El Papa exhorta a la administración del Lazio y Roma a tomar medidas para que los
jóvenes puedan formar una familia, favoreciendo el empleo juvenil y conteniendo el
precio de la vivienda
Jueves, 11 ene (RV).- El Pontífice ha exhortado esta mañana a la administración de
la región del Lazio, de la provincia y del ayuntamiento de Roma, a incrementar las
iniciativas que pueden hacer menos difícil y gravosa la formación de una familia para
las parejas jóvenes, favoreciendo el empleo juvenil y conteniendo el precio de la
vivienda.
Benedicto XVI ha recibido esta mañana a los administradores de la
región del Lazio, de la provincia y del ayuntamiento de Roma a quienes ha querido
subrayar, ante todo, el afecto, cercanía y solicitud pastoral del Sucesor de Pedro
por los ciudadanos y habitantes de esta región italiana y su capital. De hecho Roma,
con su historia milenaria y su significado universal, y junto a ella el Lazio, como
ha recordado el Papa, es una tierra en la que el cristianismo ha hundido sus raíces
con especial evidencia, y ha producido obras de belleza y frutos de bien.
“Este
patrimonio de bondad y de belleza está ahora, en cierto sentido, en vuestras manos
como administradores públicos, en el respeto de la sana laicidad de vuestras funciones.
Y este es un terreno natural de colaboración entre la Iglesia y la sociedad civil
que vosotros representáis. El bien humano integral de las poblaciones de Roma y del
Lazio se tutela y se incrementa con esta colaboración”.
En este contexto el
Papa ha llamado la atención sobre algunos temas de interés común y de gran importancia
y actualidad, citando su reciente visita al comedor de Caritas diocesana de Roma,
porque “cada hombre que sufre pertenece a la Iglesia y al mismo tiempo pertenece a
todos los hermanos en humanidad”. Por esta razón, el Papa ha expresado su satisfacción
por la larga colaboración entre administración y organismos eclesiales para aliviar
y socorrer las distintas formas de pobreza económica, pero también humana y relacional,
que afligen a un notable número de personas y familias, especialmente entre los inmigrantes.
El
Pontífice ha abordado también el tema de la tutela de la salud “que exige un ingente
esfuerzo coordinado para asegurar, a cuantos sufren por enfermedades físicas o psíquicas,
cuidados inmediatos y adecuados”. También en este terreno Benedicto XVI ha recordado
la contribución de la Iglesia y las organizaciones católicas a la luz de los grandes
principios de la sacralidad de la vida humana, desde su concepción hacia su término
natural, y la centralidad de la persona del enfermo.
Otro de los temas analizados
por el Papa ha sido la familia fundada en el matrimonio y la necesidad de una política
de la familia y para la familia.
Se trata de incrementar las iniciativas que
pueden hacer menos difícil y gravosa la formación de una familia para las parejas
jóvenes, y la generación y educación de los hijos, favoreciendo el empleo juvenil,
conteniendo lo más posible el precio de la vivienda, aumentando el número de las escuelas
maternas y asilos nidos.
En el extremo opuesto el Papa ha advertido contra
la aparición de proyectos peligrosos y contraproducentes que pretenden atribuir a
otras formas de unión reconocimientos jurídicos impropios que terminan inevitablemente
por debilitar y desestabilizar la familia legítima fundada sobre el matrimonio.