Representación para el Papa de “El Misterio de la caridad de Juana de Arco”
Domingo, 20 ago (RV).- El Santo Padre presenció ayer por la tarde, sábado 19 de agosto,
en el patio del palacio apostólico de Castelgandolfo, la representación del drama
de Charles Peguy “El Misterio de la caridad de Juana de Arco”. La representación le
fue ofrecida al Santo Padre por el Arzobispo de Mónaco, monseñor Bernard Barsi, junto
con la archidiócesis monaguesca, promotores de una iniciativa que ha sintonizado con
la sensibilidad del Papa. Asímismo estaban presentes en el acto el Embajador del Principado
de Mónaco y otras personalidades.
La obra de Charles Peguy, dramaturgo y ensayista
francés, considerado uno de los principales escritores católicos modernos, manifiesta
una sensibilidad especial hacia la causa de la justicia social. Péguy perdió la vida
en la batalla del Marne, durante la I Guerra Mundial. De sus obras teatrales cabe
destacar Juana de Arco (1897), y de su poesía, El misterio de la caridad de Juana
de Arco, escrita en 1910, que posee la fuerza de un canto religioso.
Benedicto
XVI, al concluir la representación dirigió una palabras a los actores y a todos los
presentes destacado que la obra de Charles Peguy nos ha conducido a descubrir “el
grito que Juana de Arco hace llegar a Dios con pasión: la súplica de hacer cesar la
miseria y el sufrimiento que veía a su alrededor, expresando así la inquietud del
hombre y de su búsqueda de la felicidad”, ha dicho el Santo Padre.
El Papa
continuó su discurso con estas palabras: “La representación de esta obra ante nosotros
esta tarde me parece de una oportunidad particular. En efecto, en el contexto internacional
que conocemos hoy, de cara a los dramáticos eventos de Medio Oriente, ante las situaciones
de sufrimiento provocadas por la violencia en numerosas regiones del mundo, el mensaje
transmitido por Charles Péguy en ‘El misterio de la caridad de Juana de Arco’, permanece
como una fuente de reflexión muy provechosa. ¡Qué Dios escuche la oración de la santa
de Domremy y la nuestra, y done a nuestro mundo la paz a la que aspira!”.
El
Santo Padre concluyó implorando de santa Juana de Arco que nos ayude a entrar siempre
más profundamente en el misterio de Cristo para descubrir los caminos de la vida y
de la felicidad.