2006-11-04 15:17:30

El Papa recuerda la “noble práctica de rezar por los difuntos que presupone la fe en la resurrección de los muertos”, durante la Misa de sufragio por los cardenales y obispos fallecidos este año


Viernes, 4 nov (RV).- Benedicto XVI ha celebrado esta mañana en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, la Santa Misa en sufragio de los Cardenales y obispos fallecidos en el curso de este año. En el clima espiritual de la Solemnidad de Todos los Santos y la conmemoración de los Fieles Difuntos, que nos han ayudado a meditar sobre la meta final de nuestra peregrinación terrena, la homilía del Papa ha estado dedicada a reflexionar sobre la práctica de rezar por los difuntos, que presupone la fe en la resurrección de los muertos.

Y como es ya tradicional, el Papa ha recordado todos los nombres de los purpurados que Dios ha llamado en los doce últimos meses, entre ellos el del cardenal español, Ángel Suquía Goicoechea. “Recordar los nombres de estos hermanos nuestros en la fe, nos retrotrae al sacramento del Bautismo, que ha marcado para cada uno de ellos, como para cualquier otro cristiano, la participación en la Comunión de los Santos –ha señalado el Papa- Al final de la vida, la muerte nos priva de todo aquello que es terrenal, pero no de la Gracia ni del ‘carácter’ sacramental, gracias a los cuales hemos sido asociados indisolublemente en el misterio pascual de nuestro Señor y Salvador”.

“Despojado de todo pero revestido de Cristo, el bautizado atraviesa el umbral de la muerte y se presenta ante Dios, justo y misericordioso”, ha proseguido el Santo Padre. Para que la vestidura blanca recibida en el Bautismo sea purificada de cualquier mancha, la Comunidad de creyentes ofrece el Sacrificio eucarístico y otras oraciones de sufragio para aquellos que la muerte ha llamado a pasar del tiempo a la eternidad. “Se trata de una noble práctica, la de rezar por los difuntos –ha enfatizado el Papa- que presupone la fe en la resurrección de los muertos, según nos han revelado las Sagradas Escrituras, y en particular el Evangelio”.

Benedicto XI, tras aludir al oráculo de Ezequiel, ha dicho que éste “exalta la palabra de Dios frente a la cual nada es imposible”, y marca al mismo tiempo “un decisivo paso en la fe de la resurrección de los muertos. Esta fe encontrará su cumplimiento en el Nuevo Testamento”. “La Palabra divina, encarnada en Jesús, viene a habitar en el mundo, que por muchas circunstancias es un valle desolado; solidariza en plenitud con los hombres y les muestra el alegre anuncio de la vida eterna –ha proseguido el Santo Padre- Jesús dice también en qué consiste la vida eterna: ‘reconocerte a ti como único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesús, como Mesías’. Conocer a Jesús significa conocer al Padre, y conocer al Padre quiere decir entrar en comunión real con el Origen mismo de la Vida, de la Luz y del Amor”, ha finalizado el Papa.

Como señalábamos, entre los cardenales fallecidos el Papa ha recordado al español Ángel Suquía Goicoechea. Con nosotros, el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo, que nos habla de la figura de este purpurado que fue Arzobispo de Madrid. RealAudioMP3








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