Audiencia General: Llamamiento del Papa al cese inmediato de la violencia en Oriente
Medio y señala que “nada puede justificar el derramamiento de sangre inocente, venga
de donde venga”
Miércoles, 2 ago (RV).- “¡Estimados monaguillos, estoy feliz de encontraros!”. Con
estas palabras Benedicto XVI ha saludado a los más de 40 mil monaguillos presentes
en la plaza de san Pedro que han participado en la Audiencia General de hoy. El Santo
Padre, tras recordar la importancia del papel que juegan los monaguillos en la Iglesia
ha querido lanzar de nuevo un llamamiento por la paz en Tierra Santa.
“Invito
a todos a continuar a rezar por la querida y martirizada región de Oriente Medio –ha
exclamado el Obispo de Roma- Nuestros ojos se han llenado de imágenes escalofriantes
de cuerpos destrozados de tantas personas, sobre todo de niños, pienso en particular
en Caná, en Líbano. Deseo repetir que nada puede justificar el derramamiento de sangre
inocente, venga de donde venga”.
“Con el corazón lleno de dolor, renuevo una
vez más el llamamiento al cese inmediato de todas las hostilidades y de todas las
violencias –ha proseguido el Papa- mientras exhorto a la comunidad internacional y
a cuantos participan directamente en esta tragedia a alcanzar lo antes posible las
condiciones para alcanzar una definitiva solución política a la crisis, capaz de ofrecer
un porvenir más sereno y seguro a las generaciones venideras”.
El llamamiento
lanzado por el Papa ha sido aplaudido por los monaguillos procedentes de Suiza, Alemania,
Austria y Hungría y los fieles presentes en la plaza de san Pedro. Antes de comenzar
la catequesis el Santo Padre se ha dejado colocar un pañuelo al cuello, símbolo de
este encuentro de jóvenes que ayudan en las celebraciones de sus respectivas parroquias.
Benedicto XVI ha saludado de manera particular al presidente del Coetus Internationalis
Ministrantium, monseñor Martín Gachter, quien ha introducido la audiencia y al cardenal
de Viena Chistoph Schönborn, así como a los obispos y sacerdotes procedentes de los
cuatro países mencionados.
El Santo Padre les ha recordado que durante las
últimas audiencias ha profundizado sobre algunos apóstoles, y que en las próximas
audiencias continuará hablando de aquellos apóstoles que aún no ha mencionado. “Los
Apóstoles han sido ‘amigos’ de Jesús –ha señalado el Obispo de Roma- Él mismo les
ha llamado de esta manera en la Última Cena, diciéndoles: No os llamo ya siervos,
sino amigos. Han sido Apóstoles y testigos de Cristo porque eran amigos suyos, unidos
a Él por una unión de amor vivificado por el Espíritu Santo”. De este modo Benedicto
XVI ha recordado el tema de la peregrinación de estos monaguillos: “Spiritus vivificat”.
“Hoy
-les ha dicho textualmente el Papa- os miro pensando en los Apóstoles y siento la
voz de Jesús que os dice: no os llamo siervos, sino amigos, permaneced en mi amor,
y daréis mucho fruto”. ¡Escuchad esta voz! Escuchadla con gran disponibilidad, si
os llama a daros sin reserva en el camino del sacerdocio –ha exclamado el Papa- Escuchadla
con confianza cualquiera que sea el camino de vuestra vocación, porque Cristo quiere
establecer también con vosotros una unión de amistad, como ha hecho con Simón, que
llamó Pedro, con Andrés, con Santiago, Juan y con los demás Apóstoles”.
Benedicto
XVI ha proseguido recordando a todos los jóvenes monaguillos su papel como “Apóstoles
de Jesús!”. “Cuando participáis en la Liturgia desarrollando vuestro servicio en el
altar, ofrecéis a todos un testimonio –ha explicado el Pontífice- Vuestro recogimiento,
vuestra devoción que parte del corazón y que se expresa en los gestos, en el canto,
en las respuestas, todo esto es apostolado. Es un vínculo de amistad que tiene su
fuente y culmen en la Eucaristía. Vosotros estáis muy cerca de Jesús Eucaristía, y
ésta es la mayor señal de su amistad por vosotros”.
El Papa ha finalizado su
alocución en italiano advirtiéndoles que no se pueden acostumbrar a este don y les
ha pedido que se dejen siempre maravillar nuevamente por tanto amor, por tanta cercanía.
“El amor que recibís en la Liturgia -les ha encomendado Benedicto XVI- llevadlo a
todos, especialmente donde os percatéis que falta amor; precisamente allí, con la
fuerza del Espíritu Santo, intentad llevar a Jesús. Así aquel Pan, que veis partir
sobre el altar, será compartido y multiplicado, y vosotros, como los doce Apóstoles,
ayudaréis a Jesús a distribuirlo en medio de la gente de hoy, en las distintas situaciones
de la vida. ¡Queridos monaguillos, sed siempre amigos y apóstoles de Jesús!”.
Por
último Benedicto XVI saludó en español ofreciendo un breve resumen de su catequesis
para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la Plaza de san Pedro: Saludo a los peregrinos
de lengua española. La amistad con Jesús es el más hermoso don de la vida. Lo he dicho
hoy a los monaguillos y os lo digo también a vosotros, para que la cultivéis en la
participación litúrgica y resplandezca en todas vuestras obras.