Proclamar la verdad del Amor, esencia de Dios. Exhortación de Benedicto XVI al Consejo
Ordinario de la Secretaría General del Sínodo
Jueves, 1 jun (RV).- “No podemos callar la verdad del Amor, porque es la esencia misma
de Dios”. Ésta es la permanente misión de los Obispos, alimentados con la Eucaristía
y sin ceder a los condicionamientos del mundo. Éste es el mensaje que los hombres
necesitan con urgencia, en especial en nuestro mundo globalizado, que tiene sed de
Cristo y de su Evangelio. Una vez más, Benedicto XVI ha querido destacar, esta mañana,
“la importancia de la caridad en la actividad de los pastores de la Iglesia”. La ocasión
ha sido el encuentro que ha mantenido con los participantes en el undécimo Consejo
Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, a quienes ha recibido
en audiencia.
“¡Queridos Hermanos en el Episcopado –les ha dicho el Pontífice-,
en un tiempo como el nuestro, marcado por el creciente fenómeno de la globalización,
se vuelve cada vez más necesario hacer llegar a todos, con vigor y claridad, la verdad
de Cristo y su Evangelio de la salvación. Son innumerables los campos en los cuales
proclamar y testimoniar con amor la verdad. Tanta gente está sedienta y no se la
puede dejar languidecer en búsqueda de alimento! ¡Ésta es nuestra misión, venerados
y queridos Hermanos!”.
Tras evocar la experiencia vivida en la Asamblea sinodal
que se celebró en octubre del año pasado, sobre el tema “Eucaristía, fuente y culmen
de la vida y de la misión de la Iglesia”, el Papa ha agradecido de todo corazón a
estos prelados el importante trabajo que están realizando para recopilar y ordenar
las propuestas que emergieron en la última cumbre sinodal.
En particular, Benedicto
XVI ha querido reflexionar sobre la tarea de los Obispos en el cumplimiento del mandato
del Señor, de apacentar y alimentar la grey para conducirla al Buen Pastor que desea
la salvación de todos. “Amoris officium”, alimentar la grey del Señor es “ministerio
de amor que vela”, que “exige entrega total hasta acabar con nuestras propias fuerzas
y, si fuera necesario, hasta el sacrificio de la propia vida”. “Es sobre todo la Eucaristía
el manantial y el secreto del impulso permanente de nuestra misión”, ha reiterado
el Papa, añadiendo luego que “en realidad, el Obispo configura en su existencia eclesial
la imagen de Cristo que nos alimenta con su carne y su sangre”.
“En la Eucaristía
el Pastor encuentra el vigor necesario para ejercer aquella particular caridad pastoral
que consiste en dispensar al pueblo cristiano el alimento de la verdad”. Verdad que,
como ha enfatizado Benedicto XI, no se puede callar. “En particular –ha dicho el Papa-,
no se puede callar la verdad del Amor, porque es la esencia misma de Dios. Predicarla
sobre los tejados no es sólo amoris officium, sino el mensaje necesario para el hombre
de todos los tiempos. La verdad del amor evangélico interesa a todo hombre y a todo
el hombre y compromete al Pastor a proclamarla sin temor y sin reticencia, sin ceder
nunca a los condicionamientos del mundo: a tiempo y a destiempo”.