2006-06-07 15:40:17

“Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. En la Audiencia General, Benedicto XVI reflexionó sobre el papel preeminente que Pedro tuvo en la primera comunidad cristiana


Miércoles, 7 jun (RV).- Este miércoles, Benedicto XVI ha celebrado la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, en la que han participado más de 50 mil personas. En su catequesis ha continuado hablando del Apóstol Pedro. El evangelista Juan explicando el primer encuentro con Simón, hermano de Andrés señala un hecho singular: Jesús poniendo la mirada sobre él le dijo: “Tú eres Simón hijo de Juan; te llamarás Cefas, Pedro”.

Jesús no acostumbraba a cambiar el nombre de sus discípulos. Lo hizo en cambio con Simón y aquel nombre, traducido en griego, Petros, volverá a aparecer más de una vez en los evangelios para acabar suplantando al nombre original. Este hecho adquiere particular relieve si se tiene en cuenta que en el Antiguo Testamento el cambio de nombre es el preludio que generalmente se utiliza para confiar una misión.

De hecho, la voluntad de Cristo de atribuir a Pedro un especial relieve dentro del colegio apostólico se evidencia en múltiples indicios. Pedro es recordado siempre como el primero del grupo: como en la resurrección de la hija de Jairo; en la Transfiguración; durante la agonía en el huerto de Getsemaní. En la última cena, Jesús lavará los pies en primer lugar a Pedro, y es por él por quien reza para que no desfallezca su fe y pueda confirmarla a los demás discípulos.

Pedro, por otra parte, es consciente de esta posición particular que tiene. Y es él quién habla a menudo pidiendo explicaciones ante una parábola difícil, o para pedir el sentido exacto de un precepto o la promesa formal de una recompensa. Es Pedro quien resuelve las dificultades de ciertas situaciones interviniendo en nombre de todos.

En el Evangelio de Mateo, Jesús define el papel de Pedro en la Iglesia: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, te daré las llaves de los cielos y todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”. Las tres metáforas a las que recurre Jesús son muy claras: Pedro será el fundamento rocoso sobre el que se apoyará el edificio de la Iglesia; él tendrá las llaves del Reino de los Cielos para abrirlas o cerrarlas a quienes creerá justo; y finalmente, él podrá atar o desatar, en el sentido que podrá establecer o prohibir aquello que creerá oportuno para la vida de la Iglesia.

Descrito con imágenes de plástica evidencia, Pedro será calificado con el término de “primado de jurisdicción”. Esta posición de preeminencia que le confiere a Pedro se descubre también después de la resurrección. Jesús, de hecho, encarga a las mujeres que lleven el anuncio a Pedro. Será también Pedro el primer testigo de la aparición del resucitado. Este papel de preeminencia en el grupo apostólico continuará desarrollándolo en la comunidad nacida tras los acontecimientos pascuales, como lo atestigua el Libro de los Hechos.

Esta contextualización del primado de Pedro en la última cena en el momento de la institución de la Eucaristía, Pascua del Señor, indica también el sentido último de este Primado: Pedro, para siempre, debe ser el custodio de la comunión con Cristo; debe guiar a la comunión con Cristo; debe preocuparse para que la red no se rompa y de esta manera pueda perdurar la comunión universal.

El Papa ha finalizado su catequesis precisamente improvisando unas palabras sobre este tema: “recemos –ha dicho- para que el primado de Pedro pueda ser ejercitado en su sentido original, querido por el Señor, y pueda ser reconocido por los hermanos todavía no en plena comunión con nosotros”.

Este fue el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la audiencia: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:

 
San Juan evangelista, al narrar el primer encuentro de Jesús con Simón, hermano de Andrés, “se le quedó mirando y le dijo: “Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro)””. Este cambio de nombre significa la nueva misión que se le confiaría después dentro del Colegio apostólico.

 
En el Evangelio hemos escuchado cómo Jesús, al preguntar a sus discípulos, Pedro responde en su nombre: “Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo”. Ante esta confesión de fe, Jesús define el papel de Pedro: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia... Te daré las llaves del Reino de los Cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”. Estas tres metáforas, piedra, llaves, atar y desatar, son muy claras y pueden considerarse la expresión de lo que después se llamaría el “primado de jurisdicción”. Esto refleja el papel preeminente que Pedro tuvo en la primera comunidad cristiana, como se narra en los Hechos de los Apóstoles.

 
Me es grato saludar cordialmente a los visitantes de lengua española, en especial a las Hermanas de María Auxiliadora y a los miembros de Regnum Christi. Saludo también a los diversos grupos diocesanos, parroquiales y asociaciones de España, así como a los peregrinos de Argentina, Costa Rica, El Salvador, Perú y de otros Países latinoamericanos.

 
¡Muchas gracias!

Seguidamente, el Papa ha saludado en catalán a los representantes del programa religioso “Signos de los Tiempos” de la Televisión de Cataluña: RealAudioMP3

Saludo l’equip del programa religiós Signes dels Temps de Televisió de Catalunya amb motiu del seu vintè aniversari. Us animo a continuar el vostre servei a l’Església, que ajuda a l’evangelització a través dels mitjans de comunicació social.

 
(traducción en español)

 
Saludo al equipo del programa religioso “Signos de los Tiempos” de Televisión de Cataluña con motivo de su vigésimo aniversario. Os animo a continuar vuestro servicio a la Iglesia, que ayuda a la evangelización a través de los medios de comunicación social.

Como siempre el Santo Padre, antes de finalizar la Audiencia, ha saludado a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. “En el vivo recuerdo del Pentecostés que hemos celebrado el pasado domingo –ha dicho-, os exhorto, queridos jóvenes, a invocar constantemente al espíritu Santo, que os hará intrépidos testigos de Cristo. El Espíritu Consolador os ayude a vosotros, queridos enfermos, a acoger con fe el misterio del dolor y a ofrecerlo por la salvación de todos los hombres, y que os conceda a vosotros, queridos recién casados, construir vuestra familia en el sólido fundamento del Evangelio”.








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