Escuchar el programa Viernes, 1 dic
(RV).- Llegó diciembre con su alegría, dice la gente por ahí, y cada vez más el comercio
inicia las decoraciones y la publicidad de todo lo que se mueve en diciembre con mucha
anterioridad, casi se puede decir que pasa el 1 de noviembre y ya los almacenes y
avenidas inician las decoraciones y festividades de fin de año.
Y cuando empezamos
a ver toda esta actividad, se inicia un periodo de estrés muy fuerte para todos. Los
jóvenes sienten estrés porque ya se acerca la época de exámenes, sea de final de semestre
o de culminación de año. Y podríamos decir que es muy importante que el estrés disminuya
para poder lograr que los hijos se concentren en sus estudios y así lograr que obtengan
buenos resultados. Pero cuando adicional a esto tienen notas bajas y deben salir bien
en los exámenes, es natural entonces que la presión aumente, generando mayor estrés.
Y
por supuesto que lo padres no se quedan atrás en este proceso de finalización de estudios
de los hijos, incluso ellos piensan igualmente que es fin de año: período de vacaciones,
aguinaldos y presentes de Navidad.
Casi siempre se genera la misma situación,
se acerca el final del año y tenemos regalos que comprar pero aún no sabemos ni qué
regalar, ni a quien y por lo general tampoco tenemos mucha claridad del presupuesto
con el que contamos para esto.
Nosotros mismos generamos la mayoría de esta
frustración con la cual vivimos debido a la poca o nula planificación que hacemos
de nuestras asuntos. Es por eso que en esta época es importante recordar este tema
debido a que es el momento que comúnmente se conoce como el estrés de fin de año y
aun hay tiempo para planificar lo que requiere hacer.
La planeación parece
ser un elemento esencial en nuestras vidas: familiares, de trabajo, en las rutinas
de nuestras vidas, pero al parecer siempre quedan atrás. Incluso es muy común que
en nuestros trabajos al estar bajo constante presión las cosas se ejecutan de manera
improvisada, aumentando el estrés y el caso porque no planificamos lo que debíamos
hacer con anticipación para que al final no nos tengamos que quedar hasta tarde en
nuestras oficinas tratando de terminar el trabajo pendiente.
Cuando no conseguimos
planificar y llevar a cabo el trabajo o estudios, comenzamos a sentir angustia. De
igual manera, sucede en los estudios, cuando se descuida el inicio del semestre o
del años y se deja acumular, obviamente para final de año es preciso preparar y dar
cuanta de mayor material para estudiar todo lo que no se hizo durante el período de
clases.
Esta manifestación de estrés puede causar que las cosas no salgan como
queremos. Es decir, si estamos apurados para llegar a un determinado lugar porque
salimos tarde, podemos ocasionar un accidente. Si no programamos nuestro trabajo,
tendremos que quedarnos hasta altas horas de la noche haciéndolo y si no preparamos
una lista con los obsequios que deseamos comprar y la lista de cosas pendientes por
hacer, vamos a generar estrés que no necesariamente producirá un buen desempeño en
nuestras funciones diarias.
No sólo es necesario hacer una agenda de actividades
pendientes, sino cumplir con ella para evitarnos contrariedades, pues no cabe duda
que el estrés es un fenómeno que nos impide en ocasiones tomar buenas decisiones
porque no nos tomamos el tiempo para planificar anticipadamente y prepararnos con
calma.
Lo ideal entonces es hacer un alto y organizarse para que así evite
tener que hacer largas filas en los almacenes, largas horas en tranques, evite problemas
con sus hijos por que no prepararon trabajos, y no estén a última hora estudiando,
mientras otros se divierten. Así mismo si tiene pensado tomarse unos días de descanso
con su familia organice como serán esos días, planee los sitios a visitar y las actividades
que se harán, para que no le toque improvisar a ultima hora y por supuesto no salen
las cosas como se las imagina. Asuma el fin de año con calma y organización.