2006-09-21 17:08:04

Migración y Juventud: una oportunidad para la Iglesia y para la Sociedad en Europa


Jueves, 21 sep (RV).- “Migración y Juventud: una oportunidad para la Iglesia y para la Sociedad en Europa”. Es el tema del encuentro anual de directores nacionales de la Pastoral de Migraciones en el continente europeo, que se celebra este año en la diócesis española Sigüenza - Guadalajara, a partir de este jueves y hasta el próximo domingo 24 de septiembre.

Convocado por el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), el encuentro reúne en España a alrededor de 50 especialistas -obispos, directores nacionales de migraciones de 25 conferencias episcopales de Europa y expertos. En esta cita participan igualmente representantes de la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea - COMECE - y de Cáritas Europa.

En este contexto y «ante los miles de emigrantes del África Negra o Subsahariana que siguen llegando a nuestras costas en pateras y en cayucos», el obispo de Sigüenza-Guadalajara y Presidente de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, Mons. José Sánchez, ha escrito una carta pastoral en la que se refiere a las tragedias de este fenómeno.

«Algunos llegan muertos; otros – ¿Cuántos? – han perecido en la travesía. Junto con los miles que entran por aeropuertos y demás costas y fronteras, constituyen el ‘ejército de reserva’ de la Europa próspera, que hoy los necesita como mano de obra más barata y como alternativa a la falta de jóvenes y niños en una Europa que envejece a un ritmo similar al que enriquece», escribe el prelado español, señalando luego que «nadie pone en duda que la principal causa de los actuales movimientos migratorios de África hacia Europa es la violencia que ejerce el escandaloso desnivel económico, la falta de trabajo y de desarrollo y la presión demográfica. En los exiliados y solicitantes de refugio, además, la persecución y la amenaza».

Tras reiterar la urgencia de afrontar seriamente el fenómeno de las migraciones y el remedio de las causas que las originan, de forma que los países ricos y desarrollados se planteen «una ayuda generosa sin precedentes y de larga duración, hasta conseguir elevar el nivel de desarrollo y de bienestar y crear posibilidades de trabajo, que hicieran innecesaria la salida del país», el obispo de Sigüenza - Guadalajara pone de relieve que entretanto los inmigrantes no pueden quedar «abandonados a su suerte... y manejados por las mafias».

Entretanto – escribe Mons. José Sánchez - «para nosotros, los inmigrantes son, ante todo, personas, con la misma dignidad y los mismos derechos fundamentales que nosotros; para los cristianos, son nuestros hermanos. Por consiguiente, nuestro trato con ellos ha de ser del máximo respeto a su identidad y a sus diferencias, de disposición para la acogida fraterna, de ayuda solidaria, de defensa de sus derechos y de empeño en contribuir a sensibilizar nuestra sociedad y, con más razón, nuestra Iglesia y a todos los cristianos en la cultura del respeto, de la convivencia, de la ayuda mutua, de la solidaridad y del amor cristiano».







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