2006-09-11 18:44:29

V Aniversario de los atentados en Nueva York


Lunes, 11 sep (RV).- Hoy se celebra un terrible aniversario. Cinco años han pasado desde que millones de personas en todo el mundo se quedaran petrificadas ante sus televisores viendo como Estados Unidos era víctima de un ataque terrorista sin igual.

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El 11 de septiembre de 2001 el terror sacudió el corazón de Occidente. Las torres gemelas de Nueva York reducidas a escombros y el Pentágono seriamente dañado fueron las imágenes que se quedaron grabadas en las retinas de la humanidad. Una oleada de atentados perpetrados con cuatro aviones de pasajeros lanzados contra los edificios más característicos del poder económico y militar norteamericano, son las imágenes que todavía hoy podemos recordar.

La Iglesia condenó duramente estos atentados, y el primero en hacerlo fue Papa Juan Pablo II quien calificó dichos actos como “una terrible afrenta contra la humanidad”. “El corazón del hombre es un abismo del que brotan a veces planes de inaudita atrocidad, capaces de destruir en unos instantes la vida serena y laboriosa de un pueblo. Pero la fe sale a nuestro encuentro en estos momentos en los que todo comentario parece inadecuado. La palabra de Cristo es la única que puede dar una respuesta a los interrogantes que se agitan en nuestro espíritu. Aun cuando parecen dominar las tinieblas, el creyente sabe que el mal y la muerte no tienen la última palabra. Aquí se funda la esperanza cristiana; aquí se alimenta, en este momento, nuestra confianza apoyada en la oración”.

El abismo al que hacía referencia Juan Pablo II es el mismo que definió el que en ese momento era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Joseph Ratzinger, quien parafraseando a san Agustín señaló que “podríamos decir que hoy vemos más claramente el abismo que el hombre tiene ante sí”. El que hoy es Papa Benedicto XVI ponía de relieve, del mismo modo que lo está haciendo a través de su Pontificado, la importancia de “ir a las raíces de los valores anunciados por las diferentes religiones, ya que es aquí donde puede empezar el verdadero diálogo interreligioso.”

En el programa de hoy queremos recordar las palabras de Benedicto XVI mientras analizaba lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, ya que desde que ocurrieran los atentados el mundo no ha conseguido dar un paso adelante para frenar el asesinato de inocentes, y día a día se siguen produciendo violentas muertes. “La Iglesia tiene una responsabilidad universal, una responsabilidad misionera para anunciar la nueva evangelización –decía el cardenal Razinger- Forma parte de esta tarea la llamada a las raíces cristianas de Europa. Es más, la Iglesia debe echar mano de todas sus energías creativas para hacer que no disminuya la fuerza viva y atrayente del Evangelio”. Esto es sin duda lo que puede llevarnos por el camino de la paz, del entendimiento y de la solidaridad, porque el 11 de septiembre de 2001, se perdieron demasiadas vidas de inocentes, y la solución no es la guerra –como estamos viendo que queda demostrado- sino un trabajo desde dentro, desde los valores fundamentales que tienen que estar orientados hacia una cultura de la vida y no de la muerte.

El programa de hoy, dedicado a la memoria de todas aquellas personas que fallecieron en los atentados de las torres gemelas de Nueva York y a todas aquellas que han perdido la vida en atentados terroristas, lo queremos terminar con la oración lanzada por Juan Pablo II en aquella ocasión: “¡Oh Dios omnipotente y misericordioso, no te puede comprender quien siembra la discordia, no te puede acoger quien ama la violencia!: mira nuestra dolorosa situación humana probada por crueles actos de terror y muerte, conforta a tus hijos y abre nuestros corazones a la esperanza, para que nuestro tiempo pueda conocer todavía días de serenidad y paz. Por cristo, nuestro Señor, Amén”.







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