Durante la homilía de la Peregrinación Internacional de Monaguillos el cardenal de
Viena recordó la importancia del Espíritu Santo como guía de todos estos jóvenes
Miércoles, 2 ago (RV).- Precisamente en la homilía de las misa celebrada ayer por
el cardenal Christoph Schönborn dentro de los actos de la Peregrinación Internacional
de los Monaguillos, se recordó la importancia del Espíritu Santo como guía de todos
estos jóvenes que llegados desde toda Europa asistieron ayer por la tarde a una multitudinaria
homilía en la plaza de san Pedro.
“Spiritus vivificat. La Iglesia está viva”.
Con estas palabras el cardenal de Viena saludaba a los monaguillos de toda Europa
presentes en Roma en su Peregrinaje Internacional, a ellos les dio ánimos para que
a pesar de las elevadas temperaturas que se registran estos días en la capital italiana
no se lamenten y digan: “Por Tú amor Jesús, yo soporto con felicidad el calor y el
cansancio de hoy”.
El cardenal Schönborn recordó asimismo durante su homilía
a una persona que amó con fuerza a Jesús, poniéndola como ejemplo: san Pedro. “En
esta plaza hay un testigo mudo del hecho de que Pedro amara realmente a Jesús –señaló
el cardenal vienés- el obelisco del centro de la plaza que se encontraba antes en
el Circo de Nerón, donde en el año 67 Pedro fue crucificado con muchos otros cristianos”.
Poniendo
como ejemplo a Pedro el cardenal Schönborn instó a los monaguillos a aprender cada
día a amar a Jesús, siendo este uno de los motivos para convertirse en monaguillos:
“Escuchar su palabra cada domingo, estar cerca de Él cuando en el ‘misterio de la
fe’ su amor se hace presente, cuando Él da su vida por mi, por todos nosotros, por
todos los hombres, ofreciéndose en el altar”.
“Aquí en esta plaza de san Pedro
experimentamos la unidad y la variedad de la Iglesia universal –prosiguió el cardenal
de Viena, señalando que- Quizá, cuando volvamos a casa experimentaremos que a menudo
estamos solos”. Ante lo que exclamó:”¡Pero el Espíritu Santo nos asiste!”. Por último
el cardenal Schönborn recordó a todos los monaguillos presentes ayer en la homilía
de su Peregrinación Internacional que están asistidos por la Virgen María, los Apóstoles,
los santos y por Juan Pablo II “quien también hoy nos bendice desde el cielo”.