2006-05-24 16:11:39

Audiencia general: el Papa encomienda a la Virgen su viaje a Polonia e invita a los fieles a rezar por ''una renovada primavera de fe y de progreso civil'' en aquella nación


Miércoles, 24 may (RV).- El Santo Padre ha encomendado a la Virgen María el viaje apostólico a Polonia que comienza mañana e invita a los fieles a rezar para ''una renovada primavera de fe y de civil progreso'' en aquella nación.

En su catequesis de la Audiencia General Benedicto XVI ha proseguido su meditación sobre la figura del Apóstol Pedro. “La escuela de fe no es una marcha triunfal, sino un camino de sufrimientos y de amor, de pruebas y de fidelidad, que hay que renovar cada día.

Un miércoles más Benedicto XVI ha presidido esta mañana la Audiencia General en la plaza de san Pedro ante más de 40 mil peregrinos llegados de todo el mundo. Se trata de la vigésima audiencia general desde el principio de año, y de la última antes de su primer viaje pastoral a Polonia. Y precisamente el Pontífice ha invitado a los fieles presentes en la Audiencia General, así como a todos aquellos que lo han podido ver o escuchar por medio de la radio o la televisión, a rezar por su inminente viaje apostólico a Polonia: “Mañana me trasladaré Polonia, patria de mi amado Papa Juan Pablo II; recorreré los lugares de su vida y de su ministerio sacerdotal y episcopal. Agradezco al Señor por la oportunidad que me ofrece de realizar un deseo que desde hace mucho tiempo llevaba en el corazón. Queridos hermanos, os invito a acompañarme en este Viaje apostólico, que me dispongo a realizar con gran esperanza y que encomiendo a la Virgen Santa, tan venerada en Polonia. Que sea Ella quién guíe mis pasos para que confirme en la fe la querida comunidad católica polaca a animarla y a afrontar, con una incisiva acción evangelizadora, los desafíos del momento presente. Que sea María quién obtenga para toda esta Nación una renovada primavera de fe y de progreso civil, conservando siempre viva la memoria de mi gran Predecesor”.

También Benedicto XVI saludando a los fieles de lengua polaca les ha recordado el lema de su inminente viaje Apostólico a la Patria del Siervo de Dios Juan Pablo II: “Queridos peregrinos polacos, hoy recordamos a san Pedro Apóstol, testigo de la pasión y de la resurrección de Jesucristo. En el espíritu de de su testimonio, me trasladaré mañana en peregrinación a vuestra Patria. Quiero infundir, en todos, esta certeza: “Permaneced firmes en la fe”. Este es un mensaje importante para toda la Iglesia. Os pido ayuda en la oración. Alabado sea Jesucristo”.

El Santo Padre ha centrado su catequesis de nuevo en la figura del apóstol Pedro, en su vida cotidiana al lado del Maestro compartiendo la suerte junto a sus otros once compañeros. Lentamente, Pedro se introduce en el modo de pensar del Jesús, escucha sus palabras, observa su comportamiento, admira sus prodigios. Particular entusiasmo suscitó en Pedro -ha dicho el Papa- la multiplicación de los panes y de los peces. Sucesivamente cuando la gente quiere coronarlo rey, el Maestro se retira, solo, a la montaña. Un día después en la sinagoga de Cafarnaún interpreta el milagro: “el pan que yo daré es mi carne para la salvación del mundo”. Jesús anuncia la cruz, con la cruz el pan eucarístico pero sobre todo anuncia su manera absolutamente nueva de ser rey.

Benedicto XVI ha explicado que para la gente, e incluso para los discípulos aquellas palabras del maestro y su comportamiento resultaban difíciles de entender. Era un discurso duro y muchos se echaron hacia atrás. Sin embargo, Pedro reaccionó con el impulso de su corazón generoso, guiado por el Espíritu Santo: “Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo Dios”. Con sus palabras Pedro inicia la confesión de la fe cristologica de la Iglesia y se convierte en portavoz de los otros Apóstoles.

Sin embargo, la generosidad impetuosa de Pedro no lo salvaguarda de los riesgos relacionados con la debilidad humana y llega el momento en que cede al miedo y traiciona al Maestro. Pedro, que le había prometido fidelidad absoluta -afirma el Papa- reniega de Él y cuando finalmente comprende la verdad de su corazón débil de pecador creyente, se arrepiente entre lágrimas. A partir de entonces seguirá a Jesús consciente de su propia fragilidad. Y esto no lo desanima porque sabe que puede contar con la presencia del Resucitado.

Este ha sido el resumen que de su catequesis ha hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en la Audiencia General: RealAudioMP3

Queridos hermanos y hermanas:

 
Pedro, así como los otros apóstoles, tuvo que recorrer un camino lento, no exento de dificultades, para seguir al Maestro. Con su respuesta de fe superó la prueba que la predicación de Cristo sobre la Eucaristía supuso para muchos de los discípulos. Sin duda la suya era una fe inicial, que llegaría a su plenitud en el momento de la Pascua. Sin embargo, el camino de la fe está lleno de sufrimientos y de amor, de pruebas y de fidelidades. Incluso Pedro llegó a conocer la amargura y la humillación de la negación, llegando a la conversión a través del arrepentimiento.

 
Junto al lago de Tiberíades Pedro descubre cómo Cristo resucitado se adapta a su pobre capacidad de amar y cómo podrá contar siempre con su presencia. De esto nace la esperanza y la confianza que le permitirán seguirlo hasta el final de su vida, que sellará con el martirio. Y así, él será capaz de describir la verdadera alegría e indicar la fuente dónde se puede conseguir, que es Cristo, creído y amado.

 
Saludo con afecto a los visitantes de lengua española, en especial a las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, que celebran su Capítulo General. Saludo también a los diversos grupos parroquiales y asociaciones de España, así como a los peregrinos de Argentina, Colombia, México y a los dominicanos de Santiago de los Caballeros, con su Arzobispo Mons. Ramón de la Rosa y Carpio. Confiad siempre en Cristo, que os ama y está presente en vuestra vida. ¡Muchas gracias!

Como siempre el Santo Padre ha saludado a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Hoy mi pensamiento va espontáneamente a María Santísima, que invocamos con el título de “Auxiliadora”, ha señalado Benedicto XVI, con el anhelo de que «sea Ella la estrella luminosa de nuestro camino cristiano, que sea Ella la que nos inspire y sostenga en cada momento, en la peregrinación cotidiana hacia la Patria eterna».








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