2006-11-23 15:47:56

Los sufrimientos de la humanidad y las injusticias apremian con urgencia, al Papa y al arzobispo de Canterbury, al testimonio de la unidad y a la proclamación indivisa del Evangelio


Jueves, 23 nov (RV).- El Papa y el primado anglicano han corroborado además en su declaración conjunta la voluntad común de la búsqueda de la paz en Tierra Santa y otras partes del mundo atormentadas por los conflictos y el terrorismo; promover el respeto de la vida desde la concepción hasta muerte natural y la protección de la santidad de matrimonio y el bienestar de los niños en el contexto de una vida familiar sana.

Benedicto XVI ha recibido esta mañana al arzobispo de Canterbury y primado de la Comunión Anglicana, Rowan Williams, que está realizando una visita oficial al Papa, para conmemorar el 40 aniversario del histórico encuentro entre Pablo VI y el arzobispo Michael Ramsey, que tuvo lugar en Roma en marzo de 1966. Una bienvenida de Benedicto XVI al Arzobispo de Canterbury, con la ferviente esperanza de que la Comunión Anglicana permanezca afianzada en los Evangelios y en la Tradición apostólica.

«¡Gracia y paz a vosotros en el Señor Jesucristo!» Con este saludo, Benedicto XVI ha dado su cordial bienvenida al primado anglicano, a su esposa e hijo y a la comisión oficial que le acompaña en esta visita que terminará el próximo domingo. El Pontífice ha destacado la importancia de estos cuarenta años de intenso diálogo teológico, que han impulsado las relaciones entre la Iglesia católica y la Comunión Anglicana. De forma especial, gracias también a la Comisión Internacional creada, precisamente por el Papa Pablo VI y el entones arzobispo de Canterbury, Micahel Ramsey.

Tras hacer hincapié en los numerosos motivos que alientan nuestra acción de gracias al Señor en el compromiso ecuménico - sin olvidar la necesidad de seguir rezando y trabajando juntos para alcanzar la unidad plena de los cristianos - Benedicto XVI se ha referido al momento actual.
En particular, ante los desafíos que presenta el mundo occidental secularizado - y ante las numerosas influencias y presiones negativas, que afectan a los cristianos y a las comunidades cristianas, el Papa se ha referido a las intervenciones de la Comunión Anglicana – en especial en los últimos tres años - sobre algunas tensiones y dificultades y sus repercusiones, dentro de la misma Comunión, así como en las relaciones con la Iglesia católica. Sobre todo, en lo que concierne al ministerio ordenado y a las enseñanzas morales.

Temas que «son de importancia vital para predicar el Evangelio en su integridad, que estáis debatiendo en la actualidad y que influirán en el futuro de nuestras relaciones», ha recordado el Pontífice, asegurando las oraciones de la Iglesia de Roma para acompañar a los anglicanos en esta importante tarea: «Es nuestra ferviente esperanza que la Comunión Anglicana permanezca afianzada en los Evangelios y en la Tradición apostólica, que forman nuestro patrimonio común y que son los cimientos de nuestro común anhelo de trabajar en favor de la unidad plena y visible.

El mundo necesita nuestro testimonio y el impulso que mana de una proclamación indivisa del Evangelio. Los inmensos sufrimientos de la familia humana y las formas de injusticia que afectan la vida de tantas personas nos apremian de forma urgente a brindar nuestro testimonio y servicio. Precisamente, por ello, y aún entre las dificultades del presente, es importante que prosigamos nuestro diálogo teológico.

Con el anhelo de que esta visita ayude a encontrar caminos constructivos para superar las dificultades actuales en la Comunión Anglicana, el Papa ha bendecido a sus huéspedes.

Por su parte, el Arzobispo de Canterbury ha reiterado el anhelo del compromiso ecuménico por parte de la Comunión Anglicana. Recordando con especial emoción los encuentros que mantuvo con el Siervo de Dios Juan Pablo II y haciendo hincapié en el espíritu fraterno que anima esta visita a Roma. En particular, el primado anglicano ha destacado las palabras de Benedicto XVI, en la inauguración de su pontificado.

Aquellas con las que Benedicto XVI, como nuevo Obispo de Roma, destacaba su voluntad de estar al servicio del diálogo ecuménico. Proclamando plenamente la Buena Nueva de Cristo, con la unidad plena de los cristianos, para que el mundo crea.

Declaración común y rezo de la Hora Sexta
Después de los discursos que han pronunciado el Obispo de Roma y el arzobispo de Canterbury, y de la firma de una Declaración Común, Benedicto XVI y Rowan Williams se han dirigido a la Capilla ‘Redemptoris Mater’, del Vaticano para rezar la Hora Sexta.

En la Declaración común firmada por el Papa y el arzobispo de Canterbury se reafirman las numerosas áreas de testimonio y servicio en las que se puede trabajar juntos, con el compromiso común de católicos y anglicanos. Entre éstas la declaración acentúa la búsqueda de la paz en Tierra Santa y otras partes del mundo atormentadas por los conflictos y la amenaza del terrorismo; promover el respeto de la vida desde la concepción hasta muerte natural; la protección de la santidad del matrimonio y el bienestar de los niños en el contexto de una vida familiar sana; la predilección por los pobres, oprimidos y los más vulnerables, sobre todo los que son perseguidos por su fe.

De igual forma la declaración señala como áreas comunes de trabajo la atención a los efectos negativos de materialismo y el cuidado del medio ambiente. Benedicto XVI y el arzobispo de Canterbury que se comprometen también en la promoción del diálogo interreligioso, reafirman que “el verdadero ecumenismo va más allá del diálogo teológico: incumbe a la vida espiritual y al testimonio común”.







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