En la Jornada especial de oración y penitencia por Oriente Medio el Papa renueva su
llamamiento a las partes enfrentadas y pide el inmediato alto el fuego
Domingo, 23 jul (RV).- Benedicto XVI ha reflejado hoy su honda preocupación por la
situación en Oriente Medio, dedicando íntegramente su alocución antes del Ángelus
a la grave situación en esta atormentada región. En la Jornada especial de oración
y penitencia, convocada por él mismo, el Papa ha renovado el llamamiento a las partes
en conflicto para que cese el fuego de inmediato, se permita el envío de ayuda humanitaria,
y para que con el apoyo de la comunidad se busquen vías para el comienzo de las negociaciones.
Benedicto
XVI ha reflejado hoy su honda preocupación por la situación en Oriente Medio, dedicando
íntegramente su alocución antes del Ángelus a la grave situación en esta atormentada
región. El Papa ha renovado su llamamiento a las partes enfrentadas para que emprendan
el camino de la negociación, reconociendo el derecho de los libaneses a la soberanía
de su país, el derecho de los israelíes a vivir en paz en su estado y el derecho de
los palestinos a tener una patria libre y soberana.
Más de 5 mil fieles y
peregrinos han participado, en los jardines del chalet de Les Combes, en la oración
mariana que ha sido precedida por una Santa Misa concelebrada por el obispo de Aosta,
Monseñor Giuseppe Anfossi; y los obispos de Biella, Pinerolo, el Auxiliar de Milán
y el inspector salesiano, Padre Migliasso.
Benedicto XVI ha recordado la convocatoria,
que realizó el pasado jueves frente al agravamiento de la situación en Oriente Medio,
de una Jornada especial de oración y penitencia para este domingo, invitando a los
pastores y fieles y a todos los creyentes a implorar a Dios el don de la paz.
“Renuevo
con fuerza el llamamiento a las partes en conflicto para que cese el fuego de inmediato,
para que permitan el envío de ayuda humanitaria, y para que con el apoyo de la comunidad
se busquen vías para el comienzo de las negociaciones. Aprovecho la ocasión para reafirmar
el derecho de los libaneses a la integridad y soberanía de su país, el derecho de
los israelíes a vivir en paz en su Estado y el derecho de los palestinos a tener una
patria libre y soberana”.
El Santo Padre ha querido expresar también su cercanía
a “las inermes poblaciones civiles, injustamente golpeadas en un conflicto del cual
son sólo victimas. En especial, el Papa se ha referido a la población de Galilea que
en estos días ha sido “obligada a vivir en los refugios” y a la “gran multitud de
libaneses, que nuevamente, ven destruido su país y han tenido que abandonar todo y
buscar alivio en otras partes”.
Eelevo a Dios una oración ferviente para que
la aspiración a la paz de la gran mayoría de las poblaciones pueda ser realizada cuanto
antes gracias al compromiso común de los responsables. Renuevo además mi llamamiento
a todas las organizaciones caritativas para que hagan llegar a esas poblaciones la
expresión concreta de una común solidaridad.
Seguidamente, Benedicto XVI se
ha referido a la memoria litúrgica de María Magdalena, discípula del Señor, que celebramos
ayer, y que en los evangelios ocupa un lugar preeminente. “Magdalena –ha dicho el
Papa- estará siempre presente bajo la Cruz, junto con la Madre de Jesús y otras mujeres.
Será ella la que descubrirá, la mañana del primer día después del sábado, el sepulcro
vació junto al cual permanecerá en llanto hasta que no le aparecerá Jesús resucitado.
El
Santo Padre ha subrayado que la historia de María de Magdala nos lleva a una verdad
fundamental, es decir, que el discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la
debilidad humana, ha tenido la humildad de pedir ayuda, ha sido curado por Él y le
ha seguido de cerca haciéndose testigo de la potencia de su amor misericordioso, más
fuerte que el pecado y que la muerte.
El Papa ha concluido implorando nuevamente
por la paz en el mundo, recordando la fiesta, hoy, de Santa Brígida, una de las patronas
de Europa que también peregrinó a Tierra Santa y nos invita a ayudar a la humanidad
para que encuentre un gran espacio de paz precisamente en esa región.
“A la
potencia del amor divino confío toda la humanidad mientras invito a todos a rezar
para que las amadas poblaciones del Oriente Medio sean capaces de abandonar la vía
del enfrentamiento armado y construir, con la audacia del diálogo, una paz justa y
duradera”.
Tras el rezo del Ángelus, el Santo Padre ha saludado en diferentes
idiomas a los peregrinos presentes en les Combes a quienes renovó la invitación de
rezar por la paz en Oriente Medio y en el mundo.
En su saludo en italiano el
Santo Padre se ha dirigido en particular a las autoridades municipales y a los fieles
de la comunidad de los Walser, que en la Edad Media y provenientes de Alemania emigraron
desde Suiza hasta las montañas italianas del Valle de Aosta. Durante siglos esta comunidad
ha conservado el alemán, en una de sus formas antiguas, como idioma y algunas costumbres
y tradiciones teutónicas. Tras los cantos que entonaron el coro de 25 adultos y 10
niños en alemán, los Walser ofrecieron al Papa productos típicos de la artesanía local,
pero sobretodo, la invitación al Papa para que visite las poblaciones de la comunidad
de los Walser.
Este ha sido el saludo del Papa para los peregrinos de lengua
española.
Saludo
a los peregrinos de lengua española que participáis en el rezo del Ángelus. Que estos
días, en los que muchos tenéis un contacto particular con la naturaleza, os ayuden
a tomar conciencia de la importancia de conservarla y protegerla, así como a implorar
el inestimable don de la paz para el mundo. ¡Feliz domingo!