Escuchar el programa Viernes, 28 jul
(RV).- Cuando las familias empiezan a crecer, cuando las parejas comienzan a tener
sus hijos la pregunta fundamental que se hacen a sí mismos es cómo ser mejores padres.
En diversas ocasiones hemos dicho que para este maravilloso oficio no existe una fórmula
o un manual, pues realmente el ser padres es la conjugación de factores guiados por
la responsabilidad hacia los hijos, la intuición y una alta dosis de amor.
El
compromiso de los padres en la educación y crianza de sus hijos exige mucho tiempo
y esfuerzo. Velar por las necesidades básicas de los hijos es un trabajo silencioso,
cotidiano, que pocas veces se ve recompensado, pues los padres, por su misma naturaleza,
deben estar dispuestos a correr con los riesgos y sacrificios que la tarea demanda.
Ante
la perspectiva de la paternidad y maternidad, muchas parejas se preguntan si podrán
llegar a ser buenos padres. Su propia historia como hijos que fueron -y que siguen
siendo- los condiciona sin duda en su labor de padres, pues con toda seguridad querrán
repetir los aciertos y evitar los errores. Miles de preguntas comenzarán a desfilar
por su mente cuando se enfrenten al pequeño bebé que forma parte de sus vidas y que
depende absolutamente de ellos.
Pero el compromiso de los padres siempre va
más allá de las tareas de supervivencia para los hijos, ser padres implica un compromiso
que dura toda la vida; y, más allá de los cambios normales de la vida (no es lo mismo
un niño de cuatro años, que un adolescente o un adulto), y la tarea de los padres
de familia parece no tener fin, pues ellos siguen siendo un gran apoyo, incluso cuando
ya hemos construido nuestras propias familias.
No se puede separar el compromiso
del estar involucrado en la vida del hijo. La participación es la base de la función
de los padres, y su primer instinto es el de renovar un compromiso de dedicar más
recursos y tiempo a fortalecer el vínculo con los hijos. Participación y compromiso,
algo más que meras palabras, mucho más en la sociedad moderna, donde al parecer el
trabajo y las múltiples ocupaciones ocupan todo el tiempo, de ahí que cada día se
habla de la calidad de tiempo que dedicas a tus hijos.
Hacerse un tiempo para
estar con los hijos nunca resulta fácil. Mantener un horario de trabajo requiere muchas
horas, y aun cuando se llega a la casa hay más proyectos que completar y decisiones
que tomar. Los hijos, también tienen cosas que hacer, ya sean actividades deportivas,
reuniones estudiantiles, trabajos temporales o salir con sus amigos al centro comercial.
Pero hasta las agendas más discordantes pueden tener sus puntos en común.
Cuando
parece que no existe tiempo para una interacción saludable y cotidiana, los padres
no pueden olvidar que en sus hombros recae la responsabilidad de articular, unir y
orientar la familia que han constituido, además de pensar y planear momentos en los
cuales toda la familia pueda reunirse. No es fácil, lo más probable es que sean los
padres los que deban dejar algunas actividades o realizar cambios bruscos en sus rutinas.
Sin
lugar a dudas uno de los aspectos fundamentales en la relación padres-hijos es la
comunicación. La participación llevada al nivel más intenso significa una saludable
comunicación. Hablar con los hijos, comunicarles sus esperanzas y sueños, afirmando
siempre que los padres son sobre todo humanos y por ello se equivocan, pero también
tienen la capacidad de pedir perdón cuando sea necesario, es importante también que
el padre o la madre trate de estar disponible a conversar, disponible al diálogo independientemente
de lo "delicado" que sea el tema, o si se tienen posiciones divergentes.
Hablar
y escuchar a los hijos le permite averiguar cuáles son sus intereses, en qué creen
y qué es lo verdaderamente importante de sus vidas. Resulta importante que comunique
su compromiso con ellos.
Un hogar, aparte de comodidades materiales, debe
transmitir una idea de seguridad, de afecto y de protección contra el mundo exterior.
Piense en todas las actividades que su hijo disfruta y trate de comprometerse en alguno
de estos rubros. Asegúrese de que su hijo se sienta cómodo con su presencia, pídale
permiso si tiene alguna duda al respecto.