2006-09-17 15:23:43

Reflexión sobre el viaje del Papa a su Baviera natal


Domingo, 17 sep (RV).- El padre Juan José Fernández, director de los servicios en lengua española de Radio Vaticano ha realizado una reflexión sobre el Viaje que acaba de realizar Benedicto XVI a su Baviera natal. Una visita que ha tenido un gran eco popular y mediático, a pesar de que el Santo Padre no ha hecho “descuentos” en los firmes llamamientos dirigidos al mundo Occidental, que han puesto a la luz las contradicciones de una cultura que provine directamente del cristianismo pero que cierra los ojos y los oídos ante el mensaje de Cristo, llegando incluso al desprecio por lo sagrado.

RealAudioMP3 En Radio Vaticano, lógicamente, hemos seguido con mucha atención y dedicación las palabras que Benedicto XVI ha pronunciado en su querida Baviera, para extraer el mensaje que el Obispo de Roma desea hacer llegar a toda la Iglesia. En la Misa celebrada en la explanada ferial de Munich el Santo Padre lanzó un llamando sobre la necesidad de escuchar a Dios ante “la sordera que parece afectar al hombre de hoy”. “Con la debilidad de oído o incluso la sordera en relación a Dios se pierde naturalmente también la capacidad de hablar con Él o a Él. Nuestros sentidos interiores corren el peligro de apagarse. El horizonte de nuestra vida se reduce así de forma preocupante”. En ese contexto, también quiso llamar la atención a la Iglesia y a la sociedad alemana, porque si bien han sido y son muy generosas en la ayuda social y humanitaria no lo son tanto cuando se trata de proyectos para evangelizar. “La ayuda social y el Evangelio son inseparables -dijo Benedicto XVI- Donde sólo llevamos a los hombres conocimiento, habilidad, capacidad técnica e instrumentos, allí llevamos demasiado poco. Entonces, enseguida aparecen mecanismos de violencia…”. Jesús, con palabras de autoridad, dijo ante la enfermedad del sordo del evangelio: "Effatà", Abrete! Este mensaje del anuncio evangelizador, en Jesús, está inseparablemente unido a la curación de las enfermedades.

El Santo Padre nos ha dicho que nuestros oídos, nuestros sentidos interiores corren el peligro de apagarse, por eso nos invita el Papa a curar la sordera en relación a Dios para poder hablar con Él, para poder rezar. Rezar como María, cuando decía “proclama mi alma la grandeza del Señor y se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”. Engrandecer a Dios, porque “donde Dios crece, el hombre no empequeñece: justamente ahí es donde se hace grande el hombre y el mundo se convierte en luminoso”, dijo el Papa en el Santuario de Altoetting, en la fiesta de María, Imagen y Madre de la Iglesia.

Tal vez el mensaje más denso y más llamativo lo lanzó en la Lección que pronunció ante profesores y científicos en la Universidad de la que fue catedrático. Benedicto XVI planteó, en un discurso riguroso, las bases para que pueda darse el diálogo entre culturas y religiones. El Santo Padre cree que el diálogo sólo es posible si la razón y la fe avanzan juntas y si se superamos las limitaciones impuesta por la razón. El Obispo de Roma constató que en el mundo occidental se sostiene ampliamente que sólo la razón positivista es universalmente válida, cuando la razón científica plantea preguntas que van más allá de sus posibilidades. Ésta es una cuestión real, que tiene que ser dirigida a otros modos y planos de pensamiento, como la filosofía y la teología. Del mensaje de armonía entre la razón y la fe, el Papa ha promovido también esa otra armonía que debería producirse internamente a las iglesias cristianas, católicos, ortodoxos y protestantes, cuando se reunión en la Catedral de Ratisbona para rezar las Vísperas, con oraciones de las tres iglesias.

La misma armonía que expresa el Órgano afinado en la celebraciones litúrgicas, porque el órgano siempre ha sido considerado, y con justa razón, como el rey de los instrumentos musicales, -dijo el Santo Padre- retoma todos los sonidos de la creación y da resonancia a la plenitud de los sentimientos humanos. Además, como toda música, trascendiendo lo simplemente humano, nos dirige a lo divino. Un mensaje, el de Benedicto XVI en Alemania, resumido en estas breves palabras, armónico en verdad. Un mensaje armónico, porque nace en el corazón del hombre que busca a Dios, a través de Cristo Jesús, por el Espíritu, y desea que resuene en el corazón de los hombres de buena voluntad y en el universo entero.








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