Escuchar el programa Viernes, 24 nov
(RV).- Hoy hablaremos de la ternura, de la importancia de los abrazos. El contacto
físico es agradable y muy necesario para el bienestar psicológico, espiritual y físico.
Un abrazo puede cambiar su día y el de su hijo. El contacto físico ha sido reconocido
como un instrumento esencial para la curación. En la actualidad muchos profesionales
desde médicos hasta psicólogos lo recomiendan y utilizan en diferentes situaciones.
Muchas investigaciones han encontrado que el contacto físico provoca alteraciones
fisiológicas, que se pueden medir, entre la persona que toca y la que es tocada. Tiene
un efecto positivo en el desarrollo idiomático y en el coeficiente intelectual de
los niños. Ayuda a los bebés prematuros a superar dificultades y a sobrevivir. Fortalece
la autoestima y fomenta el altruismo. Robustece el sistema inmunológico, lo que facilita
el mantenernos sanos. Pero también, estos estudios señalan que los abrazos reducen
la depresión, el estrés y el dolor, al tiempo que ayudan a dormir placenteramente,
combatiendo el insomnio.
Kathleen Keating en su libro La Terapia del
Abrazo dice que una de las formas más efectivas de conectarnos con otros seres
humanos, con su esencia, es a través del tacto y que una de las mejores maneras de
conexión es a través de un abrazo. Por medio de los abrazos, comenta la autora del
libro, nos comunicamos de forma profunda, ya que un abrazo permite acaparar la energía
del abrazado. Los abrazos sustentan el espíritu.
Un buen abrazo lo ayudará
a sentirse contento, le disipará sentimientos de soledad y miedo, le facilitará la
expresión de emociones, le disminuirá los deseos desenfrenados de comer ya que se
sentirá nutrido emocionalmente y le retardará el proceso de envejecimiento.
¿Cuándo
fue la última vez que abrazó a su esposa o esposo? ¿Recuerda la última vez que abrazó
a sus hijos? ¿Cuándo fue la última vez que alguien lo abrazó? ¿Cuántos abrazos ha
dado y/o recibido hoy? En algunos círculos de psicología se habla –en broma o en serio-
de un número específico de abrazos diarios para mantener el equilibrio emocional:
dos para sobrevivir, cuatro para sentirse bien, seis para continuar creciendo emocionalmente
y ocho para sentirse pleno y satisfecho.
Pareciera que es cuestión de humor,
pero al dar abrazos terapéuticos o de sanación, nos recalca Keating, es importante
transmitir sentimientos genuinos, fuerza, seguridad, protección.
Es necesario
preocuparse por satisfacer las necesidades de la persona que abraza como por ejemplo,
calmar ansiedad, combatir sentimientos de miedo o soledad, apoyar en momentos de tristeza,
dolor o desesperación.
No cabe duda que los abrazos son una manifestación
de afecto muy fuerte para cualquier ser humano. Con ello estamos señalando la importancia
de expresar el amor al otro. Una madre que no le hace sentir a sus hijos que los ama
realmente los priva de una seguridad psicológica y emocional importante para su desarrollo
como persona, eso sin señalar todo lo que la carencia de afecto genera en una ambiente
social y mucho más al interior de la familia.
Un esposo que no abraza
a su esposa está marcando una distancia en su relación afectiva que aleja el uno del
otro, generando divisiones y separaciones afectivas a veces irreparables. Las manifestaciones
de nuestro amor hacia los otros son tan importantes para los que amamos pero también
para nosotros mismos, no olvidemos que el amor que se brinda sincera y libremente,
así también se recibe. Bien amigos oyentes, esperamos que hoy cumplan su dosis de
ocho abrazos para que pueden sentirme muy bien.