Audiencia general: el Papa recuerda a san Esteban, primer mártir cristiano, y subraya
que la 'persecución' es siempre para los cristianos “fuente de nuevas conversiones
y de difusión de la fe”
Miércoles, 10 ene (RV).- Benedicto XVI dedica su catequesis de la audiencia general
de hoy a san Esteban, primer mártir cristiano, que «sigue enseñándonos a no disociar
el compromiso social del anuncio valiente de la fe, y a no decaer ante las dificultades,
aunque nos cueste la vida».
El Papa ha recordado que la ''persecución'' se
convierte siempre para los cristianos en “fuente de nuevas conversiones y de difusión
de la fe”. En sus saludos en español, el Papa desea que el ejemplo de san Esteban
«nos enseñe el valor insustituible del testimonio personal, al que nos conduce el
Evangelio y del cual se alimenta la Iglesia».
“El compromiso social de la caridad
de los cristianos no puede ser separado del anuncio valiente de la fe y del Evangelio”.
Es la exhortación que esta mañana ha hecho Benedicto XVI en el curso de su catequesis
durante la audiencia general en el aula Pablo VI del Vaticano. Catequesis que el Papa
ha dedicado a la figura de san Esteban, el primer mártir de la historia cristiana.
San
Esteban, ha recordado el Pontífice, era sobre todo uno de los siete elegidos por los
apóstoles como ''encargados de la caridad, pero no se puede disociar caridad y anuncio,
y así Esteban cumpliendo la caridad anuncia a Cristo crucificado hasta aceptar el
martirio''. ''Caridad y anuncio -ha repetido el Papa- van siempre juntos''. Esta relación
entre la actividad social y caritativa y la evangelización es uno de los temas principales
de la de la primera encíclica de Benedicto XVI, 'Deus caritas est', publicada el pasado
año.
El Santo Padre ha recordado también en su catequesis que la ''persecución''
se convierte siempre para los cristianos en “fuente de nuevas conversiones y de la
difusión de la fe”. Citando a Tertuliano, -que decía: ''nos multiplicamos cada vez
que somos segados'' y ''la sangre de los mártires es el germen de la fe''-, el Papa
ha comentado que ''la cruz es bendición y aceptando la cruz aprendemos a mirar el
Evangelio, incluso también en los momentos de dificultad'''. Ésta es una lección que
tenemos que atesorar.
El tema de las persecuciones y de la libertad religiosa
violada fue recordado por el Pontífice también en su importante discurso del pasado
lunes al Cuerpo diplomático. Este ha sido el resumen que el Santo Padre ha hecho en
español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en el Aula Pablo VI.
Queridos
hermanos y hermanas:
Hoy queremos poner de relieve
la figura de Esteban, testigo preclaro del Evangelio y primer mártir cristiano. El
Nuevo Testamento lo muestra como el más representativo de los llamados “siete diáconos”,
a los cuales impusieron las manos los Apóstoles, indicando así que les conferían un
encargo, e imploraban sobre ellos la gracia divina para ejercerlo. Les encomendaron
una tarea específica: atender con equidad a los todos los necesitados de la comunidad
cristiana, fueran de origen judío o griego.
Estos
diáconos no sólo se ocupaban del servicio caritativo: Esteban, sobre todo, proclamó
también el Evangelio, interpretando de modo nuevo toda la historia del pueblo de Israel
desde la perspectiva central de Cristo. Eso provocó la persecución y la condena a
muerte, muriendo lapidado. Corroboró así su testimonio de fe derramando por ella su
sangre. Hoy sigue enseñándonos a no disociar el compromiso social del anuncio valiente
de la fe, y a no decaer ante las dificultades, aunque nos cueste la vida.
Saludo
cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de Latinoamérica y de España.
Que el ejemplo de san Esteban nos enseñe el valor insustituible del testimonio personal,
al que nos conduce el Evangelio y del cual se alimenta la Iglesia. Muchas gracias
por vuestra presencia.
En sus palabras en polaco, Benedicto XVI ha saludado
a los peregrinos provenientes de Polonia, que también han acudido a este encuentro
semanal del Papa con los fieles que llegan de numerosos países del mundo para escuchar
su catequesis.
Evocando a san Esteban, diácono y primer mártir de la Iglesia,
el Santo Padre ha presentado su «ejemplo de fe, de su servicio lleno de amor a los
hermanos y de valentía en el testimonio de Cristo», con el anhelo de que «la fe, el
amor y la sabiduría unan a todos los creyentes de Polonia».
Como siempre el
Santo Padre ha dedicado su último pensamiento a los jóvenes, a los enfermos y a los
recién casados. “La fiesta del Bautismo del Señor, que hemos celebrado el pasado domingo
-ha dicho- reaviva la gracia y el recuerdo de nuestro propio Bautismo. Que eso constituya
para vosotros, queridos jóvenes, un estímulo para testimoniar siempre la alegría de
la adhesión a Cristo. Sea para vosotros, queridos enfermos, motivo de consuelo, al
pensamiento que mediante el Sacramento estáis unidos al Cordero de Dios que, con su
pasión, y muerte, salva al mundo. Y que os sostenga también a vosotros, queridos recién
casados, para hacer de vuestra familia un auténtico hogar de fe y de amor”.