Primera visita pastoral del año del Papa: “Jesús se hace visible aquí, donde no se
quiere dar sólo de comer, sino también servir a la persona, sin distinción de raza,
religión y cultura”
Jueves, 4 ene (RV).- Benedicto XVI ha realizado esta mañana su primera visita pastoral
de 2007. Ha visitado la sede de la Caritas de Roma de Colle Oppio, donde se encuentra
el comedor para personas necesitadas y lugar de acogida para los desamparados que
viven en la Diócesis del Papa, que ha dedicado a su predecesor, el Siervo de Dios
Juan Pablo II. «Queridos amigos –ha iniciado el Pontífice- he venido con mucho gusto
a visitaros en el clima de las festividades navideñas y al comienzo de un nuevo año,
que os deseo a todos que transcurráis serenamente»
En un clima de conmoción,
alegría y cordialidad, el Obispo de Roma ha agradecido la cariñosa bienvenida recibida
y ha saludado a las autoridades religiosas, empezando por su Cardenal Vicario para
la diócesis romana. Ha saludado a los responsables de la Caritas de la Ciudad Eterna,
a los educadores y chicos y chicas del Centro Juvenil, a los voluntarios que trabajan
en este comedor y -con afecto especial– a los ‘huéspedes’ de esta entidad de acción
caritativa y social de la Iglesia católica:
«El saludo más querido es para
vosotros, que cotidianamente recibís el servicio de este comedor de Caritas, y con
el pensamiento quisiera alcanzar a todos vuestros amigos que, proviniendo de casi
todos los países del mundo, están presentes en esta ciudad. En este comedor, que en
cierto sentido se puede considerar el símbolo de la Caritas de Roma –en esta posada
como ha dicho vuestra representante- es posible tocar con mano la presencia de Cristo
en el hermano que tiene hambre y en aquel que le ofrece comida».
Benedicto
XVI ha hecho hincapié en el significado de la Navidad, reiterando que cuando amamos
al prójimo, conocemos mejor a Dios, que es Amor y que nos impulsa a amar: «Aquí se
puede experimentar que, cuando amamos al prójimo, conocemos mejor a Dios: en la gruta
de Belén, en efecto, Él se nos ha manifestado en la pobreza de un recién nacido, que
tiene necesidad de todo. El mensaje de la Navidad es simple: Dios ha venido entre
nosotros porque nos ama y espera nuestro amor. Dios es amor: no un amor sentimental,
sino un amor que se ha hecho don total hasta el sacrificio de la Cruz, comenzando
con su nacimiento en la gruta de Belén».
De este amor «realista y divino» -
cuya alegría es verdadera y no ilusoria como la de la publicidad - nos habla el pesebre,
que en su sencillez nos indica los lazos entre amor y pobreza, como enseña un gran
enamorado de Cristo, san Francisco de Asís. Y «en la Navidad, Dios se ha hecho hombre,
porque a Él le interesa el hombre, todo hombre», ha subrayado el Papa, evocando el
pesebre de Belén, palabra que significa la Casa del pan: «En realidad, Jesús, ‘el
pan bajado del cielo’, ‘el pan de la vida’ (cfr Jn 6, 32-51), se hace visible de alguna
forma aquí, cada día en este comedor, donde no se quiere dar sólo de comer - aunque
ciertamente también de comer, porque es importante – sino, además, servir a la persona,
sin distinción de raza, religión y cultura. ‘El hombre que sufre nos pertenece’, decía
mi inolvidable predecesor, Juan Pablo II, a quien precisamente hoy hemos dedicado
este comedor. Desde la gruta de Belén, desde cada pesebre se difunde un anuncio que
es para todos: Jesús nos ama, nos enseña a amar y nos impulsa a amar. Que los responsables,
los voluntarios y todos los que acuden a este lugar puedan experimentar la belleza
de este amor. Que puedan sentir la profundidad de la alegría que mana de él, una alegría
ciertamente distinta de aquella ilusoria que publicita la propaganda».
Recordamos
que este comedor para necesitados que ha visitado esta mañana Benedicto XVI es la
primera estructura de acogida para personas sin hogar en Roma. Miles de enfermos,
madres solteras, menores desamparados de distintas nacionalidades reciben atención
en esta sede de Caritas que se inauguró en 1983 y cuenta con la colaboración del ayuntamiento
romano. A lo largo de estos 23 años ha distribuido más de nueve millones de comidas.
A partir de hoy este lugar lleva el nombre de Juan Pablo II, que visitó este
mismo comedor de la Caritas romana el 20 de diciembre de 1992, queriendo poner en
práctica de manera tangible el lema que había elegido para la Jornada Mundial de la
Paz 1993: «Si quieres la paz, sal al encuentro del pobre».