Audiencia general: catequesis del Papa sobre el Espíritu Santo, la potencia interior
que armoniza el corazón de los creyentes con el corazón de Cristo y los mueve a amar
a los hermanos como los ama Él
Miércoles, 15 nov (RV).- Benedicto XVI ha presidido esta mañana la Audiencia General
en la plaza de San Pedro ante miles de fieles procedentes de distintas diócesis del
mundo. Y el Papa ha vuelto a dedicar su catequesis a las enseñanzas y al pensamiento
de san Pablo, “un gigante del apostolado y de la doctrina teológica, extraordinariamente
profunda y estimulante”. Después de hablar la pasada semana sobre los textos de san
Pablo que hacían referencia a Jesús, hoy el Pontífice ha centrado su reflexión sobre
la presencia de Espíritu Santo en nosotros.
“San Pablo -ha dicho Benedicto
XVI- no ilustra solamente la dimensión dinámica y operativa de la Tercera Persona
de la Santísima Trinidad, sino que también analiza la presencia del Espíritu en la
vida del cristiano, cuya identidad queda marcada por Él. En otras palabras, Pablo
reflexiona sobre el Espíritu Santo exponiendo el influjo no sólo sobre el “actuar”
del cristiano, sino también sobre el “ser” cristiano. Es el apóstol quien dice: “el
Espíritu de Dios habita entre nosotros”, y que “Dios ha enviado el Espíritu de su
Hijo en nuestros corazones”.
“El cristiano antes de actuar posee ya una interioridad
rica y fecunda, recibida en los sacramentos del Bautismo y la Confirmación, una interioridad
que nos pone en una objetiva y original relación de filiación con Dios”.
Descubrimos
que para el cristiano el Espíritu no es sólo Espíritu de Dios, Espíritu Santo, entendido
como lo expresa el Antiguo Testamento, sino como dice san Pablo: “Espíritu de Cristo”,
“Espíritu del Hijo”, Espíritu de Jesucristo”. Es como si quisiera decir que no solamente
Dios Padre es visible en el Hijo, sino que Espíritu de Dios se manifiesta en la vida
y en la acción del Señor crucificado y resucitado.
Otra cosa importante que
nos enseña san Pablo, ha explicado Benedicto XVI, es cuando nos dice “que no existe
verdadera oración sin la presencia del Espíritu en nosotros”. “El Espíritu es el alma
de nuestra alma, la parte más secreta de nuestro ser”. Finalmente, el otro aspecto
típico de Espíritu que nos enseña san Pablo es su conexión con el Amor. El Espíritu
es aquella potencia interior que armoniza el corazón de los creyentes con el corazón
de Cristo y los mueve a amar a los hermanos como los ama Él”. El fruto del Espíritu
es por tanto: amor alegría y paz.
Este ha sido el resumen que de su catequesis
ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes
en la audiencia:
Queridos
hermanos y hermanas:
La enseñanza de san Pablo sobre
el Espíritu Santo considera no sólo su dimensión dinámica y operativa que impulsa
a la acción, sino también su presencia y su influjo sobre el “ser” mismo del cristiano,
que caracteriza su identidad más profunda. En efecto, el cristiano ha recibido el
espíritu de hijo adoptivo que lo pone en relación objetiva y original con Dios. Por
otra parte, el Apóstol explica también que no existe verdadera oración sin la presencia
del Espíritu en nosotros, que suple nuestra debilidad para pedir como conviene. Pablo
menciona el amor como primer fruto del Espíritu Santo, ya que él nos introduce en
la misma vida divina, que es amor. Al mismo tiempo, puesto que el amor une, el Espíritu
Santo es creador de comunión en la comunidad cristiana y en la relación con todos
los hombres. Para Pablo, el Espíritu Santo es un don de Dios como garantía de la herencia
futura. Su acción orienta nuestra vida hacia los grandes valores del amor, de la alegría,
de la comunión y de la esperanza.
Saludo cordialmente
a los visitantes de lengua española. En especial a los fieles de diversas parroquias
de México y a la delegación de la Academia Militar de la Armada Ecuatoriana, así como
a los demás peregrinos de España y Latinoamérica. Os animo a ser dóciles a la acción
del Espíritu Santo, que infunde el amor en los corazones para que podáis identificaros
cada vez más con Cristo nuestro Señor.¡Muchas gracias por vuestra visita!
Como
siempre antes de concluir la audiencia el Papa ha saludado a los jóvenes, a los enfermos
y a los recién casados. Celebramos hoy la memoria del obispo san Alberto Magno, que
se esforzó continuamente por establecer la paz entre las poblaciones de su tiempo.
Que su ejemplo sea estímulo para vosotros, queridos jóvenes, para ser agentes de justicia
y artífices de reconciliación. Que para vosotros queridos enfermos, ánimo para confiar
en el Señor, que jamás nos abandona en el momento de la prueba. Que para vosotros,
queridos recién casados, sea estímulo para encontrar en el Evangelio la alegría de
acoger y servir generosamente la vida, don inconmensurable de Dios.