Ángelus: “La solemnidad de Todos los Santos y la conmemoración, mañana, de los Fieles
Difuntos nos ofrecen la oportunidad de meditar sobre el significado de la vida eterna”
Miércoles, 1 nov (RV).- Benedicto XVI, ante miles de fieles congregados este mediodía
en la plaza de san Pedro para rezar el Ángelus, ha manifestado que las celebraciones
de hoy y mañana, nos ofrecen una singular oportunidad para meditar sobre la Vida Eterna.
“¿El hombre moderno todavía tiene esperanza en la vida eterna o piensa que ésta pertenece
a una mitología ya superada?”, se ha preguntado el Pontífice.
El Papa ha señalado
que a pesar de que “hoy más que en el pasado, se vive tan absorbidos por las cosas
terrenas, que algunas veces llega a ser difícil pensar en Dios como protagonista de
la historia y de nuestra misma vida”, sin embargo, la existencia humana por su naturaleza,
“tiende a algo más grande, que la trasciende; es irreprimible en el ser humano el
anhelo por la justicia, por la verdad y por la felicidad plena”.
En este sentido
Benedicto XVI ha remarcado cómo ante el enigma de la muerte, “en muchos permanece
vivo el deseo y la esperanza de encontrar en el más allá a los seres queridos, así
como es también fuerte la convicción de un juicio final que restablezca la justicia,
a la espera de una definitiva confrontación donde a cada uno se le dé lo que le corresponde”.
Seguidamente, el Santo Padre ha explicado que la vida eterna, para los cristianos,
no indica solamente una vida que dura para siempre, sino que se trata “de una nueva
cualidad de existencia, inmersa plenamente en el amor de Dios, que libera del mal
y de la muerte y nos pone en comunión sin fin con todos los hermanos y hermanas que
participan del mismo Amor”. “La eternidad por tanto –ha proseguido el Papa- puede
estar ya presente en el centro de la vida terrena y temporal, cuando el alma por medio
de la gracia llega a Dios, su último fundamento. Todo pasa, sólo Dios no cambia”.
Benedicto
XVI ha finalizado su alocución previa al Ángelus pidiendo que reavivemos el alegre
sentimiento de la comunión de los santos y que nos dejemos atraer por ellos hacia
la meta de nuestra existencia: el encuentro cara a cara con Dios. “Recemos -ha dicho
el Papa- para que ésta sea la herencia de todos los fieles difuntos, no solamente
de nuestros seres queridos, sino también de todas las almas, especialmente las más
olvidadas y necesitadas de la misericordia divina”.
Tras el rezo del Ángelus
y el responso por los fieles difuntos Benedicto XVI ha saludado en varias lenguas.
Este ha sido su saludo en español: “Saludo con afecto
a los peregrinos de lengua española. Queridos hermanos, hoy celebramos la belleza
de la santidad de Dios, que brilla de modo especial en sus Santos. Que la intercesión
de la Virgen María nos ayude a vivir en plenitud nuestra vocación de hijos de Dios,
identificándonos cada vez más con Nuestro Señor Jesucristo. ¡Feliz Fiesta para todos!”.
Por último, Benedicto XVI ha saludado en italiano y se ha dirigido a un grupo
de peregrinos que está llevando la llamada “antorcha del diálogo” siguiendo las huellas
de san Agustín. Procedente de la antigua Tagaste, en Argelia, ha pasado por Ippona,
Túnez y Malta. Tras su recorrido por Ostia y Roma proseguirá ahora hacia Pavía donde
se encuentra la tumba del santo. El Papa ha bendecido esta iniciativa de la orden
de los agustinos y también a la antorcha “símbolo de fe y de paz”.