2007-01-14 15:14:55

Ángelus: "Es importante tutelar a los migrantes y a sus familias mediante una protección legislativa, jurídica y administrativa, y a través de estructuras de asistencia social y pastoral”


Domingo, 14 ene (RV).- Benedicto XVI ha recordado, durante el rezo mariano del Ángelus, la celebración de hoy, de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado. Ante miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, muchos de ellos pertenecientes a “esa gran familia de migrantes”, el Papa ha señalado que “la migración no tiene que ser vista sólo como un problema, sino también, y sobre todo, como un gran recurso para el camino de la humanidad”. En este sentido el Pontífice ha instado a respetar a la familia migrante, “para que no tenga que sufrir laceraciones irreparables, y pueda permanecer unida o reunificarse, y cumplir así su misión de cuna de vida y de primer ámbito de acogida y de educación de la persona humana”.

En esta 93ª Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, dedicada a la familia migrante, Benedicto XVI ha reflexionado, en su alocución previa al rezo del Ángelus, sobre el papel de la santa Familia de Nazaret, icono de todas las familias y sobre todo de las familias migrantes, ya que, como narra el propio Mateo, san José se vio obligado, como muchas familias hoy en día, a abandonar su casa junto a su mujer y a su hijo, para escapar de la ira de Herodes. “En el drama de la Familia de Nazaret entrevemos la dolorosa condición de tantos migrantes, especialmente de refugiados, exiliados, evacuados, prófugos, y perseguidos –ha señalado el Santo Padre- Reconocemos, en particular, las dificultades por las que pasa la familia migrante, como las incomodidades, las humillaciones, las estrecheces y la fragilidad”.

En realidad, el fenómeno de la movilidad humana es muy amplio y diversificado. Según estimaciones recientes de Naciones Unidas, los migrantes, por razones económicas, son hoy en día unos 200 millones, 9 millones son refugiados, y unos 2 millones son estudiantes internacionales. “A este gran número de hermanos y hermanas -ha exhortado el Papa- tenemos que añadir los evacuados, teniendo en cuenta que cada uno de ellos pertenece, de una forma u otra, a una familia”. De ahí que el Sumo Pontífice haya pedido, para tutelar a los migrantes y a sus familias, “ayudas específicas de protección legislativa, jurídica y administrativa, y también, una red de servicios, de puntos de escucha y de estructuras de asistencia social y pastoral”.

El Santo Padre ha expresado su deseo de que se alcance pronto una “buena gestión de los flujos migratorios y de movilidad humana en general”, para que de este modo, se pueda beneficiar la entera familia humana, comenzando con medidas concretas que favorezcan la emigración regular y la unificación de los familiares, con particular atención a las mujeres y a los menores. Porque, también en el vasto campo de la migración internacional, la persona humana tiene que situarse en el centro, ha recordado el Pontífice. “Solamente el respeto de la dignidad humana de todos los migrantes por un lado, y el reconocimiento por parte de los migrantes mismos de los valores de la sociedad que los hospeda por otro –ha exhortado el Papa- hacen posible la justa integración de las familias en los sistemas sociales, económicos y políticos de los países de acogida”.

Y tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI ha saludado, como es tradicional, a los fieles presentes en la plaza de san Pedro. Lo ha hecho en varios idiomas, en polaco, el Papa ha mandado un mensaje de apoyo para las familias “de los migrantes, refugiados y para todos nosotros, especialmente en los momentos particularmente difíciles de la vida, cuando estamos a la búsqueda de la verdad y de la ayuda de Dios”. En italiano el Sumo Pontífice ha dirigido su saludo a los migrantes llegados hasta la plaza Vaticana en esta especial ocasión dedicada a la familia migrante. Y en español, éstas han sido las palabras que el Pontífice ha dirigido a todos los fieles: RealAudioMP3 “Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española. Queridos hermanos: Como en las bodas de Caná, también ahora la Virgen María está atenta a nuestras necesidades. Ella sabe mejor que nadie lo que nuestro corazón necesita: ¡el amor de Cristo! Por eso, también hoy nos pide a cada uno: «Haced lo que Él os diga». Que María Santísima os ayude a vivir siempre como fieles discípulos de su Hijo Jesucristo. ¡Feliz domingo!”









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