2006-06-06 17:14:42

El Papa abriga una gran preocupación por el avance de la Pandemia del Sida y garantiza la continuidad e incremento del importante trabajo de la Iglesia católica en todo el mundo para frenar esta tragedia


Martes, 6 jun (RV).- En calidad de “portador del saludo de Benedicto XVI a todos los que están empeñados en la lucha contra el SIDA”, el Cardenal Javier Lozano Barragán, Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, reiteró en la Asamblea General de las Naciones Unidas que “el Papa abriga una gran preocupación por el avance de la Pandemia y garantiza la continuidad e incremento del trabajo que la Iglesia católica lleva a cabo para frenar esta tragedia”.

En la reunión de alto nivel y examen amplio de los progresos alcanzados en el cumplimiento de las metas fijadas en la Declaración de Compromiso sobre el VIH/SIDA, que se celebró en Nueva York el pasado viernes, el Purpurado recordó que, desde el inicio de la pandemia del SIDA, “la Iglesia católica la ha combatido desde los niveles médicos, sociales y espirituales”. Y tras señalar que “el 26.7% de los centros en el mundo para tratar enfermos de VIH/SIDA están dentro de la Iglesia católica”, el Cardenal Lozano Barragán hizo hincapié en que el trabajo de la misma Iglesia católica versa sobre la capacitación de profesionales de la salud, prevención, cuidado, asistencia y acompañamiento tanto de los enfermos como de sus familias.

Concretamente, indicó el Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, Caritas Internacional trabaja en 102 países. Según las respuestas a la encuesta realizada por la Santa Sede, se cumplen acciones contra la pandemia en 62 países: 28 de África, 9 de América, 6 de Asia, 16 de Europa y 3 de Oceanía. Y además del personal local –religioso y no religioso- se distinguen en el ramo Congregaciones y Asociaciones internacionales, como las Vicentinas, Caritas Internacional, la Comunidad de San Egidio, los Camilianos, los Juaninos, los Jesuitas, las religiosas de la Madre Teresa, el Hospital del Niño Jesús de la Santa Sede y los Farmacéuticos católicos.

“La acción de la Santa Sede y de la Iglesia católica jamás se encierra en sí misma, sino que va dirigida a promover y reforzar el sentido indispensable de pertenencia y responsabilidad que cada país debe desarrollar intensamente en cada fase de respuesta a la pandemia”, señaló también el Cardenal Lozano Barragán, indicando luego que las principales acciones realizadas en la formación “se refieren a los profesionales de la salud, a los sacerdotes, religiosas y religiosos, a los mismos enfermos, a las familias y a la juventud”.

Al mismo tiempo, indicó el Purpurado, en lo que respecta a la prevención, se insiste “en la información y educación hacia conductas dirigidas a evitar la pandemia”, con la conciencia de que “el papel de la familia en el campo de la formación y de la educación es indispensable y eficaz”, sin olvidar, claro está, la gran importancia que revisten la educación y la información, a través de documentos, conferencias e intercambios de experiencias y prácticas. Para el cuidado y asistencia de los enfermos, la Santa Sede impulsa la capacitación de médicos y personal paramédico, de capellanes y voluntarios; combate el estigma; facilita el diagnóstico, el seguimiento de los pacientes y la Reconciliación.

Asimismo, la Santa Sede provee los antiretrovirales, los medicamentos para evitar la transmisión vertical materno-filial y el contagio sanguíneo. En el ramo de la atención y acompañamiento al enfermo evita los contagios, atiende a huérfanos y viudas, a los presos, ayuda a la reintegración social de estos enfermos y colabora con los Gobiernos y demás Instituciones que se ocupan de la pandemia, tanto a nivel ecuménico como civil.

En el aspecto económico, el Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios recordó que el “Papa Juan Pablo II creó la Fundación ‘El Buen Samaritano’ para atender a los enfermos más desprotegidos y, ahora, en especial a los enfermos de SIDA”. Y hasta la fecha, la citada Fundación ha facilitado antiretrovirales a 18 países: 13 de África, 3 de América y 2 de Asia.








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