Nuevo llamamiento del Papa por la unidad plena de los cristianos en su audiencia a
los obispos griegos, quienes esperan el reconocimiento de un estatuto jurídico para
la Iglesia católica en el país
Lunes, 30 oct (RV).- El Papa ha recibido a los miembros de la Conferencia Episcopal
de Grecia, que hoy han concluido su quinquenal visita ad limina apostolorum. En su
discurso, Benedicto XVI ha reflexionado sobre algunos desafíos que estos prelados
encuentran en el desarrollo de su misión pastoral. Como son la llegada a este país
de numerosos católicos de otras naciones vecinas, las vocaciones, el diálogo con los
hermanos ortodoxos, el reconocimiento - de parte del estado - del derecho de un estatuto
jurídico para la Iglesia católica y el desplazamiento en el interior del país de los
fieles.
Tras referirse a las preocupaciones de los obispos de Grecia por los
rápidos cambios, que se verifican en la actualidad, en la configuración de sus comunidades,
el Santo Padre ha mencionado los problemas pastorales que nacen de los acontecimientos
políticos y sociales y que requieren soluciones tempestivas. Reiterando la importancia
del diálogo constructivo con los episcopados de las naciones vecinas - para afrontar
las exigencias del servicio ministerial ante el gran número de católicos provenientes
de esos países - el Papa ha puesto de relieve la responsabilidad de los pastores
del Pueblo de Dios en tierra griega para con sus propios fieles.
Benedicto
XVI ha hecho hincapié en su anhelo de que los obispos de Grecia perseveren en sus
esfuerzos para incentivar la pastoral vocacional. Sin olvidar el impulso necesario
para afrontar, en el momento presente, las necesidades espirituales de los numerosos
inmigrantes, que han encontrado en este país una acogida digna y cordial. Y brindando
un fructuoso testimonio evangélico en esta tierra, fortalecido en el diálogo con los
otros episcopados católicos de diversos ritos.
En lo que se refiere a «los
estrechos contactos con nuestros hermanos ortodoxos, que numéricamente son la mayoría»
en la nación griega, el Obispo de Roma ha invitado, una vez más, a «intensificar la
oración para que llegue pronto el día bendito en el que se nos conceda partir el Pan
y beber juntos del mismo Cáliz en el que está depositado el precio de nuestra salvación».
Con el gran anhelo de que «se abran cada vez mayores perspectivas de diálogo constructivo
entre la Iglesia Ortodoxa de Grecia y la Católica y se multipliquen las iniciativas
comunes de orden espiritual, cultural y práctico».
Con un especial saludo a
Su Beatitud, el Arzobispo Christodoulos de Atenas y de toda Grecia y al Santo Sínodo
de la Iglesia Ortodoxa de este país, el Papa ha manifestado su esperanza en una colaboración,
cada vez mayor, con el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos
y los miembros del Colegio Episcopal de la Iglesia Ortodoxa de Grecia.
Benedicto
XVI ha recordado el deseo de los obispos de Grecia de que el estado griego defina
el derecho de «tener un estatuto jurídico apropiado y reconocido». Tema sobre el cual
se está desarrollando un «diálogo que no ve como protagonista primaria a la Sede Apostólica».
Pues «se trata de un asunto interno, que sin embargo la Santa Sede sigue con mucha
atención». Porque anhela «una solución adecuada de los problemas que se barajan. No
sólo sobre la base de la legislación local vigente y de las directivas europeas, sino
también en lo que se refiere al derecho internacional y la práctica consolidada de
relaciones bilaterales cordiales y fructuosas».
Tras recomendar que además
del diálogo hay que perseverar, el Santo Padre ha insistido en que la Iglesia católica
no busca privilegio alguno. «Sólo pide que se le reconozca su propia identidad y misión.
Con el fin de poder brindar eficazmente su propia contribución, por el bienestar integral
del noble pueblo griego». «Con paciencia y en el respeto de los procedimientos legítimos
– ha señalado Benedicto XVI – será posible lograr este anhelado entendimiento, gracias
al compromiso de todos».