El cardenal Bertone alienta al presidente italiano a perseverar en los compromisos
que comparte con la Santa Sede
Lunes, 20 nov (RV).- En el marco de la visita oficial del presidente de la República
Italiana a Benedicto XVI, ha tenido lugar - a cargo del cardenal Secretario de Estado,
Tarcisio Bertone - la presentación de los miembros del Cuerpo diplomático acreditado
ante la Santa Sede.
El acto se ha desarrollado después del encuentro con el
Santo Padre y con el mismo cardenal Secretario de Estado. En su discurso de bienvenida
al presidente Giorgio Napolitano, el cardenal Tarcisio Bertone ha puesto de relieve
«el perfil internacional» de la capital italiana. Pues, además de contar con la presencia
del Jefe de la Iglesia católica, Roma acoge también al Cuerpo Diplomático acreditado
ante la Santa Sede. El purpurado ha hecho hincapié en la misión espiritual del Pontífice
no sólo para con los creyentes, sino para todos, «porque todos son criaturas de Dios»:
«También aquel que no comparte la fe cristiana mira al Papa como portavoz de las supremas
instancias morales y escucha sus exhortaciones en favor del respeto de la dignidad
humana, de la promoción de la paz y del desarrollo y de la colaboración sincera entre
los pueblos, las religiones y las culturas, impulsando un futuro mejor para toda la
familia humana».
Realidad ésta que no se circunscribe a la actualidad, sino
que es secular, ha recordado el cardenal Secretario de Estado, evocando luego los
reiterados llamamientos que el Obispo de Roma dirige al mundo, desde esa misma Sala
Regia del Palacio Apostólico, en la que hoy ha tenido lugar este acto: «Aquí, al comienzo
de cada año, el Santo Padre dirige su palabra a los numerosos representantes diplomáticos
de los países acreditados ante la Santa Sede, recordando al mundo la necesidad - siempre
urgente - de edificar una convivencia internacional, fundada en los valores de la
paz y de la justicia».
Tras reiterar el anhelo de colaborar con Italia y con
todos los países de la Tierra, el cardenal Bertone ha alentado al presidente italiano
a perseverar en los compromisos que comparte con la Santa Sede. Aquellos que están
enlazados con «la comprensión y la cooperación entre los pueblos y las culturas».
No sólo por el bien de la nación italiana, con una atención especial para las regiones
del sur, sino también en lo que respecta a la «unificación del continente europeo»
y «la paz en todo el mundo», «contrastando las fuerzas oscuras y violentas del terrorismo
y del odio», con el fin de «promover activamente el bien de la humanidad».