El Patriarca latino de Jerusalén condena la guerra y señala que la persona humana
es igual en dignidad, ya sea israelí o palestina
Viernes, 4 ago (RV).- Benedicto XVI sigue rezando por la paz en la azotada Tierra
Santa y pide a todos los fieles que recen por el fin de las hostilidades. De este
modo el Santo Padre en su última aparición pública, el pasado miércoles durante la
audiencia general en la plaza de san Pedro, pedía oraciones para poner fin a una barbarie
que se prolonga desde hace ya 24 días. Éste ha sido también el mensaje lanzado por
el Patriarca latino de Jerusalén, Su Beatitud Michel Sabbah, quien en una carta con
motivo del inicio del periodo de oración y ayuno de las Iglesias orientales, católicas
y ortodoxas, ora “por la paz en Gaza y en el sur del Líbano”.
“Nuestro ayuno
y nuestro rezo serán para la paz y el fin de las hostilidades en Gaza y en el sur
del Líbano. Rogamos para que todas las partes -palestinos, israelíes y libaneses-
gocen de la paz y la seguridad”, se lee en la misiva publicada el pasado martes. El
Patriarca latino de Jerusalén califica los últimos acontecimientos en Tierra Santa
como “inhumanos, cualesquiera que sean las razones que intenten justificarlos”, y
hace un llamamiento a la comunidad internacional para que intervenga “de forma más
eficaz” para poner fin a esta barbarie.
Su Beatitud Michel Sabbah condena la
toma de prisioneros por ambos bandos y pide que éstos sean devueltos “sanos y seguros
a sus hogares”, porque “la persona humana es igual en dignidad, ya sea israelí o palestina.
La violencia es un ciclo de muerte –prosigue el Patriarca latino de Jerusalén- que
hay que romper”. Ante la espiral de violencia que ha recrudecido los enfrentamientos
en Oriente Medio en esta última semana, Su Beatitud Michel Sabbah ha puesto de manifiesto
que “la violencia no hace más que aumentar la violencia y no conduce a la seguridad,
es inútil -prosigue- querer fundar un orden o adquirir una seguridad mientras dure
la opresión de unos sobre otros”.
La misiva continúa condenando la violencia,
y señalando que “ésta no puede y no debe ser un medio legítimo de defensa”. Su Beatitud
Michel Sabbah finaliza la carta rogando para que la razón triunfe sobre el espíritu
de venganza. “Roguemos para que los hombres se den cuenta de que son capaces de vivir
juntos, para que cesen las acciones militares que impiden a los jefes militares y
a los soldados ser personas humanas transformándoles en asesinos. Roguemos –finaliza-
para que Dios siga estando presente entre los hombres y que su presencia vuelva al
hombre más humano con sus hermanos y hermanas más allá de sus creencias religiosas
o su nacionalidad”.
Otro petición de paz ha sido la realizado ayer por el secretario
general del Consejo Ecuménico de las Iglesias, el reverendo Samuel Kobia, quien ha
hecho un llamamiento a la comunidad internacional pidiendo su intervención inmediata,
sobre todo para garantizar corredores humanitarios que permitan salvar vidas. En este
sentido pide a los países implicados en el conflicto, que se garantice la seguridad
y el acceso de las organizaciones humanitarias que van a trabajar a las zonas más
devastadas por esta tragedia.
El secretario general del Consejo Ecuménico de
las Iglesias reza por libaneses, israelíes y palestinos e insta con dureza a que la
comunidad internacional deje de lado sus diferencias y se ponga al servicio de la
población civil de Oriente Medio tan duramente golpeada por este conflicto.