2006-08-22 14:25:39

Mensaje del Papa a los participantes del Meeting de Rímini: “Rezar al Dios de la paz para que toque el corazón de aquellos que están implicados en un enfrentamiento que dura demasiado tiempo


Lunes, 21 ago (RV).- Benedicto XVI, ha enviado un mensaje al obispo de Rimini, monseñor Mariano De Nicoló, con motivo del Encuentro Anual de Rimini. Este mensaje, que lleva la firma del cardenal Angelo Sodano, secretario de estado, fue leído ayer por la mañana durante la celebración eucarística de apertura. En el mensaje el Papa, transmite la alegría a todos los participantes en el mitin por la amistad entre los pueblos.

Benedicto XVI, recuerda que también este año el titulo de la convocatoria centra al hombre en su más intima relación con el Creador: “la razón es exigencia de infinito, y culmina en el suspiro y en el presentimiento de que este infinito se manifieste”. El hombre “sabe, que necesita colmar este espacio de infinito. Advierte un ansia de búsqueda continua, que va más allá de aquello que ha alcanzado”.

Teniendo presente este desafío del ser humano, el mitin 2006, escribe el Papa, quiere proponer de nuevo con vigor la perenne verdad del cristianismo: Dios, el Infinito, ha calado en nuestra finitud para poder ser percibido por nuestros sentidos, y de esta manera el infinito ha “alcanzado la búsqueda racional del hombre finito”.

Palabras que se traducen en una invitación que la Iglesia no cesa de dirigir a los hombres de toda latitud y cultura. En Dios, que se ha revelado en Cristo, es posible, en particular, la experiencia de la paz. En este momento de profundo malestar, de desasosiego, el pensamiento del Santo Padre se dirige a Tierra Santa y a las regiones de Oriente Medio que han sido testimonio de la Historia de la Salvación, culminada en la encarnación, muerte y resurrección de Jesús. Allá viven hoy poblaciones atormentadas por la enemistad, por la ausencia de dialogo y de reconciliación, por la violencia que aplasta cada derecho, y legítima aspiración de las personas de buena voluntad.

El Sumo Pontífice, de corazón aprovecha esta ocasión para exhortar a todos a rezar al Dios de la paz para que toque el corazón de aquellos que están implicados en un enfrentamiento que dura demasiado tiempo y que ya ha registrado innumerables victimas. Que María, La Madre del Príncipe de la Paz, obtenga para los pueblos que residen en aquellas tierras, el reconocerse hermanos y que colaboren en la construcción de una paz justa y duradera.








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