Palabras del Papa al Capitulo General de los Pasionistas: “Sólo a la luz de la Cruz nos podemos aproximar al misterio del Amor divino”

Viernes, 6 oct.- Su Santidad Benedicto XVI ha enviado, a través del secretario de Estado Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, un mensaje al Capítulo General de los Pasionistas que está teniendo lugar en Roma desde el 1 al 21 de octubre. Los trabajos están dedicados especialmente a “la remodelación y revitalización de la presencia de los Pasionistas en la Iglesia y en el mundo, para adaptar a los tiempos las enseñanzas de su fundador”.

En su saludo Benedicto XVI ha recordado los antiguos lazos de amistad que le unen con esta familia religiosa, fundada por san Pablo de la Cruz, desde los años de su actividad académica en Alemania.

El Papa ha explicado que “san Pablo de la Cruz concebía la Pasión de Cristo como la mayor manifestación del amor de Dios, capaz de convertir los corazones mejor que cualquier otro argumento”. En efecto, sólo a la luz de la Cruz nos podemos aproximar al misterio del Amor divino. “En su muerte en la Cruz -afirma a este respecto Benedicto XVI en la Encíclica Deus caritas est- se realiza ese ponerse Dios contra sí mismo, al entregarse para dar nueva vida al hombre y salvarlo. Esto es amor, en su forma más radical”.

“Y este es el mensaje de vuestro carisma, -ha señalado el Papa- la luz de la contemplación a la cual debéis dedicaros en la soledad de vuestros retiros y que estáis también llamados a anunciar a nuestro tiempo”. Se trata de una misión siempre actual: aquella de mostrar que la Cruz es amor y que el amor es Dios. Como repetía a menudo vuestro fundador: “del mar de amor del Padre procede el mar de dolor de la Pasión de Jesús; del Corazón del Padre deriva la Pasión del Corazón de Jesús y de su Cuerpo que es la Iglesia”.

“Vuestro fundador estaba íntimamente convencido de que los males del mundo derivan del olvido de la Pasión de Jesús –ha finalizado el Papa- Por eso su deseo incesante fue hacer memoria e invitar a hacer memoria recordando la Pasión. La unión con Cristo crucificado se convierte para él en estímulo a la comunión con todos los hombres, pasión por la justicia y por la caridad”.