de hoy en la Semana de Oración por la unidad de los cristianos
que empieza mañana jueves y que concluirá el Santo Padre personalmente en el basílica
de san Pablo extramuros, el próximo 25 de enero, con la celebración de las Vísperas,
a las que han sido invitados también los representantes de las otras Iglesias y Comunidades
eclesiales de Roma.
“La semana del 18 al 25 de enero -ha dicho el Papa- es
un tiempo de firme compromiso y de oración por parte de todos los cristianos”. Durante
estos años he podido advertir cuán grande sea el deseo unidad, en los encuentros que
he tenido con representantes de Iglesias y Comunidades eclesiales. Han sido experiencias
que han dilatado mi corazón de esperanza”.
El camino de unidad es ciertamente
largo y no fácil; es necesario, sin embargo, no perder el ánimo y seguir recorriéndolo,
contando en primer lugar con el apoyo seguro de Aquel que, antes de subir al cielo,
ha prometido a los suyos: “sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el
fin del mundo”. La unidad es un don de Dios y fruto de la acción de su Espíritu. Por
esto es importante rezar. Cuanto más nos acercamos a Cristo convirtiéndonos a su amor,
más nos acercamos también los unos a los otros.
El Santo Padre ha recordado
que en algunos países entre ellos Italia, la Semana de Oración por la unidad de los
cristianos, viene precedida por la Jornada de reflexión judeocristiana, que se celebra
precisamente hoy, 17 de enero. La Jornada tiene como finalidad promover el conocimiento
y la estima e incrementar la relación de reciproca amistad entre la comunidad cristiana
y la judía, “relación que se ha desarrollado positivamente -ha subrayado Benedicto
XVI- después del Concilio Vaticano II y tras la histórica visita del Siervo de Dios
Juan Pablo a la Sinagoga de Roma”, el 13 de abril de 1986.
También la amistad
judeocristiana para crecer y ser fructuosa, debe fundarse en la oración. Invito, por
tanto, a todos a dirigir hoy una insistente invocación al Señor para que judíos y
cristianos se respeten, se estimen y colaboren juntos en favor de la justicia y la
paz en el mundo.
El Pontífice ha señalado que este año el tema bíblico propuesto
para la oración y reflexión de esta Semana es: “Hace oír a los sordos y hablar a los
mudos”. Son palabras del Evangelio de san Marcos y se refieren a la curación de un
sordomudo por parte de Jesús. “Todo cristiano que es sordo y mudo a causa del pecado
original, -ha afirmado el Papa- con el Bautismo recibe el don del Señor que pone sus
dedos en su rostro, y de esta manera, debido a las gracias del Bautismo, es capaz
de escuchar la Palabra de Dios y de proclamarla a los hermanos. Es más, a partir de
aquel momento su tarea es madurar en el conocimiento y en el amor de Cristo, para
poder así anunciar y dar testimonio eficazmente del Evangelio.
Este tema,
pone de relieve dos aspectos de la misión de toda comunidad cristiana: el anuncio
del Evangelio y el testimonio de la caridad. El tema subraya también cuán importante
es traducir el mensaje de Cristo en iniciativas concretas de solidaridad.
Benedicto
XVI ha explicado finalmente que “la oración por la unidad de los cristianos no puede
limitarse sólo a una semana al año”, porque “la plena unidad de todos los discípulos
del Señor debe extenderse a todos los días del año”. El Papa ha exhortado a todos
los fieles a transcurrir estos días en un clima profundo de oración a la escucha del
Espíritu de Dios para que se cumplan significativos pasos en el camino de la plena
comunión.
Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho Benedicto
XVI en español, saludando a los peregrinos de España y de América Latina:
Queridos
hermanos y hermanas: Mañana comienza la Semana de oración por la unidad
de los cristianos. Durante estos años, en los encuentros que he tenido con representantes
de Iglesias y Comunidades eclesiales, y particularmente en la reciente visita al patriarca
Ecuménico Bartolomé I, en Turquía, he podido observar cuan grande es el deseo de unidad.
Un camino largo y no fácil, que todos debemos seguir recorriendo.
La
unidad es un don de Dios y fruto de la acción de su Espíritu. Por ello es importante
rezar. Cuanto más nos acercamos a Cristo convirtiéndonos a su amor, más nos acercamos
también los unos a los otros.
Este año el tema bíblico
propuesto para la oración y reflexión es: “Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Palabras del Evangelio de Marcos que, poniendo de relieve dos aspectos de la misión
de toda comunidad cristiana: -el anuncio del Evangelio y el testimonio de la caridad-,
subrayan también lo importante que es traducir el mensaje de Cristo en iniciativas
concretas de solidaridad, que favorecen el camino de la unidad. Por ello la oración
por la unidad de los cristianos no puede limitarse sólo a una semana, sino que debe
extenderse a cada día del año.
Saludo cordialmente
a los peregrinos de España y de América Latina, especialmente al grupo de la “Scuola
Italiana” de Montevideo. Os exhorto a vivir esta Semana en un clima de oración y escucha
del Espíritu de Dios, para avanzar día a día en el camino de la plena comunión entre
todos los discípulos de Cristo.
Como de costumbre, el Santo Padre ha saludado
también, en distintas lenguas, a los numerosos peregrinos que han acudido a su audiencia
general. En sus palabras a los fieles provenientes de Croacia, Benedicto XVI se ha
referido al Primer Ministro de esta República, Ivo Sanader, a quien ha recibido al
final de esta misma audiencia.
Saludando a los peregrinos croatas, el Papa
se ha dirigido, en particular, a los miembros del Ordinariato Militar, a la delegación
estatal – encabezada precisamente por el Primer Ministro - y a las asociaciones que
han peregrinado a Roma con motivo del XV aniversario del reconocimiento internacional
de la República de Croacia. «Que la fidelidad a Dios y el cuidado del bien común sean
la expresión de vuestra gratitud por la realización de vuestras legítimas aspiraciones
seculares a la libertad y a la independencia de vuestra querida patria», les ha deseado
Benedicto XVI, invocando sobre esta nación la bendición de Dios y exhortando a alabar
a Jesús y a María.
También en sus saludos en polaco, el Santo Padre ha alentado
a rezar por la unidad de los cristianos. Con el anhelo de que, con la ayuda del Espíritu
Santo, «emprendamos obras que conduzcan a la plena reconciliación» y de que «María,
Madre de la Iglesia sostenga nuestros deseos».
Luego, dirigiéndose a los peregrinos
de lengua italiana, el Pontífice ha saludado a los obispos de la Conferencia Episcopal
de la región de Campania, que se encuentran en Roma con motivo de su visita ad limina.
A los representantes de la policía, asegurando sus oraciones por quienes están llamados
a servir generosamente a los ciudadanos, y a los funcionarios del departamento encargado
de las ceremonias diplomáticas de la República Italiana, acompañados por el secretario
general del ministerio de Relaciones Exteriores.
A estos «queridos amigos»,
cuya tarea les pone en contacto con eminentes personalidades de todo el mundo, Benedicto
XVI les ha agradecido, de forma especial, «la constante y cordial colaboración» que
desarrollan con la Santa Sede. En ese contexto, el Papa ha destacado el generoso y
apreciado compromiso ofrecido en ocasión de los funerales de su predecesor, Juan Pablo
II, y del comienzo de su Ministerio en esta Sede Apostólica.
Finalmente, dirigiéndose
a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, Benedicto XVI ha recordado que
hoy se celebra la memoria litúrgica de san Antonio, Abad, «insigne padre del monaquismo,
maestro de vida espiritual y modelo sublime de vida cristiana». El Papa ha deseado
que su ejemplo ayude a los jóvenes a seguir a Cristo sin condiciones; que sostenga
a los enfermos, en los momentos de desaliento y de prueba, y que impulse a los recién
casados a perseverar en la oración, en la vida de cada día.