El Papa al Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos: el objetivo del movimiento
ecuménico permanece inmutable La unidad visible de la Iglesia
Viernes, 27 nov (RV).- Benedicto XVI, a última hora de la mañana, ha recibido a los
participantes de la Plenaria del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos,
acompañados por el presidente del dicasterio, Cardenal Walter Kasper. El Papa hablando
del tema abordado en la Asamblea Plenaria, La situación ecuménica en continuo cambio,
ha manifestado que “vivimos en un período de grandes cambios en casi todos los sectores
de la vida y que por lo tanto, no era nada extraño que esto incidiese también en la
vida de la Iglesia y en las relaciones entre los cristianos”. Sin embargo, el Pontífice
ha subrayado que a pesar de estos cambios de situaciones, de sensibilidad y de problemáticas,
el objetivo del movimiento ecuménico permanece inmutable: La unidad visible de
la Iglesia.
El Santo Padre ha recordado que se ha realizado un gran trabajo
ecuménico en los últimos años. “La fraternidad entre todos los cristianos ha sido
de nuevo descubierta y restablecida como condición de diálogo, de cooperación, de
oración común y de solidaridad”. “Es cuanto mi predecesor, el Papa Juan Pablo II,
puso de relieve en su Encíclica sobre el compromiso ecuménico, donde afirmó explícitamente
que el fruto precioso de las relaciones entre cristianos y del diálogo teológico es
el crecimiento de la comunión”, ha dicho el Papa, añadiendo que “ambas han hecho constatar
a los cristianos los elementos de fe que tienen en común”.
“Compartir el dolor
y la alegría es signo visible de la nueva situación que se ha creado entre los cristianos”.
“También mi inminente visita a Su Santidad Bartolomé I y al Patriarcado Ecuménico
será un ulterior signo de consideración para las Iglesias ortodoxas y será un estímulo
más así lo esperamos para apresurar el paso hacia el restablecimiento de la plena
comunión”.
“Sin embargo tenemos que reconocer, realmente, -ha explicado el
Santo Padre- que aún queda mucho camino por recorrer”. Desde el Concilio Vaticano
II la situación ha cambiado bajo muchos aspectos y los continuos cambios en el mundo
han tenido también repercusiones en el ecumenismo. Muchas veneradas Iglesias de oriente
vivían en condiciones de opresión bajo regímenes totalitarios. Hoy han recuperado
la libertad y están comprometidas en un proceso de rehabilitación.
“La parte
oriental y occidental de Europa se están acercando - ha proseguido el Papa- esto estimula
a sus Iglesias a coordinar sus esfuerzos para la salvaguardia de la tradición cristiana
y para el anuncio del Evangelio a las nuevas generaciones. Una colaboración, en este
sentido, es particularmente urgente ante el avance de la secularización en el mundo
occidental”. Afortunadamente tras un periodo de múltiples dificultades, el diálogo
teológico entre la Iglesia católica y las iglesias ortodoxas ha tomado un nuevo impulso
esperanzador, ha afirmado el Pontífice.
Respecto a las comunidades eclesiales
de Occidente, el Papa ha señalado que están abiertos distintos diálogos bilaterales
que registran progresos en el conocimiento mutuo, en la superación de prejuicios y
en la confirmación de algunas convergencias. A este respecto, el Pontífice ha subrayado
“La declaración conjunta sobre la Doctrina de la Justificación”, alcanzada en el diálogo
con la Federación Luterana Mundial. Aunque ha reconocido que a pesar de todo permanece
la dificultad de encontrar “una común concepción sobre la relación entre Evangelio
e Iglesia”.
Finalmente, el Santo Padre ha alentado a impulsar el “ecumenismo
del amor”, que desciende directamente del mandamiento dejado por Jesús. “El amor acompañado
de gestos coherentes crea confianza”, ha dicho. “El diálogo de la caridad promueve
e ilumina el diálogo de la verdad”. Hay que intensificar la formación ecuménica, partiendo
de los fundamentos de la fe cristiana, es decir, del anuncio del amor de Dios que
se ha revelado en el rostro de Jesús y a la vez en Cristo y que ha desvelado el hombre
al hombre haciéndole comprender su altísima vocación.