2006-06-22 17:15:45

El Papa exhorta a comunidades católicas orientales y responsables de la sociedad civil a impulsar el respeto entre culturas y religiones para lograr una convivencia serena y pacífica en Tierra Santa, Irak e Irán y otras regiones de Oriente Medio


Jueves, 22 jun (RV).- Impulsar el respeto entre las culturas y las religiones para alcanzar cuanto antes una convivencia serena y pacífica. Es el nuevo llamamiento de Benedicto XVI a los católicos orientales y a los responsables de la sociedad civil, ante las graves dificultades y apremiante inseguridad en Tierra Santa, Irak e Irán y en otras regiones de Oriente Medio.

Expresando su pesar por las graves dificultades y apremiante inseguridad en Tierra Santa, Irak e Irán y en otras regiones de Oriente Medio, Benedicto XVI ha exhortado, una vez más, a las comunidades católicas orientales y a los responsables de la sociedad civil a impulsar el respeto entre las culturas y las religiones, para alcanzar cuanto antes una convivencia serena y pacífica.

El Papa ha pronunciado este llamamiento al recibir, esta mañana en audiencia, a los miembros de la ROACO, es decir del organismo que reúne a las agencias de varios países del mundo que ayudan a las Iglesias Orientales, encabezados por el prefecto de la Congregación vaticana encargada de este sector, Card. Ignace Moussa Daoud, junto con varios prelados provenientes de Tierra Santa y de otras regiones de Oriente Medio.

Haciendo hincapié en que, para afrontar las problemáticas tan graves que se verifican, «nuestro primer y fundamental deber es perseverar en la confiada oración al Señor, que nunca abandona a sus hijos en la prueba» y recordando la necesidad de unir «una activa y fraterna acción capaz de encontrar caminos siempre nuevos e inesperados para salir al paso de las necesidades de esas poblaciones», el Santo Padre se ha dirigido a las comunidades católicas y civiles: «Dirijo una invitación a los pastores y a los fieles y a todos aquellos que desarrollan papeles de responsabilidad en la comunidad civil para que, favoreciendo el respeto mutuo entre culturas y religiones, se puedan crear, cuanto antes, en toda la región de Oriente Medio las condiciones de una convivencia pacífica y serena».

Tras destacar su profunda gratitud por el servicio que desarrollan los miembros de la ROACO desde 1968, dando voz a las Iglesias de las diversas tradiciones orientales y latinas, sosteniendo las actividades pastorales, educativas, asistenciales y saliendo al paso de sus necesidades urgentes, el Pontífice ha manifestado su cercanía a las amadas Comunidades católicas Orientales.

A las que están en Tierra Santa, donde nació nuestro Redentor y donde se vive «un clima de apremiante incertidumbre por la falta de trabajo y por las innumerables restricciones que generan creciente pobreza y que son motivo de sufrimiento para todos nosotros», ha afirmado Benedicto XVI, refiriéndose en especial a las repercusiones negativas de esta realidad sobre las jóvenes generaciones, que se sienten empujadas a dejar para siempre su tierra natal.








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