Viernes, 8 sep (RV).- Mañana Benedicto XVI inicia su cuarto viaje apostólico, en esta
ocasión a las diócesis alemanas de Múnich, Altötting y Ratisbona. “QUIEN CREE NO ESTA
NUNCA SOLO”, este es el lema escogido para el viaje apostólico de Benedicto XVI a
Múnich, Altötting y Ratisbona. Esta frase, que muchas veces el Papa ha mencionado
desde su homilía en la Santa Misa del inicio de su pontificado el 24 de abril del
2005, encierra muchas dimensiones: la pertenencia de todo bautizado a la comunidad
de los fieles, su comunión con Dios en la vida y en la muerte, y la gran comunión
de los santos a la que están invitados todos los creyentes de todos los tiempos y
en cada lugar del mundo.
Mañana, Benedicto XVI realizará su cuarto viaje
y segundo a Alemania. La visita a las tres diócesis de la Baviera baja, Múnich-Freising,
Nassau y Ratisbona. El Papa realiza este viaje de carácter pastoral pero sobre todo
personal, y debo decir que es un viaje complicado desde el punto de vista logístico
para todas las autoridades encargadas de la seguridad y de la organización de cada
evento.
Este viaje apostólico recorre sobre todo la historia de la Arquidiócesis
de Múnich y Freising, probablemente la más antigua de Alemania. Así por ejemplo, la
catedral de Munich donde está enterrado el obispo de San Benno, patrón de la ciudad,
el Liebfrauendom, la catedral de Freising donde está sepultado el evangelizador de
la Baviera, san Corbiniano, la Mariensaule , (columna de la Virgen) de Munich donde
se renovará el acto de confianza a María de la Baviera, Altotting, el corazón católico
de la región, con el santuario de la Virgen negra, meta de peregrinaciones desde
toda Europa central y por último Ratisbona, donde se encuentra el más antiguo testimonio
de la fe cristiana, una lápida del siglo IV.
Benedicto XVI visita los lugares
donde vivió antes de su elección como Sumo Pontífice; desde la infancia en Marktl
am Inn y Altotting, Freising donde Joseph Ratzinger pasó los años del seminario y
fue ordenado sacerdote, hasta Ratisbona donde enseñó dogmática e historia de los dogmas,
y por último Munich, capital del Land, donde fue consagrado y fungió como arzobispo.
Pues,
en la diócesis de Passau se encuentra su ciudad natal, Marktl am Inn, donde fue bautizado
en la iglesia parroquial de San Osvaldo el mismo día de su nacimiento, el 16 de abril
de 1927. La visita del Papa a esta diócesis tiene como meta principal el santuario
mariano de Altotting, del cual Benedicto XVI tiene una relación especial desde que
era niño, él mismo lo definía de esta manera: “Tengo la suerte de haber nacido cerca
de Altotting, por esto las peregrinaciones con mis hermanos y mis padres a aquel
lugar lleno de gracia hace parte de mis primeros y más bellos recuerdos”. Por supuesto
en este lugar tiene mucho que ver también el nombre del santo hermano Konrad Von Parzham,
muerto el 18 de abril de 1894.
Las etapas sucesivas importantes en la vida
de Benedicto XVI sucedieron en la arquidiócesis de Munich y Freising: tras los estudios
físicos en Traunstein, Joseph Ratzinger entró en el seminario de Freising para iniciar
sus estudios en la escuela local superior filosófico-teológica. Dos años después se
trasladó a Munich, al Gregorianum, y continuó los estudios en la facultad católica
teológica de la Universidad de Munich. Luego el 29 de junio de 1951, Joseph Ratzinger
fue ordenado sacerdote en la catedral de Freising junto a otros 43 diáconos. En 1952
empezó a enseñar en la escuela superior de esta ciudad y en 1954 se convirtió en docente
de dogmática y de teología fundamentalmente.
La catedral de esta ciudad esta
dedicada a la Santísima María y a San Corbiniano. Al aproximarse el año 724, San Corbiniano,
obispo itinerante llegó a Freising procedente de Arparon, en las cercanías de París
e inició a predicar la fe cristiana en la antigua Baviera. Las reliquias de Corbiniano,
muerto alrededor del año 730, reposan en la cripta de la catedral y esta considerado
el padre espiritual de la antigua diócesis de Freising, que desde el 1821 es arquidiócesis
de Munich y Freising.
El viaje pastoral de Benedicto 16 lo conduce también
a la diócesis de Ratisbona en cuya universidad enseñó dogmática e historia de los
dogmas desde 1969 hasta 1977. El testimonio más antiguo de la fe cristiana se encuentra
en esta diócesis y es una lápida funeraria erigida alrededor de año 400 después de
Cristo en memoria de una persona llamada Sarmannina. Fueron los soldados y civiles
romanos los que llevaron la fe cristiana hacia el norte más allá de los Alpes.
Por
el año 700, los obispos itinerantes Erhard y Emmeram, procedentes de la Franconia,
obraron como anunciadores de la fe en la región de la que sería la diócesis de Ratisbona.
En el año 739, San Bonifacio erigió la diócesis de Passau, Freising y Ratisbona, haciéndola
sufragáneas de la arquidiócesis de Salisburgo. Sucesivamente, los obispos más importantes
de Ratisbona fueron San Wolfang, muerto el 31 de octubre del 994 y Alberto Magno,
muerto el 15 de noviembre de 1280.
El Papa inicia su viaje en Múnich, lugar
donde realizó su obra pastoral como arzobispo. En la catedral de Múnich dedicada a
Nuestra Señora (Liebfrauendom), el 28 de mayo de 1977 fue consagrado obispo, sucesor
de los cardenal Julius Döpfner, muerto en 1976. Un mes más tarde de haber sido consagrado
obispo, Pablo VI lo elevó a cardenal. La antigua diócesis de Freising dejó de existir
en 1803, con la caída de la antigua Iglesia de Estado. Tras la muerte de Joseph Konrad
von Schroffenberg, último obispo-príncipe, la diócesis permanece 18 años sin pastor
hasta que en 1821, la nueva arquidiócesis de Munich y Freising toma el puesto de la
antigua diócesis de Freising. La Iglesia parroquial y conventual de Nuestra Señora,
consagrada en 1494 y la segunda más antigua iglesia parroquial de Munich, se convierte
en la iglesia catedral de la nueva arquidiócesis, mientras la catedral de Freising
se elevó el 25 de enero de 1983 a concatedral.
Faltan pocas horas para que
Benedicto XVI toque su tierra Natal, la Baviera del sur, e inicia una visita pastoral,
pero sobre todo recorriendo los lugares que evocarán en él una serie de recuerdos.
Pero antes de entrar de lleno en los próximos días en lo que será el largo itinerario
de Benedicto XVI, algunos datos de interés. Por ejemplo la Cruz de Enghausen, el crucifijo
en tamaño natural más antiguo del mundo, acompañará la misa que el Papa Benedicto
XVI celebrará en Baviera.
Para la celebración de la Misa papal, se está acondicionando
un área de 62.000 metros cuadrados, en la que el punto destacado será el promontorio
donde se erigirá el altar. Sobre este espacio se colocará la Cátedra del Papa y los
lugares para los concelebrantes. La famosa Cruz de Enghausen, que data del año 890
y que recientemente fue declarada el Crucifijo en tamaño natural más antiguo del mundo,
será colocada en ese lugar por un pedido expreso del arzobispo de Munich, cardenal
Friedrich Wetter. Asimismo se ha montado una gran tribuna para los 3.000 periodistas
acreditados para la Misa papal en Múnich, en la que se espera una asistencia de unas
250.000 personas.
La realidad de la Iglesia en Alemania, no es muy positiva.
Desde hace dos años existe en muchas diócesis un proceso de cambio de la pastoral,
a causa de la falta de sacerdotes muchas parroquias se unen en una unidad de pastoral.
Por esta unidad, un sacerdote es responsable, o sea, que un párroco tiene a su cargo
tres, cuatro o más parroquias. Las parroquias que permanecen solitarias, no se desintegran,
pero permanecen jurídicamente como parroquias, pero no tienen su párroco, sino que
lo comparten con otras parroquias.
De esta manera se corre el riesgo que
se vea el párroco solamente como un sacerdote que viaja para celebrar la misa. No
pertenece más a la comunidad parroquial sino que es considerado un extranjero que
viene para consagrar la “especie”. Algunas diócesis han comenzado a cerrar iglesias
o a derrumbarlas. Este proceso produce quejas por parte de los obispos.
El
otro problema que sufre la Iglesia católica en Alemania, son en sí problemas prácticos
del ecumenismo. Los católicos y los protestantes son en total unos 26 millones. Y
el mismo número de alemanes que no son miembros de una iglesia. En otras palabras,
un tercio es católico, un tercio protestante y otro tercio se declara sin confesión,
sobre todo en la parte este de Alemania. En casi todas las familias están formadas
por parejas mixtas, compuestas por un católico y un protestante, creándose un problema
aunque si ambas partes son creyentes, se podría dar un impulso a la reflexión de la
fe, sin embargo en la praxis religiosa esto no ocurre.
Aunque si esta es
una realidad alemana, sin embargo cuando se le hizo esta pregunta a Edmundo Stoiber,
primer ministro de la Baviera, señaló que esta región es profundamente cristiana,
tal vez incluso una de las regiones de toda Europa más caracterizadas por el cristianismo.
Ya que estamos en tema con esta entrevista que nuestra radio le hizo al primer ministro
quiero recordar su respuesta cuando se le preguntó los temas concretos que discutiría
con el Papa, sobre todo dijo que le quisiera preguntar al Papa como ve él la Baviera,
y la discusión entre las iglesias cristianas, y entre el Vaticano y el Islam que hoy
juega un papel muy importante en Europa.
Al preguntarle como se estaba preparando
la Baviera, para esta visita, dijo que aunque si no existen amenazas concretas una
personalidad como la del Pontífice siempre esta amenazado en manera especulativa,
asimismo el primer ministro aseguró que están controlando todo, que estudian todas
las estaciones y los lugares donde pasará el Papa. Por su parte, las autoridades de
Múnich han preparado un contingente de hasta 5.000 policías para la visita del Papa
del 9 al 11 de septiembre próximos. Durante la estancia en la ciudad se impondrá
el nivel de seguridad uno, explicó el responsable de la policía, Hans-Jurgen Notka.
Benedicto
XVI se augura que su visita a su patria despierte el gozo en el cristianismo y sobre
todo refuerce la confianza que la comunidad eclesial tiene la responsabilidad de preparar
para todos un futuro humano. También el Papa se espera que un mayor número de jóvenes
supere sus dudas en las capacidades de la Iglesia para proyectarse en el futuro y
se decida por seguir el sacerdocio o la vida religiosa. Estos deseos del Pontífice
los envió en un mensaje a los lectores a uno de los periódicos eclesiales de Munich
y a todas las personas que querrán saludarlo por las calles en las plazas y en las
iglesias bávaras.
En el marco de este Viaje Apostólico que Benedicto XVI está
por emprender, estas fuerno las palabras del Card. Alfonso López Trujillo, presidente
del Pontificio Consejo para la Familia, que destaca el importante significado – también
para toda la Iglesia - de esta peregrinación del Papa a su tierra natal, acompañado
de la plegaria de numerosos fieles de todo el mundo: