2006-12-17 13:57:23

Llamamiento de Benedicto XVI durante el Ángelus “a la caridad de los corazones” para ayudar a los centenares de miles de prófugos iraquíes en Siria


Domingo, 17 dic (RV).- Benedicto XVI ha querido lanzar un llamamiento, en este tercer domingo de Adviento, a la caridad de los corazones para ayudar “a los centenares de miles prófugos iraquíes en Siria, obligados a dejar su país a causa de la dramática situación que allí se está viviendo. En su favor está ya trabajando Caritas de Siria; me dirijo también a la sensibilidad de los privados, de las Organizaciones internacionales y de los gobiernos, para que se realicen ulteriores esfuerzos para afrontar las necesidades más urgentes. Elevo al Señor mi oración, para que dé conforto a estos hermanos y hermanas y mueva la generosidad de tantos corazones”.

Y haciendo referencia al periodo de Adviento, el Pontífice ha recordado la necesidad de compartir el don de la felicidad que este periodo despierta en los corazones de los cristianos, con los más pobres, en este caso con los “más pobres de felicidad”, porque el anuncio de la felicidad no está reservada sólo a nosotros, los cristianos, sino que se trata de un anuncio profético destinado a toda la humanidad. “Pensamos en nuestros hermanos y hermanas que, especialmente en Oriente Medio, en algunas zonas de África y en otras partes del mundo, viven el drama de la guerra: ¿Qué felicidad pueden vivir? ¿Cómo será su Navidad?”, se ha preguntado el Papa.

Asimismo el Santo Padre ha dirigido su pensamiento a los enfermos y a las personas solas, que a menudo se sienten abandonadas. “¿Cómo compartir con ellos la felicidad sin faltar de respeto a su sufrimiento?”, se ha preguntado el Papa, pasando después a recordar las problemáticas que afectan más directamente a los jóvenes. “Pero pensemos en aquellos –especialmente en los jóvenes- que han perdido el sentido de la verdadera felicidad, y la buscan en vano allí donde es imposible encontrarla: en la carrera exasperada hacia la autoafirmación y el éxito, en las falsas diversiones, en el consumismo, en los momentos de embriaguez, en los paraísos artificiales de la droga y de cualquier forma de alienación”.

En este sentido, Benedicto XVI ha invitado a poner en comparación la liturgia de hoy y su “Alegraos”, con estas dramáticas realidades. “Como en los tiempos del profeta Sofonías –ha explicado el Pontífice- es justo a quien se encuentra en la prueba, a los ‘heridos de la vida y huérfanos de felicidad’, que se dirige de forma privilegiada, la Palabra del Señor. La invitación a la felicidad no es un mensaje alienante, ni un paliativo estéril, sino al contrario, es una profecía de salvación, un llamamiento a un rescate que parte de la renovación interior”.

En este domingo de Adviento en el que se recuerda la exhortación del apóstol Pablo “Gaudete in Domino”, “Alegraos en el Señor siempre” (cfr Fil 4,4.5.), Benedicto XVI ha recordado que el secreto de la auténtica Navidad es ese mensaje que Dios le repite a la Iglesia, y a cada uno de nosotros: “¡Alegraos, el Señor está cerca!”.

Y tras el rezo mariano del Ángelus y el responso por los fieles difuntos, el Santo Padre ha saludado en varias lenguas, para pasar después a bendecir las figuras del Niño Jesús que los más pequeños han llevado hoy hasta la plaza de san Pedro. En su saludo en lengua española, éstas han sido las palabras del Pontífice: RealAudioMP3 “Saludo cordialmente a los fieles de lengua española, de modo especial a los representantes de la emisora católica de radio y televisión “El Sembrador”, venidos de California. ¡Anunciad a todos que ya llega la plenitud de los tiempos, pues un niño nos nacerá en Belén y será llamado Dios todopoderoso, y en él serán bendecidos todos los pueblos de la tierra!”








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