Benedicto XVI destaca la figura de Juan Pablo I, que subrayó la belleza del amor cristiano
como única fuerza para derrotar la violencia
Lunes, 9 oct (RV).- «Fiel a la tradición y abierto a la renovación». Benedicto XVI
destacaba ayer la gran figura de su predecesor el Siervo de Dios Albino Luciani -
sacerdote, obispo y Papa - evocando la «figura dulce y mansa de este Pontífice fuerte
en la fe, firme en los principios y siempre disponible a la acogida y a la sonrisa».
Tras asistir en la tarde de ayer a la presentación, en el Vaticano, de la película
sobre Juan Pablo I, titulada «Papa Luciani: la sonrisa de Dios», el Santo Padre ha
expresado su gratitud por la realización de este largometraje que evoca «momentos
sugestivos de la vida de la Iglesia del siglo pasado».
Tras evocar la infatigable
actividad pastoral de Albino Luciani, que estimulaba «constantemente al clero y a
los laicos a perseguir en los distintos campos del apostolado, el único y común ideal
de la santidad», Benedicto XVI ha hecho hincapié en que Juan Pablo I, «maestro de
la verdad y catequista apasionado, recordaba a todos los creyentes, con la fascinadora
sencillez que le caracterizaba, el compromiso y la alegría de la evangelización, subrayando
la belleza del amor cristiano, única fuerza capaz de derrotar la violencia y construir
una humanidad más fraterna».
Benedicto XVI concluyó sus palabras recordando
la profunda devoción a la Madre de Dios de Albino Luciani, que cuando era patriarca
de Venecia escribió que «es imposible concebir nuestra vida, la vida de la Iglesia,
sin el rosario, las fiestas marianas, los santuarios marianos y las imágenes de la
Virgen», por lo que el Santo Padre exhortó a acoger la invitación de Juan Pablo I
y, como él hizo, «encontrar en la humilde entrega a María el secreto de una serenidad
cotidiana y de un activo compromiso en favor de la paz en el mundo».