Declaración del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede

Viernes, 15 sep (RV).- Por la tarde del martes, en la Universidad de Ratisbona, Benedicto XVI reiteró la urgencia hoy de impulsar el diálogo entre culturas y religiones. El Santo Padre ofreció un denso discurso: «Fe, Razón y Universidad. Recuerdos y reflexiones». En este contexto, en lo que se refiere a «la interpretación de algunas partes del discurso del Santo Padre» en dicha Universidad y «ante algunas reacciones de exponentes musulmanes acerca de algunas partes del discurso del Santo Padre en la Universidad de Ratisbona», el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha señalado en una declaración que «es oportuno destacar que –como resulta de una atenta lectura del texto– lo que el Santo Padre lleva en el corazón es un claro y radical rechazo de la motivación religiosa de la violencia».

La misma declaración añade que «el Santo Padre no tenía ciertamente la intención de desarrollar un estudio profundizado sobre la jihad y sobre el pensamiento musulmán al respecto y, mucho menos, ofender la sensibilidad de los creyentes musulmanes. Aún más, en los discursos del Santo Padre se presenta claramente la admonición, dirigida a la cultura occidental, para que se evite ‘el desprecio de Dios y el cinismo que considera el mofarse de lo sagrado como un derecho de la libertad’ (discurso del 100906)».

Pues «la justa consideración de la dimensión religiosa es, en efecto, premisa esencial para un fructuoso diálogo con las grandes culturas y religiones del mundo. Precisamente en las conclusiones del discurso en la Universidad de Ratisbona, Benedicto XVI ha afirmado: ‘Las culturas profundamente religiosas del mundo ven en la exclusión de lo divino de la universalidad de la razón un ataque a sus convicciones más íntimas. Una razón que ante lo divino está sorda y rechaza la religión en el ámbito de las subculturas es incapaz de insertarse en el diálogo de las culturas».

La declaración del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede termina reiterando que «por lo tanto, es clara la voluntad del Santo Padre de cultivar una conducta de respeto y de diálogo hacia las otras religiones y culturas, evidentemente también hacia el Islam».