Mensaje del Papa para la Jornada Misionera Mundial: “La caridad, alma de la misión”
Viernes, 2 jun (RV).-Hoy se ha hecho público el mensaje del Santo Padre para la Jornada
Misionera Mundial que tendrá lugar el próximo 22 de octubre y que ofrece la oportunidad
de reflexionar este año sobre el tema: “La caridad, alma de la misión”. Benedicto
XVI escribe en este mensaje que “si la misión no está orientada por la caridad, si
no emana de un profundo acto de amor divino, puede reducirse a una mera actividad
filantrópica y social”.
De hecho el amor que Dios nutre por cada persona constituye
el corazón de la experiencia y del anuncio del Evangelio, y cuantos lo acogen se convierten
a su vez en testigos. El Papa explica además que “el mandato de difundir el anuncio
de este amor fue confiado por Jesús a los apóstoles tras su resurrección, y los apóstoles,
interiormente transformados el día de Pentecostés por la potencia del Espíritu Santo,
iniciaron a dar testimonio del Señor muerto y resucitado. Desde entonces, la Iglesia
continúa esta misma misión, que constituye para todos los creyentes un compromiso
irrenunciable y permanente”.
Tras recordar que cada comunidad cristiana está
llamada a dar a conocer a Dios que es Amor, el Santo Padre retoma su encíclica “Deus
caritas est” para subrayar que “del amor de Dios brota toda la creación y la historia
humana”. Todo el mensaje gira en torno al concepto central del amor para recordar
que “la auténtica solicitud misionera, compromiso primario de la comunidad eclesial,
está unida a la fidelidad al amor divino, y esto vale para cada cristiano individual,
para cada comunidad local, para las Iglesias particulares y para todo el pueblo de
Dios”.
“Ser misioneros – escribe en otro momento el Santo Padre- significa
amar a Dios por encima de todo, hasta ofrecer, si es necesario, la vida por Él...
Ser misioneros es inclinarse ante las necesidades de todos, especialmente de los más
pobres y necesitados, porque quien ama con el corazón de Cristo no busca su propio
interés, sino únicamente la gloria del Padre y el bien del prójimo. Aquí está el secreto
de la fecundidad apostólica de la acción misionera, que sobrepasa las fronteras y
las culturas, llega a los pueblos y se difunde hasta los confines extremos del mundo”.
Además
Benedicto XVI subraya que “servir al Evangelio no es una aventura solitaria, sino
un compromiso compartido por cada comunidad”. En este sentido el Papa explica que
junto a quienes están en primera línea de las fronteras de la Evangelización, los
misioneros y misioneras a los que el Papa expresa su reconocimiento, muchos otros
con su oración y cooperación en distintos ámbitos contribuyen a la difusión del Reino
de Dios sobre la tierra.
El Santo Padre finaliza su mensaje con un agradecimiento
especial a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y a las Obras Misionales
Pontificias, quienes con gran dedicación coordinan los esfuerzos desplegados en cada
parte del mundo para apoyar la acción de quienes están en primera línea de las fronteras
misioneras.