Audiencia General: El Papa centra su catequesis en la figura de Pedro, sus límites
humanos, su importancia en el ministerio apostólico y en la historia cristiana, como
símbolo de la fe en la Iglesia
Miércoles, 17 may (RV).- Benedicto XVI ha celebrado como siempre su Audiencia General
en la Plaza de san Pedro, en la que han participado más de 50 mil personas procedentes
de todo el mundo. Siguiendo el proyecto de profundización del ministerio apostólico,
el Santo Padre ha delineado en las pasadas semanas el cuadro teológico, hablando específicamente
del significado de servicio a la comunión eclesial.
A partir de hoy, como
ha dicho en su catequesis, el Papa quiere entrar en contacto directo con la personalidad
de cada uno de los Apóstoles, examinando su perfil y cómo vienen descritos en el Nuevo
Testamento. Y Benedicto XVI ha empezado con el Apóstol Pedro, que es el personaje
más conocido y citado en los textos neotestamentarios: viene mencionado 154 veces
con el sobrenombre de Petros, (piedra, roca), que es traducción griega del nombre
arameo que le dio directamente Jesús: Kefa. Luego, está el nombre de Simón, 75 veces,
forma griega del original nombre hebreo Simeón.
También se le llama, Hijo de
Juan, ya que Simón era de Betsaida un pueblo cerca del mar de Galilea de donde provenía
también Felipe, y por supuesto, Andrés, hermano de Simón. También ellos, como el hermano,
eran pescadores e igual que la familia del Zebedeo, padre de Santiago y Juan, eran
pescadores en el lago de Genezaret.
Pedro era un hebreo creyente, que confiaba
en la presencia operante de Dios en la historia de su pueblo, y que estaba dolido
por no ver la acción poderosa de Dios en las acciones de las cuales era testigo, ha
explicado el Pontífice. Pedro estaba casado y su suegra fue curada precisamente un
día por Jesús en la ciudad de Cafarnaum. Los evangelios nos dicen que Pedro estaba
entre los 4 primeros discípulos del Nazareno. Cuando Jesús llegue a 12 discípulos
quedará clara la novedad de su misión: Él ha venido a reunir a Israel escatológico,
simbolizado por el número 12 que eran las tribus del pueblo elegido.
Simeón
aparece en los Evangelio con un carácter decidido e impulsivo, pero al mismo tiempo
a veces es ingenuo y temeroso, y sin embargo siempre honesto hasta el arrepentimiento
más sincero. Los Evangelios nos permiten seguir paso a paso su itinerario espiritual,
ha dicho el Papa. El punto de arranque es la llamada por parte de Jesús. En un día
cualquiera, mientras Pedro está pescando en Genesaret. “Remar mar a dentro y echa
las redes para pescar”. Simón responde: “hemos estado trabajando toda la noche y no
hemos pescado nada”, pero en tú nombre echaré las redes”. Su reacción ante la pesca
milagrosa es de estupor y trepidación: “Señor apártate de mí porque soy un pecador”.
Jesús le invita a abrirse al nuevo proyecto y Pedro acepta participar en esta gran
aventura y se convierte en su discípulo.
Otro momento significativo de su camino
espiritual Pedro lo vivirá en Cesarea de Filipo cuando Jesús pregunta a los discípulos.
“¿Quién dice la gente que soy Yo?” Pero a Jesús no le basta la respuesta de sus discípulos
e insiste: “Y vosotros quién decís que soy yo”. Pedro responde: “Tú eres Cristo, el
Mesías”. Esta respuesta de Pedro conlleva, como el germen, la futura confesión de
fe de la Iglesia.
Sin embargo, Pedro no había todavía entendido el profundo
contenido de la misión mesiánica de Jesús. Pedro quería un Mesías “hombre divino”
que impusiera a todos su potencia, en cambio, Jesús se presenta como “el Dios humano”
que desconcierta las ilusiones de las gentes tomado un camino de humildad y de sufrimiento.
Pedro, impulsivo como era, no duda en coger a Jesús a parte y reprocharlo. La respuesta
de Jesús derrumba todas sus falsas esperanzas: “¡Retírate Satanás! Piensas al modo
humano, no según Dios”. Pedro aprende de esta forma lo que significa verdaderamente
seguir a Jesús. Porque quién querrá salvar la propia vida, la perderá; pero quién
la pierda por Jesús y su Evangelio, la salvará”. Es necesario saber renunciar al mundo,
para salvar la propia alma.
Este ha sido el resumen que de su catequesis ha
hecho el Santo Padre en español para los peregrinos de nuestra lengua presentes en
la audiencia:
Queridos
hermanos y hermanas: Continuando la reflexión sobre el ministerio apostólico,
profundizamos ahora en la personalidad de los Apóstoles. Pedro era natural de Betsaida,
hermano de Andrés, pescador, casado. Hebreo confiado en la presencia viva de Dios
en la historia de su pueblo. Decidido e impulsivo, aunque a veces también ingenuo
y temeroso. Honesto y capaz de un arrepentimiento sincero. Jesús le llama
mientras trabajaba. Le dice: “Echa las redes”. Simón se fía y reacciona ante la pesca
milagrosa con estupor: “aléjate de mí que soy un pecador”. Jesús responde invitándole
a un proyecto: “desde ahora serás pescador de hombres”. Pedro acepta y se convierte
en su discípulo. Sus palabras: “Tú eres Cristo”, son el germen de la futura confesión
de fe de la Iglesia, aunque todavía no había entendido la misión de Jesús. Por ello,
se escandaliza y protesta ante el anuncio de su pasión. Quería un Mesías “hombre divino”
y Jesús se presenta como el “Dios humano” que desbarata todas las expectativas tomando
un camino de humildad y sufrimiento. Saludo a los peregrinos
de España y América Latina, especialmente a los sacerdotes, a los Siervos del Hogar,
a las Siervas de Jesús, a los fieles de San Claudio y Siscar-Santomera, a la Delegación
de Educación de Alicante y a la Asociación de Técnicos en Protocolo de Galicia. También
a los de México, Guatemala y Chile. Aprended, como Pedro, lo que significa verdaderamente
seguir a Jesús. “Negarse a sí mismo, tomar la cruz y perder la propia vida por su
causa y la del Evangelio”.
También el Santo Padre dirigiéndose a los peregrinos
polacos presentes en la Plaza de san Pedro les ha recordado su próximo viaje pastoral
a su país.
Estoy muy contento de poder visitar próximamente Polonia. Esta visita
se desarrolla con el lema: “Permaneced fuertes en al fe”. Hoy os pido a vosotros y
a toda la Iglesia en Polonia que recéis, para que en esos días, con la ayuda de la
gracia de Dios, podamos consolidarnos recíprocamente en el testimonio de la fe. Que
el Siervo de Dios Juan Pablo II nos acompañe. ¡Alabado sea Jesucristo!
Como
siempre el Papa al final de la audiencia ha saludado a los jóvenes, a los enfermos
y a los recién casados, exhortando a todos a intensificar la práctica piadosa del
santo Rosario, especialmente en este mes de mayo, dedicado a la Madre de Dios. “Os
invito a vosotros, queridos jóvenes, a valorar esta oración mariana tradicional, que
ayuda a comprender mejor los momentos centrales de la salvación realizada por Cristo”.
“Os exhorto a vosotros, estimados enfermos, a dirigiros con confianza a la
Virgen mediante este piadoso ejercicio, confiándole todas vuestras necesidades. Deseo
a vosotros, queridos recién casados, que hagáis de esta oración del Rosario en familia
un momento de crecimiento espiritual bajo la mirada de la Virgen María”.