2006-12-08 16:54:57

Reflexiones en familia


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Viernes, 8 dic (RV).- Anoche se celebró en muchas partes de América Latina, del Caribe e incluso de España la noche de las velitas, del alumbrado o de las luces que acompañan la proclamación y celebración del día de la Virgen, Madre de Cristo.

La historia cuenta que Nestorio, obispo de Constantinopla en los años 248-431, no estaba de acuerdo conque a María se le endilgara el título de Madre de Dios, sino el de Madre de Cristo. Esta apreciación no la compartían miles de fervientes cristianos ni altos jerarcas de la Iglesia.
Fue en el Concilio de Efeso, celebrado en el año 431 donde el Papa San Clementino definió el dogma de la Inmaculada Concepción, que quiere decir, que María fue concebida sin mancha de pecado original.

Al conocerse la noticia, la gente salió con velas y antorchas a gritar por las calles para celebrar. Desde ese entonces, la fiesta del alumbrado se fue extendiendo a todo el mundo.
Pero sólo hasta el 8 de diciembre de 1854 fue cuando el Sumo Pontífice, Pío Nono (IX), después de recibir peticiones de todos los obispos y universidades católicas de todo el mundo, se reunió en la Basílica de San Pedro con más de 200 prelados, cardenales, arzobispos, obispos, y en medio de una emoción general declaró solemnemente "que la doctrina que dice que María fue concebida sin pecado original, es doctrina revelada por Dios y que a todos obliga a creerla como dogma de fe".

En ese momento repicaron las campanas de las 300 torres de Roma. Palomas mensajeras salieron en todas las direcciones llevando la gran noticia, y en los 400.000 templos católicos del mundo se celebraron grandes fiestas en honor a la Virgen.

La costumbre de homenajear a la Inmaculada Concepción la trajeron a América Latina los sacerdotes franciscanos hace 500 años. En Brasil por ejemplo, esta es una de las fiestas religiosas más importantes.

En Colombia, esta festividad se celebra de diversas maneras. A diferencia de ciudades como Cali, donde las velitas se prenden en la víspera, a las 7:00 p.m., en poblaciones de la costa Atlántica como en Sincelejo o Lorica, la virgen se alumbra en dos ocasiones: el 7 y el 8 de diciembre desde las 6:00 ó 6:30 p.m.

Y en algunos municipios del litoral pacífico, se espera hasta el amanecer del 8 de diciembre no sólo para encender las velas y antorchas, sino también para ondean banderas blancas que simbolizan el paso de la virgen por los hogares.

La Virgen María fue proclamada patrona de los Estados Unidos bajo el título de la Inmaculada Concepción en 1846, en la ciudad de Baltimore, Maryland. También es la principal patrona de la Arquidiócesis de Miami.

En Washington D.C. hay un santuario nacional en honor a la Inmaculada Concepción. Es el octavo edificio más grande del mundo. Tiene capacidad para seis mil personas y a lo largo de sus naves tanto en el nivel principal como en la cripta se encuentran numerosas capillas y altares dedicados a las advocaciones marianas de los principales grupos nacionales y étnicos representados en los Estados Unidos. El 12 de octubre de 1990, el Papa Juan Pablo II le concedió el título de Basílica Menor.

La Inmaculada Concepción también es patrona de Nicaragua. En uno de los pueblos costeros de este país, llamado 'El viejo', se lleva a cabo la tradicional Gritería. Esta costumbre consiste en que en las casas las familias hacen altares dedicados a la Virgen, los que se pueden apreciar desde la calle.

Los vecinos llegan a estos hogares gritando ¿Qué causa tanta alegría? Y los de la casa visitada responden: ¡La Concepción de María! Entonces los anfitriones brindan comida y dulces típicos a los visitantes. Son tradiciones y costumbres de vida y de fe que por años realizan las familias en diversas partes del mundo y con las cuales se da inicio realmente a la época decembrina antecediendo a la navidad.

Texto. Alma García
Locución: Alina Tufani









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